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7 consejos para limpiar las brochas y los rodillos

5 minutos
Cuando se termina de pintar, es fundamental la tarea de limpiar las herramientas. ¿Cómo hacerlo de forma correcta? En este espacio te damos algunas recomendaciones.
7 consejos para limpiar las brochas y los rodillos
Escrito por Jonatan Menguez
Última actualización: 06 julio, 2023

Las jornadas de pintura implican momentos intensos de trabajo, en los que el esfuerzo físico termina por agotar el cuerpo. Una vez finalizadas, todo lo que se desea es descansar. No obstante, antes de eso, hay una tarea que no puede postergarse, limpiar las brochas y los rodillos.

Por más cansancio que se arrastre, es imprescindible quitar los restos de pintura de las herramientas. Una vez que se seca, recuperarlas es mucho más complejo. La forma de higienizar estos elementos depende del tipo de pintura que se utilice y de la aplicación de una serie de pasos y consejos. ¡Continúa leyendo!

¿Por qué es importante limpiar las brochas y los rodillos?

Al mantenerlas limpias, las herramientas de pintura tienen una mayor duración. Si se invierte una cantidad de dinero en elementos de calidad, es importante darles mantenimiento y cuidado para que no se arruinen. Además, son más efectivas al momento de volver a usarlos.

Es recomendable tener una serie de herramientas dedicadas a las pinturas con base de agua, como el látex, y otra para las de aceite, como los esmaltes sintéticos. No mezclarlas favorece su vida útil. Si van a usarse al día siguiente, hay que limpiar las brochas y los rodillos dejándolas sumergidas en aguarrás durante la noche.

Los solventes que se aplican son muy peligrosos si se ingieren, al igual que las pinturas en sí. Por este motivo, es muy importante tener precaución, y emplearlos en ambientes aireados. Además, se debe evitar la exposición prolongada a los ojos y, en la medida de lo posible, utilizar guantes para que no tengan contacto con la piel.

¿Cómo limpiar las brochas y los rodillos de forma correcta? 7 consejos

Una vez terminada la sesión de pintura, los utensilios tienen que remojarse para quitarle los restos. De lo contrario, el acrílico se endurece y puede arruinar las cerdas. No se trata de una tarea compleja, pero existen detalles que se aplican según cada material.

1. Preparación

Antes de comenzar a remojar, el primer paso para limpiar las brochas y los rodillos es quitarles la mayor cantidad de pintura posible. Colocar una base de papel absorbente o de diario puede ayudar.

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Una adecuada limpieza de los rodillos y las brochas permite prolongar su vida útil.

2. Sumergir en líquido

El siguiente paso es hundirlos en una cubeta con agua. Debe cubrirse toda la parte de la herramienta que tenga cerdas. Asimismo, es conveniente saber qué tipo de pintura se utilizó; en el caso que sean a base de agua, como acuarela o acrílico, basta solo con ese líquido. Colas blancas y látex también se lavan con agua común.

En cambio, si se trata de pinturas a base de aceite, como pigmentos o esmalte sintético, se debe utilizar aguarrás, también llamado trementina. Para brochas con laca puede aplicarse alcohol desnaturalizado. En cualquier caso, las cerdas o fibras de las herramientas nunca deben quedar apoyadas, sino suspendidas. El contacto puede provocar que se deformen.

3. Secar y enjabonar

Tras algunos minutos sumergidos, los utensilios se retiran y se secan con papel absorbente, incluyendo el líquido solvente. El paso siguiente es volver a introducirlos en una cubeta, pero esta vez con agua tibia enjabonada o con detergente de cocina.

Hay que limpiar las brochas y los rodillos frotándolos y escurriéndolos hasta que se vayan aclarando. Un tipo de elemento que se utiliza son las pastillas de jabón, ya que ablandan las fibras para facilitar su aseo.

La técnica para manipular las cerdas hay que ejecutarla con suavidad para que no se deformen. De nuevo, hay que dejarlas secar colgándolas, pues así se evita que queden presionadas. Si no se terminó de limpiar, será necesario repetir el proceso.

4. Casos difíciles

En ocasiones, puede suceder un olvido, por lo que los utensilios quedan con restos de pintura pegada. Aunque parece complejo, es posible recuperarlos. Para estos casos, es bueno sumergir las herramientas durante unos minutos en líquido decapante.

Este disolvente se utiliza para remover capas de pintura, barniz u óxido en muebles de madera, azulejos y hasta metal. No obstante, se trata de un compuesto tóxico que debe manipularse con guantes y mascarilla. La humectación del pincel o brocha tiene que durar pocos minutos.

Una vez retirada, hay que quitar los restos con un peine para brocha, objeto dedicado a las partes de las cerdas más difíciles de acceder. En el caso de los rodillos, se puede usar una espátula para masilla.

5. Pintura seca con vinagre

Si las técnicas aplicadas no funcionan, es posible limpiar las brochas y los rodillos con vinagre común. Primero, se han de sumergir en una olla con vinagre. Luego, se dejan hervir durante 10 minutos. Cuando se enfríe un poco, se retiran y se peinan las cerdas con suavidad para remover los grumos de pintura. Si es necesario, se puede repetir el procedimiento.

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La aplicación de vinagre sobre las herramientas de aplicar la pintura puede contribuir a su limpieza.

6. Acetona o suavizante

Otra sustancia al alcance del hogar es la acetona, presente en los quitaesmaltes de uñas. Remojar un trapo con este líquido y frotarlo sobre las cerdas puede ayudar a ablandar la pintura. Una vez hecho esto, basta con utilizar el peine para brocha y enjuagar con abundante agua.

Un producto que también puede funcionar es el suavizante para ropa. Se agrega media taza a una cubeta con agua tibia y se sumergen las herramientas, sacudiéndolas un poco mientras están mojadas. Al finalizar, se lavan con agua a presión y se ponen a secar.

7. Guardado

El almacenamiento de estos elementos es otro punto que se debe considerar, más allá del método utilizado para su limpieza. En este sentido, tienen que estar bien secos, ya que la humedad puede oxidar los mangos metálicos o deteriorar los de madera. Es recomendable que queden colgados boca abajo, y tapados con una tela o bolsa plástica para evitar que el polvo se pegue.

Últimas recomendaciones

Para asegurarse de emplear el disolvente correcto, se debe chequear la etiqueta de la pintura que se utilizó. Allí figura en base a qué está hecha, agua, aceite u otro componente. En ocasiones, también indica con qué líquido es conveniente higienizar las herramientas.

Puede suceder que las cerdas de las brochas o pinceles pierdan su forma. De ser así, sumergirlas en agua hirviendo durante unos minutos contribuye a enderezarlas.


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