8 formas de añadir nitrógeno y fósforo a tus plantas de manera orgánica

Si observas en tus plantas signos como: hojas amarillas, crecimiento lento, tallos poco desarrollados, tal vez les hacen falta algunos nutrientes, como nitrógeno y fósforo. Sigue leyendo y te contamos cómo solucionarlo de manera natural.
8 formas de añadir nitrógeno y fósforo a tus plantas de manera orgánica

Última actualización: 04 enero, 2024

Si miras tu jardín y percibes que ya no está igual, que las hojas han perdido verdor, tornándose más bien amarillas, tal vez es momento de añadir algo de fósforo y nitrógeno para las plantas. Sigue leyendo y te contamos cómo hacerlo y de la mejor forma, es decir, de manera orgánica.

¿Por qué son necesarios el fósforo y el nitrógeno para las plantas?

Tanto el nitrógeno como el fósforo son nutrientes fundamentales para la vida de tus plantas, sean estas de jardín o de interior. Con respecto al primero de los mencionados, se puede decir que es el elemento vital para poder sintetizar proteínas y aminoácidos, incluso el ADN.

El nitrógeno es muy abundante en la naturaleza, ya que constituye el 78 % del aire que respiramos. No obstante, es necesario que este se fije al suelo para que se pueda absorber, a través de las raíces.

Y aún, cuando se encuentra en variedad de formas, en ocasiones puede no estar disponible para las plantas, al perderse por distintos procesos, como la erosión, volatilización y lixiviado.

Por su parte, el fósforo es usado de diversas maneras por las plantas, interviniendo en una gran variedad de procesos, desde el almacenamiento y transferencia de energía, hasta la formación de estructuras (raíces, semillas, frutos); pues es un componente básico en las macromoléculas de ácidos nucleicos y fosfolípidos.

El fósforo proviene de productos de origen animal; y un 90 % del mismo, está disponible en el suelo. Sin embargo, una vez adicionado, se transforma, de manera muy rápida, en compuestos menos solubles. Por lo que solo una pequeña parte es absorbida por la planta, y con el tiempo se disminuye cada vez más la disponibilidad.



Signos de que tus plantas necesitan fósforo y nitrógeno

Existen métodos de laboratorio para determinar la cantidad de nitrógeno en el suelo, evaluando la mineralización mediante incubaciones. No todos disponemos del equipo ni de los conocimientos para ello; pero sí podemos observar las plantas.

Por lo común, el síntoma más notorio son las hojas amarillas, sobre todo si son viejas. Estas comienzan a tornarse claras, desde las nervaduras, haciéndose cada vez más pálidas, hasta que se desprenden y caen.

Otro síntoma asociado con la carencia de nitrógeno es un follaje poco abundante o escaso, los tallos lucen delgados y su aspecto general revela debilidad. Puedes darte cuenta cuando las comparas con otros ejemplares de la misma especie, en algún jardín vecino o un parque.

En cuanto a la deficiencia de fósforo, los síntomas que se observan en las plantas son los siguientes:

  • Hojas de color oscuro
  • Retraso en el crecimiento
  • Floración fuera de temporada
  • Follaje y raíces con poco desarrollo
  • Se afectan los órganos reproductivos
  • Semillas atrofiadas que no germinan

Maneras orgánicas de añadir fósforo y nitrógeno para tus plantas

Hay maneras de corregir los síntomas antes señalados. En el mercado se encuentran fertilizantes que permiten lograr este fin, los cuales incluyen varios nutrientes. Sin embargo, también existen formas de añadir nitrógeno y fósforo para las plantas de manera orgánica. Veamos cuáles son las alternativas que tienes a disposición.

1. Abono compostado

El compostaje es un proceso de aprovechamiento de desechos orgánicos para crear un abono natural. El resultado, llamado compost o composta, es un producto rico en microorganismos beneficiosos, así como en diversos nutrientes, lo cual incluye fósforo y nitrógeno.

Este método resulta muy económico. Y no solo permite utilizar recursos de los que ya se disponen, sino que se reduce la cantidad de residuos a eliminar. Pueden destinarse, a tales fines, restos de frutas y verduras, cáscaras de huevo y las mismas hojas de las plantas. No se recomienda incorporar carnes, aceites, lácteos o pan.


Continúa leyendo sobre el tema en Consejos para hacer composta en casa


2. Plantas fijadoras de nitrógeno

Hay algunas plantas que contribuyen con el proceso de fijación del nitrógeno para tus plantas, de una manera natural. Entre estas se encuentran las leguminosas, ya que en las mismas se produce una simbiosis con ciertas bacterias (Rhizobium). Así que esta es una excelente noticia, pues además de mejorar la calidad de los suelos y la vida de tu jardín, puedes también obtener un producto alimenticio.

3. Posos de café

Se afirma que los posos de café son muy beneficiosos para las plantas, al aportarles diversos nutrientes necesarios, tales como calcio, magnesio y potasio, además de los mencionados nitrógeno y fósforo. Es de lo más sencillo y económico. Solo tienes que guardar esos restos de café, después que se ha colado, y esperar que seque, antes de colocarlo en la tierra de tu jardín.

4. Humus de lombriz

El humus de lombriz es otra de esas maravillas que permiten añadir nitrógeno y fósforo para tus plantas, de manera orgánica. El mismo se obtiene de un proceso en el cual las lombrices descomponen el material orgánico, mediante la acción de sus enzimas y su microbiota.

Para hacerlo, en primer lugar necesitas un recipiente cerrado, que será la vermicompostera. Puedes comprar uno para tales fines, fabricarlo con tablas de madera o reutilizar un envase.

Se elige un sitio con poca luz, temperatura relativamente baja (20 °C) y mucha humedad. Luego, se coloca el recipiente, se prepara la base (puede ser con cartón), se añaden las lombrices y la comida, y a esperar por tu abono orgánico.

Al momento de utilizarlo en macetas o en jardín, se recomienda remover la capa superior de la tierra, para renovarla, sustituyéndola luego por el humus de lombriz.



5. Productos marinos

Puedes agregar otras fuentes de fósforo para tus plantas de manera orgánica con productos marinos, los cuales son ricos en dicho mineral. Entre estos se encuentran la harina de pescado y los caparazones de cangrejos.

6. Encalado

El proceso de encalado se refiere a la utilización de un material alcalinizante, el cual se añade al suelo con el fin de reducir su nivel de acidez, incrementando la disponibilidad de algunos nutrientes (como calcio, fósforo, potasio, magnesio y molibdeno), y reactivando a su vez la actividad microbiana.

Hay diversos materiales que se consideran en este proceso; unos son orgánicos y otros inorgánicos. En las investigaciones sobre el tema se señalan algunas ventajas del uso de la cal dolomita, así como del carbonato de calcio.

Es oportuno acotar que esto se debe hacer de manera muy esporádica (cada dos o tres años) y sin excederse. También se puede hacer previo a la siembra, para preparar el suelo.

7. Forrajes

Hay diversas especies que se pueden usar como forraje, incluso como pioneras para preparar un terreno. Es el caso del nabo o Brassica rapa, cultivado de gran manera en el mundo y que es considero un abono verde. Los resultados obtenidos en diversas investigaciones indican que esta planta ayuda en el reciclaje de nutrientes, entre ellos como nitrógeno y fósforo.

8. Micorrizas

Se llama así a la simbiosis que se produce entre los hongos y ciertas plantas, en especial en las raíces de las vasculares. Las micorrizas mejoran la absorción de nutrientes, teniendo un papel decisivo en relación con el fósforo.

Es posible implementar este tipo de asociación, mediante un proceso que, si bien es algo complejo, vale la pena; los pasos son los siguientes:

  • Recolectar micorrizas en raíces de árboles o en plantas como leguminosas, cereales, cebolla, llantén. Las mismas tienen el aspecto de unas bolitas blancas.
  • Se colocan sobre una tela y se dejan secar a la sombra.
  • Se recomienda preparar un sustrato, el cual puede incluir humus de lombriz.
  • Una vez secas las bolitas, se muelen y se mezclan con la tierra.
  • Se coloca el sustrato en un cantero, para cultivar la micorriza.
  • Se pueden sembrar semillas de leguminosas o algunas gramíneas.
  • Finalmente, después de unos meses, se cortan los tallos de dichas plantas, se suspende el riego y se vacía el recipiente, para cosechar las micorrizas.

Ventajas de usar fertilizantes orgánicos

La primera y más obvia ventaja con los fertilizantes naturales que hemos explicado es que se ayuda a renovar el suelo, al añadir nitrógeno y fósforo para tus plantas de manera orgánica. Es decir, no estás utilizando químicos.

Y si bien los fertilizantes que no son naturales añaden una buena cantidad de nitrógeno, fósforo o potasio, haciendo un efecto muy rápido, el problema con los mismos es que se desvanecen pronto.

Por ende, siempre será necesario ir abonando de manera orgánica. Y lo mejor, al proceder de tal manera, es que puedes hacerlo en casa, sin gastos y con paciencia, disfrutando de este modo de los beneficios de la jardinería lenta o slow gardening, como también se le llama.


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