Los 5 cuidados del naranjo chino para que florezca y produzca frutos
La planta del naranjo chino, también llamada calamondín o kumquat, tiene un gran valor ornamental y aromático. También es perfecta para hacer bonsáis, ya que se adapta a los recipientes pequeños y crece despacio.
Si te gustaría tenerla en tu casa o en tu jardín, debes saber que es una planta resistente y fácil de cuidar, siempre que se respeten sus necesidades básicas. Te contamos los 5 consejos que debes seguir para que el naranjo chino tenga flores y frutos con abundancia.
¿Cómo cuidar el naranjo chino?
Las plantas son esenciales para crear un ambiente positivo. En los espacios internos, ayudan a fomentar sensaciones placenteras y purifican el aire. Además, son símbolos de la abundancia y el crecimiento. Existen ejemplares más adecuados para los espacios internos y otros que son idóneos para el balcón o la terraza. El naranjo chino, en concreto, es apto para ambos.
1. Ubicación y exposición al sol
Es una planta que requiere mucha luz natural para crecer sana y fuerte. Lo mejor es situarla en un lugar donde reciba al menos 6 horas de sol directo al día, preferiblemente por la mañana o por la tarde.
Evita ponerla en corrientes de aire frío o de calor excesivo. Esto podría dañar sus hojas y flores.
Si vives en una zona con climas extremos, puedes cultivar el naranjo chino en una maceta y llevarlo al interior de la casa cuando las temperaturas sean muy bajas o muy altas. Asegúrate de que lo tengas cerca de una ventana iluminada.
2. Riego y humedad
Requiere un riego constante y moderado, sin llegar a mojar el sustrato ni dejarlo secar por completo. La frecuencia del riego variará según la estación del año, la temperatura y la humedad ambiental.
En general, se aconseja regar el naranjo chino cada 2 o 3 días en verano y cada 7 o 10 días en invierno.
Para comprobar si tu planta necesita agua, puedes meter un dedo en la superficie del sustrato y ver si está mojado o seco. También puedes usar un medidor de humedad para tener una referencia más exacta.
Además del riego, requiere una humedad alta del ambiente para estimular su floración y fructificación. Para ello, puedes rociar sus hojas con agua tibia cada día o poner un plato con agua debajo de la maceta.
Evita mojar las flores y los frutos, ya que podrían pudrirse.
3. Sustrato y abono
Se adapta bien a diferentes tipos de sustratos, siempre que sean ligeros, drenantes y ricos en materia orgánica. Puedes usar una mezcla de tierra de jardín, arena gruesa y compost o humus de lombriz. También puedes comprar un sustrato específico para cítricos o bonsáis.
El abono es otro factor para potenciar el crecimiento y la producción del naranjo chino. En otoño e invierno se puede disminuir la frecuencia del abono a una vez al mes o interrumpirlo por completo.
4. Poda y trasplante
La planta no requiere de esfuerzos adicionales para eliminar las ramas que se encuentran en estado de enfermedad o daños. La mejor época para podar es a finales de invierno o principios de primavera, antes de que empiece a brotar.
El trasplante es otro cuidado que se debe hacer cada 2 o 3 años, según el crecimiento de la planta y el tamaño de la maceta. El momento más adecuado para trasplantar es a principios de primavera, cuando las raíces empiecen a salir por los agujeros de drenaje.
5. Plagas y enfermedades
Entre las plagas más frecuentes del naranjo chino están los pulgones, las cochinillas, los ácaros y las moscas blancas, que se nutren de la savia de la planta y la debilitan. Con el fin de combatirlas, se pueden emplear insecticidas naturales, tales como el jabón potásico, el aceite de neem o el ajo.
Entre las enfermedades más comunes se encuentran el hongo de la roya, que causa manchas amarillas o marrones en las hojas, y la gomosis, que hace que salga una sustancia gomosa por las ramas.
Para evitarlo se debe controlar el riego y la humedad, así como mejorar la ventilación y la iluminación de la planta. El uso de fungicidas ecológicos también es válido, como el bicarbonato de sodio o el vinagre.
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Según el feng shui, una planta que atrae la buena suerte
De acuerdo con la filosofía del feng shui, el naranjo chino atrae la buena suerte, la prosperidad y la alegría a nuestro hogar o lugar de trabajo. Para quienes creen en el flujo de energía vital, tener la planta cerca aportaría mayor bienestar y mejor estado de ánimo.
Su color naranja simboliza el optimismo, la creatividad y la energía. Además, sus flores desprenden un aroma dulce y relajante. Nada mejor que un perfume agradable para gestionar el estrés.
Los frutos del naranjo chino son ricos en vitamina C, antioxidantes y fibra. Como otros cítricos, su consumo favorece al sistema inmunitario.
En conclusión, tener un naranjo chino es una excelente decisión. No solo contribuye a limpiar el aire y fortalecer nuestra salud con sus frutos, sino que también adornará el espacio con su hermosura y su fragancia.
Si seguimos estos consejos, podremos favorecer su floración y fructificación. ¿Qué esperas para tener tu propio naranjo chino?
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