Cómo preparar y usar mantequilla avellanada en casa
Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias
La mantequilla avellanada consigue mejorar las características organolépticas de muchos platos gracias a su ligero sabor tostado. Se trata de un producto que se puede preparar en casa de manera sencilla con pocos ingredientes, logrando un excelente resultado en pocos minutos.
Te vamos a enseñar cómo elaborarla y cómo sacarle el máximo partido a un ingrediente que puede convertirse en un imprescindible en la cocina.
Receta de la mantequilla avellanada
Antes de comenzar, es clave destacar que la mantequilla no es mala para la salud, como se afirmó durante muchos años. Lo importante es evitar someterla a altas temperaturas durante periodos elevados para evitar un cambio en la configuración espacial de sus ácidos grasos.
Como hemos comentado, elegir una mantequilla de calidad es importante. Una opción es recurrir a la de tipo Bio, la cual pasa por una serie de controles estrictos durante todo el proceso de fabricación del producto que asegura un buen tratamiento de los ingredientes.
La mantequilla avellanada funciona muy bien acompañada de un pan para untar. También, se puede emplear para cocinar diversos platos de carne de ave, como es el caso del pollo. Eso sí, ten en cuenta que es un ingrediente muy energético; por lo tanto, puede incluirse en la pauta con moderación. ¡Conoce cómo prepararla!
Ingredientes
Para elaborar mantequilla avellanada, serán necesarios los siguientes productos:
- Mantequilla sin sal
- Sal
Paso a paso
- Coloca la mantequilla en un cazo a fuego medio.
- Deja que se cocine hasta que tome un color parecido al del café oscuro.
- Durante el proceso, es posible que se forme una espuma en la zona superficial. Retírala.
- Una vez que la mantequilla se torne marrón, poco a poco irá cogiendo un sabor avellanado.
- Corrige de sal y sirve todo el contenido del cazo en un recipiente.
- Introduce la mantequilla en la nevera para que vuelva a solidificarse.
- Una vez que su textura sea óptima, podrás servirla.
Consideraciones respecto a la mantequilla avellanada
La calidad de la mantequilla original es crucial para que el resultado avellanado no resulte perjudicial para la salud. Un perfil adecuado de ácidos grasos conseguirá soportar mejor el calor, evitando que se formen lípidos trans en su interior.
Estos compuestos consiguen incrementar los niveles de inflamación en el medio interno, promocionando el desarrollo de patologías complejas. Así lo evidencia una investigación publicada en la revista BMJ.
Por supuesto, no se debe abusar de las grasas. No pasa nada porque representen aproximadamente el 30 % de las calorías diarias, pero hay que asegurar siempre un estado de equilibrio.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que se debe utilizar una olla de color claro para preparar la mantequilla avellanada. Es importante tener cuidado con los tiempos y con la temperatura de cocción. Aunque es esencial que coja el tono tostado, no debe quemarse.
En ese caso, se generarían en su interior los lípidos trans nocivos que se deben evitar. Del mismo modo, habrá que traspasarla rápidamente a otro recipiente cuando esté lista, para evitar que se pegue.
Mantequilla avellanada, un acompañamiento diferente
Como has visto, es fácil elaborar de manera casera mantequilla avellanada, una versión de la clásica grasa con un tono tostado y un sabor diferente, pero muy agradable. Será ideal para acompañar con pan o para utilizar en diferentes recetas de carne.
Incluso, puede acompañar bien los guisos, aportando sus características organolépticas. Se conserva bastante bien en la nevera, por lo que podrás preparar una cantidad moderada para mantenerla en refrigeración después.
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