Conductas machistas en el sexo: no se debe tolerar
Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña
Las conductas machistas están presentes en muchos ámbitos. En efecto, en el lugar de trabajo, el colegio, la calle, etc… Por desgracia, podemos encontrarlas en prácticamente cualquier sitio y la cama no es una excepción. Una personalidad machista lo será en todos los aspectos de su vida, incluido el sexo.
Conductas machistas
El diccionario de la Real Academia define el machimo de dos maneras:
- Actitud de prepotencia de los varones respecto a las mujeres.
- Forma de sexismo caracterizada por la prevalencia del varón.
Según ambas definiciones, podemos comprobar que se trata de una forma de pensar, actuar y comportarse derivada de la creencia de que el hombre es superior a la mujer y, por tanto, debe prevalecer sobre ella.
Así, una conducta machista no se limita a un solo ámbito de la vida. En efecto, puede darse en el trabajo, la familia, la sociedad, el arte, incluso en la legislación. En muchos casos, es tan sutil que incluso es difícil detectarlo.
Por tanto, el sexo no es una excepción: un machista, si lo es, no dejará de serlo en las relaciones íntimas. Esto supone que, incluso en el ámbito sexual, manifestarán sus conductas machistas.
Sin embargo, tal y como no tenemos por qué soportar la falocracia en ningún otro aspecto, tampoco debemos tolerar determinadas conductas machistas en el sexo. ¿Cómo podemos identificarlas? ¿Cuáles son las conductas machistas en el sexo que no debemos tolerar?
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Algunas conductas machistas en el sexo:
Creer que “no” es “sí”
Empecemos por lo más básico: no es no. No obstante, existe una creencia altamente machista que supone que cuando una mujer dice “no”, en realidad quiere decir “sí”. Es decir, que si se insiste, al final la mujer cederá.
Se trata de una creencia realmente extendida que puede comprobarse fácilmente, incluso hoy en día. En efecto, muchos blogs y páginas en internet indican que “las mujeres son así”, que les gusta “poner las cosas difíciles” y que, en realidad, están deseando. Incluso puede comprobarse en escenas de películas de proyección internacional.
Pues es hora de dejar claro que “no” significa “no” y nada más que “no”. Punto.
El sexo es compartir, es disfrutar juntos y debe ser una decisión plenamente consciente de ambos miembros de la pareja. Por tanto, si uno de ellos dice no, sencillamente no habrá sexo. Porque el sexo nunca puede ser forzado, no se puede obligar a la otra persona ni física ni psicológicamente.
Por tanto, incluso si hay besos apasionados y ardientes y la cosa parece llevar a la cama pero en el último momento no estás segura y no quieres, sencillamente no quieres. Nadie puede obligarte ni debes sentirte obligada. Del mismo modo, nadie tiene derecho a llamarte determinadas cosas por no haber continuado y mantenido una relación sexual.
“Yo preservativo no me pongo”
Otra de las clásicas conductas machistas en el sexo es que el varón se niegue a llevar protección. En este sentido, suele seguir una coletilla tipo “yo controlo” o “yo estoy limpio”. Quizás, incluso, un “si quieres, usa tú algo”.
Este tipo de conductas machistas evidencian la prepotencia del varón que considera que cualquier aspecto negativo que pudiera derivar del sexo (enfermedades de transmisión sexual, por ejemplo) no es su responsabilidad sino la de la mujer. De este modo, cualquier consecuencia de la relación sexual es únicamente culpa de la mujer.
Pues no. El sexo es una actividad en la que dos personas participan y dos personas son responsables. Ninguno lo es más que el otro. Por eso, estás en tu derecho de pedir que exista protección y que se asuma la responsabilidad. Y, por supuesto, no estás obligada a aceptar ningún tipo de relación sexual sin la protección adecuada.
El sexo oral sólo lo hace la mujer
Por supuesto, para un machista, el sexo gira en torno al placer del varón, dejando en un segundo lugar el de la mujer. Por esta razón, normalmente un machista se negará a practicar sexo oral a su pareja, exigiendo, no obstante, que se le haga a él.
En efecto, las conductas machistas tienden a olvidar que la mujer también necesita estimulación, que ella también tiene sus preferencias y necesidades y que no todo es coito u orgasmo masculino. Porque, de hecho, para muchos machistas el sexo tiene por objetivo el orgasmo del hombre y, tras conseguirlo, el sexo ha concluido.
Pues no. El sexo es mucho más que eso. El sexo cuenta con preliminares y existe también actividad posterior igualmente importante (besos, caricias, vínculo). Debe ser satisfactorio para ambos y no sólo para uno. Ambos deben disfrutar.
Así, precisamente en relación al sexo oral practicado a la mujer para que pueda disfrutar del orgasmo clitoridiano, para el machista se trata de una “pérdida de tiempo” o, incluso, una “degradación”.
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Conclusión
Las conductas machistas en el sexo tienden a contemplar a la mujer como un objeto para el placer del hombre. En efecto, sus deseos fantasías o necesidades no cuentan. El sexo comienza por y para el varón, teniendo como objetivo su satisfacción.
Por otra parte, debemos tener en cuenta que, por desgracia, el machista no se encuentra sólo arraigado en la mentalidad de algunos hombres, sino que esto también tiene graves consecuencias en la forma de pensar y actuar de muchas mujeres que creen que si no ceden, no estarán complaciendo al varón.
Debemos, por tanto, también concienciarnos como mujeres de que la asertividad es importante y necesaria. Asimismo, debemos comprender que el sexo es cosa de dos, y debe ser tan placentero para uno como para el otro.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.