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14 condiciones que causan bultos en la vagina

8 minutos
Los bultos en la vagina suelen ser benignos. De todos modos, hay que revisarlos con el médico para descartar complicaciones mayores. Te contamos las causas más frecuentes.
14 condiciones que causan bultos en la vagina
Leidy Mora Molina

Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina

Escrito por Edith Sánchez
Última actualización: 07 octubre, 2024

Antes de detenernos en las razones por las que surgen bultos en la vagina, conviene hacer algunas aclaraciones. Lo usual es que, al emplear la palabra vagina, se haga referencia tanto a esta como a la vulva, que corresponde a los genitales externos.

La vagina es un tubo muscular que conecta con el útero, en realidad. No siempre se podrá detectar un bulto allí en primera instancia. Eso ameritaría un tacto vaginal o una inspección con algún instrumento por parte de un médico.

Pero sí podemos darnos cuenta, a simple vista, de bultos en los pliegues de la mucosa y la piel externa de la zona genital. Esto es la vulva; conformada por los labios mayores o externos y menores o internos. Entre los primeros están las glándulas sebáceas y entre los segundos, las glándulas de Skene y las de Bartolino.

Los bultos en la vagina pueden alarmar en un primer momento. Son más comunes de lo que se cree y la primera reacción suele ser la de pensar en un cáncer. Aunque esto no es descartable, lo cierto es que la mayoría de las veces obedecen a otras razones.

Condiciones que causan bultos en la vagina

Casi siempre los bultos en la vagina son pequeños quistes benignos. Es muy habitual que obedezcan a alguna glándula bloqueada. Lo indicado es consultar con el médico si no desaparecen.

Pero mientras consigues tu cita, veremos las principales condiciones que causan bultos en la vagina y en la vulva. Estas servirán de orientación para traerte tranquilidad y tener más conocimiento sobre lo que te podría estar sucediendo.

1. Quistes vulvares

Este tipo de quistes se forman cuando hay obstrucción de las glándulas de Skene o de las glándulas de Bartolino. Casi siempre son duros y pequeños, localizados en los labios menores. Según la literatura, no es infrecuente que aparezcan desde el nacimiento en las bebés.

No provocan dolor, a menos que se infecten. Lo usual es que desaparezcan por sí solos.

2. Quistes vaginales

Este tipo de quistes se forman en la pared de la vagina. Lo común es que obedezcan a algún tipo de lesión previa o que aparezcan después del parto. No llegan a ser más grandes que un guisante y no necesitan tratamiento, a menos que causen alguna molestia, en cuya situación se drenan o extirpan.

La forma más habitual de presentación de estos bultos es el quiste de Gartner. Se trata de un resto embriológico de estructuras que no desaparecieron por completo del feto femenino. En general, no hay molestias asociadas y se suelen encontrar como un hallazgo casual al realizar un estudio de imágenes, como una resonancia magnética, solicitada por otra razón.

3. Manchas de Fordyce

Las manchas de Fordyce, más conocidas como granos de Fordyce, son protuberancias diminutas que pueden aparecer en la vulva y en otras partes del cuerpo. Son blanquecinas, benignas y no infecciosas. No provocan dolor y tampoco requieren de tratamiento.

4. Várices

Otra de las razones por la que aparecen bultos en la vagina son las várices pélvicas. Estas son venas hinchadas alrededor de la vulva.

Se ven como cordones redondos o bien como protuberancias azules. A veces causan picazón o sangrado. Es posible que no requieran tratamiento.

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El embarazo favorece la formación de várices, tanto en los miembros inferiores como en la vulva.

5. Vello encarnado

Un vello púbico encarnado también puede provocar bultos en la vagina. Se ve como una protuberancia pequeña y redonda que a veces causa picazón y dolor.

Es posible que se llene de pus y que se oscurezca la piel alrededor cuando alguna bacteria lo coloniza. Suele resolverse sin tratamiento. Lo óptimo es no presionarlo ni apretarlo, sino dejarlo evolucionar.

6. Verrugas por VPH

Las verrugas genitales son provocadas por el virus del papiloma humano (VPH). Se transmiten por vía sexual y se presentan como pequeñas protuberancias del color de la piel.

Cuando son similares a una coliflor y de tamaño un poco mayor, hablamos de condilomas. Los mismos pueden abarcar otras zonas, más cercanas al ano, y no limitarse solo a los labios mayores de la vulva.

La extirpación quirúrgica de estas lesiones se reserva para casos estéticos, sobre todo. Y en las embarazadas, se prefiere la remoción cuando hay mucha cantidad de verrugas o condilomas en el canal de parto, es decir, por donde atravesará el bebé al salir.

7. Liquen escleroso

El liquen escleroso es una afección poco común que aparece en la vulva y alrededor del ano. Puede provocar picazón severa, manchas blancas que se convierten en parches de piel arrugados y delgados, moretones o sangrado, ampollas y dolor al orinar o durante el sexo.

Requiere un tratamiento con cremas que contengan corticosteroides. En caso de alguna falla con el medicamento, se puede optar por un abordaje con láser, aunque reservado para pacientes que no responden bien al principio activo de los ungüentos.

8. Acné vaginal

Otro motivo frecuente de los bultos en la vagina es el acné vaginal. Se presenta como pequeñas protuberancias rojas e irritadas, muchas veces llenas de pus. Estos granos llegan a ser muy incómodos, pero lo indicado es no extraerlos, sino dejar que desaparezcan por sí solos.

Si bien se usa el concepto de acné vaginal, hay expertos que consideran que es una variante más de otros trastornos, como las manchas de Fordyce o la foliculitis. De cualquier manera, sería ideal una consulta para certificar que no se trata de otro diagnóstico que sí amerite un tratamiento, ya sea con cremas, con láser o con cirugía.

9. Foliculitis

La foliculitis es la inflamación de un folículo piloso. En el área genital suele comenzar cuando el folículo se daña por fricción o se bloquea por afeitado o depilación inadecuada.

Luego se produce una infección por bacterias del tipo estafilococos. Es entonces cuando aparecen los bultos en la vagina.

Si se trata de una foliculitis agresiva, que abarca gran tamaño y molesta mucho a la paciente, es posible que se prescriban antibióticos. De todos modos, también puede suceder que la inflamación se resuelva por sí misma.

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La depilación es una causa frecuente de foliculitis en las mujeres, en la zona genital.

10. Hidradenitis supurativa

La obstrucción de las glándulas sudoríparas puede tener lugar en cualquier parte del cuerpo y la vagina no es la excepción. Provoca una afección llamada hidradenitis supurativa, que cursa con dolor y puede dejar cicatrices.

Se trata con medicamentos antiinflamatorios y con antibióticos. De todos modos, es una condición que merece mucha atención. Aunque existen pocos registros, se ha asociado con cáncer de vulva. La presencia del tumor maligno en una piel con hidradenitis supurativa dificulta el diagnóstico temprano, retrasando el abordaje correcto.

11. Molluscum contagiosum

Esta es otra de las afecciones en las que aparecen pequeños bultos en la vagina, que en este caso son tumores perlados, firmes y contagiosos. Es un problema de la piel causado por un virus y se considera dentro de las infecciones de transmisión sexual.

A veces crecen las protuberancias y rezuman líquido. Pueden propagarse a otras partes del cuerpo y suelen desaparecer sin tratamiento.


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12. Sífilis

La sífilis es también una enfermedad de transmisión sexual que ha resurgido con mayor prevalencia en los últimos años, de acuerdo con un estudio publicado en la Revista de la Asociación Odontológica Argentina. Uno de sus síntomas es la aparición de pequeños bultos en la vagina, que son indoloros. En el centro del bulto, que sería la inflamación, habrá una úlcera que no generará dolor.

La lesión primaria de la sífilis desaparece al cabo de unas 3 semanas, pero esto no significa que se haya superado la infección. Luego entra en un periodo de latencia con afectación de tejidos y órganos sin que el paciente se dé cuenta. La falta de un abordaje adecuado puede derivar en complicaciones futuras severas.

13. Acrocordones

Los acrocordones se denominan también papilomas cutáneos, aunque esto se presta a confusión con las lesiones causadas por el VPH. En realidad, son pequeños colgajos de piel que sobresalen y se aprecian a simple vista. Su frecuencia de aparición en la vulva es ínfima.

No son peligrosos ni es habitual que provoquen molestias. Algunas pacientes refieren inflamación y enrojecimiento cuando la lesión roza con las prendas íntimas. Se pueden eliminar mediante láser o cirugía, en especial cuando superan un determinado tamaño.

14. Cáncer

Los casos de cáncer de vulva o de vagina son muy raros. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades calculan que 0,6 mujeres por cada 100 000 reciben por año el diagnóstico.

Los casos se caracterizan por la aparición de llagas planas y elevadas o protuberancias en la vulva que no sanan luego de unas semanas. Es frecuente que provoquen dolor, picazón o ardor. También aparecen secreciones inusuales o sangrado.

Se diagnostican mediante biopsia. Dependiendo del estadio, el tratamiento se basa en cirugía y quimioterapia local. Está disponible un abordaje con láser de dióxido de carbono cuando las lesiones se han expandido.

¿Qué hacer si detecto bultos en mi vagina?

La mayoría de los bultos en la vagina serán benignos. Eso es un alivio. Además, muchos de ellos revertirán solos, sin necesidad de aplicar un tratamiento médico.

De todos modos, hay que hacer la consulta para confirmar esta benignidad

Para prevenir algunas de las lesiones comunes en la vulva, lo más adecuado es utilizar ropa interior de algodón que no sea muy ceñida. Este tipo de textil es más transpirable y ayuda a mantener las condiciones adecuadas para los genitales. Así mismo, se recomienda no vestir pantalones muy ajustados.

Si los bultos en la vagina no desaparecen al cabo de algunas semanas o se acompañan de síntomas que resultan extraños, lo indicado es consultar con el médico con prontitud. También si hay dolor intenso, secreciones con pus o sangrados.


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