5 consejos para ayudar a los niños a tolerar la frustración

Los niños que no saben tolerar la frustración sufren, se hunden ante los contratiempos y pueden abandonar sus metas. Te contamos cómo ayudarles a desarrollar esta necesaria habilidad.
5 consejos para ayudar a los niños a tolerar la frustración
Elena Sanz

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 25 mayo, 2023

Tolerar la frustración no es sencillo para nadie. A todos nos gustaría que los eventos estuviesen bajo nuestro control y ocurriesen a nuestro favor. Nos desanimamos cuando un proyecto se desarma, una meta no se alcanza o se nos niega algo que deseamos profundamente. Sin embargo, para los niños es más complicado por su inmadurez cognitiva y su falta de recursos.

El cerebro de los más pequeños está en desarrollo y ciertas funciones, como el control de impulsos, aún no están establecidas por completo. Los niños carecen de experiencia y de herramientas con las que gestionar sus emociones, por lo que es más fácil que se desborden o se desmoronen ante ciertas situaciones.

Si quieres ayudar a tu hijo a tolerar la frustración, te ofrecemos algunas pautas al respecto.

¿Cómo ayudar a los niños a tolerar la frustración?

Es importante recordar que tolerar la frustración no significa no sentirla. Es imposible que una persona (y menos un niño) no se desanime o se enoje en cierta medida ante un fracaso o una negativa.

Pretender eliminar este sentimiento solo llevaría a reprimirlo. Lo que sí podemos hacer es enseñar a los más pequeños a no dramatizar y, sobre todo, a saber canalizar esa emoción. Para ello, puedes seguir los siguientes pasos.

Niño frustrado.
La frustración es parte de la vida. Pretender eliminarla no es sano, aunque sí lo es tratar de gestionarla.

1. Deja que se frustren

Para adquirir cualquier habilidad se necesita práctica. Si no permites que tus niños se frustren, no sabrán cómo afrontar esta emoción cuando se presente.

Muchos padres sobreprotegen a sus hijos, hacen todo por ellos y les evitan cualquier desafío con la intención de librarles de un malestar. Sin embargo, es importante permitirles estas oportunidades.

No hagas por tu hijo aquello que pueda hacer por él mismo, no complazcas todos sus caprichos ni cedas a todas sus peticiones si no son razonables. Tampoco ofrezcas elogios vacíos. Por el contrario, potencia su autonomía, alienta su esfuerzo y marca los límites que consideres sanos y apropiados, aunque incomoden a tu pequeño.

2. Valida su emoción

El objetivo no es eliminar ni reprimir la frustración. Tu niño va a sentirla en múltiples ocasiones y necesitará que lo acompañes en su malestar, le ayudes a entender y poner nombre a lo que le ocurre.

Por ejemplo, imagina que el niño está jugando con un objeto de cristal y tú se lo quitas para que no se haga daño. Es posible que esto desencadene una rabieta y es natural.

Puedes apoyarle en este momento manteniendo la calma y con frases como “sé que estás enfadado porque querías jugar con ese objeto tan bonito, pero no puede ser porque es peligroso y podrías hacerte daño”. No le regañes ni castigues por expresar su disconformidad. Permítele sentir y ayúdale a entender y canalizar lo que siente.



3. Fomenta una actitud activa y positiva

Tolerar la frustración no significa resignarse. Estos momentos desafiantes son ideales para animar a los niños a tomar una actitud activa frente a las circunstancias.

Por ejemplo, si ha perdido en una competición deportiva, aliéntale a preguntarse “¿qué puedo hacer diferente para obtener mejores resultados la próxima vez?”.

También es una oportunidad para aprender a negociar. Por ejemplo, si tu hijo quiere ir al cine, pero le has dicho que no porque tienes que terminar las tareas de la casa, puede ofrecerse a ayudarte con ello para que estéis libres más pronto.

De este modo, se fomenta una mentalidad de crecimiento (en la que el niño entiende que puede mejorar, aprender y prosperar), en lugar de una mentalidad fija (en la que asume que sus posibilidades son limitadas y no hay nada que hacer al respecto).



4. Enseña herramientas de regulación emocional

Los niños que tienen problemas para tolerar la frustración pueden reaccionar con ira, llanto descontrolado e incluso agresiones. Esto sucede porque no logran regular sus emociones ni disminuir su activación.

Puedes ofrecerle a tu pequeño ciertas herramientas para utilizar en estos complicados momentos. Por ejemplo, enséñale ejercicios sencillos de respiración o cread en casa un rincón seguro al que pueda acudir para calmarse.

Madre e hija meditan para tolerar la frustración.
Los hijos pueden aprender de los padres algunas técnicas útiles que les permitan gestionar los momentos de frustración.

5. Marca objetivos ajustados y fomenta la perseverancia

Por último, para ayudar a los niños a tolerar la frustración, es importante hallar un equilibrio. Si somos demasiado autoritarios, les criticamos siempre y exigimos en exceso, generamos miedo, malestar y desmotivación. Al contrario, si somos demasiado permisivos, no les dejamos aprender.

La clave se encuentra en marcarles objetivos de aprendizaje ajustados a su edad y a sus capacidades, de forma que puedan cumplirlos y tener éxito, incluso aunque necesiten perseverancia y varios intentos. Asignar responsabilidades en el hogar y crear proyectos artísticos o creativos con los niños son dos buenas formas de ofrecerles la oportunidad de tolerar los errores y las frustraciones.

Ayudar a los niños a tolerar la frustración es prepararles para la vida

Esta enseñanza es una de las principales que deben acometer todos los padres y madres de niños pequeños. Tus hijos necesitan aprender a gestionar la frustración para poder manejarse en la vida.

La escuela, las relaciones personales, las aficiones, el trabajo… todos los ámbitos nos plantean retos y estos no siempre los conseguiremos a la primera. Han de estar preparados para afrontar los contratiempos y cambiar de dirección sin hundirse emocionalmente. ¿Qué mejor forma que aprenderlo de tu mano en el entorno seguro que constituye el hogar?


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