9 consejos para comprar y almacenar pollo

¿Eres de los que hacen lista de la compra? ¿Coges lo primero que encuentras en el supermercado o tu nevera es una caja de sorpresas? ¿Sabes cómo debe lucir una pieza de carne en buen estado?
9 consejos para comprar y almacenar pollo
Anna Vilarrasa

Escrito y verificado por la nutricionista Anna Vilarrasa.

Última actualización: 06 julio, 2023

La carne es una buena fuente de proteínas y vitaminas, así como un alimento apto para muchas personas y tipos de dietas. Sin embargo, es menos conocido que junto con los huevos, son dos de los alimentos que causan más enfermedades e infecciones alimentarias. Para minimizar el riesgo es importante tener en cuenta algunos consejos para comprar y almacenar pollo.

Los patógenos más habituales son Salmonella, Campylobacter, Clostridium y E. coli. Por regla general, la forma más segura de protegerse de estos problemas es la temperatura a la hora de cocerlo. Pero como cualquier otro alimento, la manera de adquirirlo y guardarlo en casa son pasos previos sobre los que hay que estar informados.

Color, temperatura, embalaje, conservación. En el siguiente artículo se resumen los principales puntos de interés para poder disfrutar de forma segura y sana de todas las propiedades y las posibilidades culinarias que nos ofrece el pollo.

Los 9 consejos para comprar y almacenar pollo con seguridad

La seguridad y la calidad de lo que se encuentra en el plato también está en manos de los consumidores. Adquirir los productos de forma ordenada y sin riesgo o almacenarlos bien una vez en casa, son puntos clave en la cadena alimentaria.

1. Dejar su compra para el último momento

Antes de ir a comprar, es aconsejable planificar lo que se va a necesitar, ya que todos los productos frescos como la carne deben adquirirse al final. Esta tiene que ser la última parada en el mercado o antes de pasar por la caja.

Así se evita romper la cadena de frío. Una vez en casa, también deben ser los primeros en guardarse de la forma adecuada. 

2. La apariencia

Para elegir una pieza de pollo en buen estado, esta tiene que tener una carne firme, tierna y elástica. Los expertos señalan que las aves de corral crudas tienen un color entre el blanco y el amarillo pálido. Todos son tonos normales y varían según la dieta, la movilidad, la raza y la edad del animal.

La piel tiene que ser lisa, flexible, húmeda y no debe presentar restos de plumas. Su color viene condicionado por la alimentación del animal. En ningún caso es un indicador de calidad ni de frescura. Tampoco tiene ninguna relación con su valor nutricional ni la cantidad de grasas que pueda contener la carne.

Pollo comprado en la casa.
El pollo debe respetar sus temperaturas óptimas de conservación para evitar infecciones alimenticias.

3. La temperatura óptima al comprar y almacenar pollo

La carne cruda en los puntos de distribución debe mantenerse en el refrigerador y no haber sufrido una rotura en la cadena de temperatura. Esto suele estar asegurado por los propios protocolos de cada empresa.

Pero si se adquiere el pollo en un supermercado o una tienda de autoservicio, hay que comprobar que el paquete se note frío al tacto. De lo contrario, es mejor dejarlo y dar aviso a los encargados del lugar.

4. No romper la cadena de frío en el transporte

Una vez se ha adquirido la carne, hay que garantizar que los productos que necesitan frío no aumenten de temperatura. Es aconsejable usar bolsas especiales para trasladarlos y hacerlo en la menor brevedad posible.

5. Almacenamiento en frío

Como señala el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos en sus recomendaciones para conservar con seguridad, el frío es el mejor método para salvaguardar los productos frescos, como los son los cárnicos. Aunque no mata los posibles patógenos presentes, permite detener su proliferación.

Dentro del frigorífico, el pollo ha de mantenerse a una temperatura por debajo de los 4 ºC, pues estos son los grados ideales de conservación. Así puede durar entre 1 y 2 días si es crudo y entre 3 y 5 una vez cocinado. No hay que lavar nunca la carne antes de almacenar o cocinar, ya que se corre el riesgo de esparcir las posibles bacterias.

6. Utensilios y lugar adecuados 

La temperatura óptima para conservar el pollo está garantizada en toda la superficie interna del frigorífico. Por lo tanto, puede ser colocado en en cualquier repisa o cajón.

Si el aparato dispone de un punto especial para carne y pescado, es aconsejable usarlo, pues asegura un frío constante y suficiente que mantiene el producto sin congelarlo.

La carne cruda se debe guardar en recipientes apropiados o bien envuelta en un embalaje apto para alimentos. Esto es importante para evitar que sus jugos, que pueden contener bacterias, entren en contacto con otros alimentos almacenados.

7. Limpieza y orden en la nevera

El aparato refrigerador ha de manterse limpio y en las condiciones adecuadas. Así se evita la pérdida de calidad y se mantienen el aroma y el sabor.

También es necesario llevar un control estricto de los productos que se guardan, sobre todo de los más perecederos, como la carne. Si por cualquier motivo no se ha podido consumir, se puede pasar al congelador. 

Como informan en el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, los cambios de color son normales en los productos frescos y por sí solos no indican que esté estropeado. En cambio, si se acompaña de mal olor, despigmentación y un tacto viscoso o pegajoso, es mejor no consumirlos.

8. Control de la temperatura al comprar y almacenar pollo

Antes de almacenar o de cocinar, no hay que dejar el pollo fuera del refrigerador demasiado tiempo. Es aconsejable preparar los ingredientes al momento y guisar los platos con la mínima antelación posible. En caso de no disponer de tiempo suficiente, es mejor volver a conservar el pollo cocido en el refrigerador y calentarlo antes de servir. 

9. Almacenaje en el congelador

Cuando no es posible consumir la carne adquirida en un breve espacio de tiempo puede almacenarse en el congelador. Esta opción también es válida si no se pueden realizar compras con asiduidad y se quiere adquirir más cantidad de producto para períodos prolongados.

Igual que con la conservación en la nevera, es importante hacerlo en la menor brevedad de tiempo posible. Esto es justo después de llegar a casa con la compra o del cocinado. Así se mejora la seguridad, pero también el sabor y la calidad.

La temperatura óptima es de – 18 ºC. Para conservarlo en el congelador hay que usar recipientes herméticos con el fin de evitar posibles quemaduras por la exposición prolongada al aire del aparato. Si se hace de la forma correcta, mantiene su calidad durante 9 meses.

Las piezas de pollo congeladas se descongelan en la nevera. Nunca a temperatura ambiente.

El pollo en el supermercado.
Las empresas y los supermercados deben asegurar su parte de la cadena de frío.

Tener presentes los consejos para comprar y almacenar pollo

Al seguir estas pautas seguras a la hora de elegir y guardar este alimento en casa, se obtienen dos beneficios. Por un lado, disfrutar de la calidad, aroma y sabor de la carne óptimos. Por el otro, evitar la proliferación de posibles patógenos que pueden causar problemas de salud.

En los puntos de venta, la clave es adquirir piezas refrigeradas, con un tono entre blanco y amarillo y sin restos de plumas. Al ser un producto fresco, se aplaza su compra hasta el último momento. Una vez en casa, hay que almacenarlo en el refrigerador o el congelador lo más rápido posible. Y mantenerlo siempre temperaturas por debajo de los 4 ºC.


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