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Depresión blanca o blues de Navidad: ¿qué es y cómo superarla?

7 minutos
Las calles se visten de verde y rojo. Los niños se entusiasman con la inminente llegada de Santa. A pesar de este ambiente festivo, hay quienes se ven envueltos en una profunda tristeza. ¿Por qué sucede y cómo afrontarla?
Depresión blanca o blues de Navidad: ¿qué es y cómo superarla?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater

Escrito por Valeria Sabater
Última actualización: 12 diciembre, 2023

La Navidad no siempre despierta ilusión, felicidad o mágica festividad. A veces, en medio de las decoraciones coloridas y la música alegre, surge un estrés abrumador, una tristeza constante y una sensación sombría que contrasta con un ambiente saturado de celebración.

En estos días, es común recordar a quienes ya no están con nosotros. Además, otros factores, como los conflictos familiares, las preocupaciones económicas, el malestar por asuntos personales no resueltos e incluso el peso de la soledad, a menudo, empañan el espíritu navideño.

En este artículo, arrojamos luz sobre el concepto de la «depresión blanca» de la Navidad, que, aunque no está reconocida en los manuales oficiales de psiquiatría, es evidente que afecta a numerosas personas en todo el mundo.

Depresión de Navidad: definición, síntomas y estrategias para combatirla

La depresión blanca, también llamada «depresión navideña» o «blues de Navidad», no es reconocida por los manuales de diagnósticos mentales. Sin embargo, la mayoría de los profesionales de la salud mental aseguran su existencia.

De hecho, algunos la consideran como una forma de Trastorno Afectivo Estacional (TAE), señalando al invierno y la menor exposición a la luz solar como los responsables de estos estados depresivos. Pero, ¿qué pasa con quienes tienen la Navidad bajo el sol del verano? Parece que aquí hay más que solo un asunto climático.

La depresión de Navidad es una condición psicológica marcada por el desánimo, la negatividad y el abatimiento durante estas festividades. No todas las personas se sienten a gusto en las calles iluminadas con luces rojas y verdes, ni entre las multitudes comprando regalos en los centros comerciales. ¿Es tu caso?

No es que te conviertas en un auténtico Grinch por capricho. La depresión blanca no surge a raíz del odio a estas fechas, sino de la tristeza en Navidad que afecta a muchas personas. Es algo más frecuente de lo que pensamos y, de hecho, el número de casos aumenta cada año.

Investigaciones al respecto

Un estudio difundido en Applied Research in Quality of Life indica que durante las fiestas navideñas, la satisfacción con la vida y el bienestar emocional tienden a disminuir. Una observación muy interesante es que, según esta investigación, las personas que practican la fe cristiana son una excepción a este patrón.

Por otro lado, profesionales australianos llevaron a cabo un estudio sobre los suicidios en Navidad que registró un aumento significativo de los casos durante la Nochebuena y el día de Año Nuevo, en el país de Oceanía.

Síntomas de la depresión navideña

Como ya mencionamos antes, la depresión de Navidad no es un diagnóstico médico oficial, pero se utiliza comúnmente para describir una sintomatología particular que algunas personas experimentan durante el período navideño.

Experimentar una tristeza continua, una sensación de soledad, sumergirse en un estado melancólico marcado por añoranza y la pesadumbre y tener cambios bruscos en el estado anímico, —como enfados o ataques de ira repentinos— son algunos de los síntomas emocionales de la depresión blanca.

A nivel comportamental, se observa un nivel de estrés elevado durante las compras, cenas y reuniones familiares. Asimismo, se presenta una preferencia por el aislamiento, junto con alteraciones en el sueño, como el insomnio o hipersomnia.

Por otro lado, algunos de los síntomas cognitivos más habituales son:

  • Pérdida total del interés en las fiestas de Navidad: La persona considera estas festividades como inútiles o solo orientadas al marketing.
  • Pensamiento negativo y catastrófico: Se proyectan situaciones adversas o desfavorables en diferentes áreas de la vida y el balance general se enfoca en los aspectos negativos.
  • Rumiación sobre pérdidas y ausencias. La persona no puede dejar de pensar en los seres queridos que ya no están a su lado y tienen muchas dificultades para sobrellevar el duelo en Navidad.
  • Fatiga mental: Incrementa la sensación de niebla mental, manifestada como una percepción de desorientación o agotamiento.

Factores de riesgo para la depresión blanca o blues de Navidad

La depresión de Navidad no aparece de manera espontánea con la primera luz parpadeante. Hay causas que la desencadenan y factores que influyen. En algunos casos, se manifiesta de forma intensa al combinarse con Trastornos de la Conducta Alimentaria, ansiedad o arrastrar una depresión no diagnosticada.

Dos de los factores más frecuentes son la pérdida de seres queridos y la soledad. El fin de año aumenta la sensibilidad en general. El dolor por las ausencias parecen agudizarse en esta época, dando lugar al síndrome de la silla vacía. La añoranza es otro elemento recurrente que puede influir en la depresión blanca, ya que a menudo pensamos que las festividades fueron más alegres en el pasado.

Además, la Navidad y el cierre del año invita a reflexionar y evaluar aspectos personales. En este escenario, las demandas sociales, familiares y personales pueden actuar como una potente presión psicológica.

La sensación de tener que cumplir con compromisos no deseados, sumada la autoexigencia de alcanzar ciertos estándares, puede afectar de modo negativo en el ánimo y el disfrute de la temporada.

Por otro lado, el ritmo frenético y el consumismo desenfrenado de estas fechas puede pasar factura, sobre todo si se está lidiando con una crisis económica en plena Navidad. Esto genera preocupaciones adicionales sobre cómo hacer frente a los gastos asociados a las celebraciones. Es fundamental reconocer estos factores de riesgo y buscar estrategias para gestionarlos durante la etapa navideña.

Estrategias de salud mental para enfrentar esta Navidad

Primero lo primero: Si sientes que está temporada está teniendo un impacto considerable en tu bienestar y no te sientes con los recursos necesarios para abordar la situación, no dudes en pedir ayuda a un profesional de la salud mental. Un proceso psicoterapéutico puede ser de gran ayuda.

No obstante, también queremos ofrecerte una serie de recomendaciones generales que podrían facilitar tu transitar por el mes de diciembre de la manera más armoniosa posible. Toma nota.

Prioriza el autocuidado y practica el «no»

Las compras, la preparación de comidas, la búsqueda de regalos, la asistencia a compromisos sociales y una lista interminable de actividades. Es muy fácil sentirse abrumado entre tanta vorágine. En medio de este caos, es crucial recordar que tu bienestar es primordial.

Por eso, enfócate en lo que de verdad es importante para ti y considera dejar de lado aquello irrelevante que te genere excesiva presión. Dedica tiempo para descansar y relajarte y no tengas miedo en rechazar invitaciones que no te interesan. Más allá de «quedar bien con todos» lo prioritario es estar bien con uno mismo.

Ajusta tus expectativas

La Navidad no siempre luce como en las películas de Hollywood, ¡y eso está bien! Redefine tus expectativas de manera realista, reconociendo que las festividades pueden ser tan diversas como las historias en la vida real. No te impongas estándares irreales sobre cómo deberían ser las cosas o lo que deberías haber logrado en esta temporada.

También es importante que evites compararte con las imágenes ideales que a menudo se presentan en los medios o redes sociales. Al hacerlo, aligerarás una carga innecesaria y te sentirás más en paz con tu propia realidad.

Valida tus emociones y necesidades

Está permitido sentirse triste con la llegada de Santa. No hay una manera «correcta» o «incorrecta de vivir la Navidad». Recuerda que tienes la libertad de elegir con quién deseas celebrar y de qué forma.

Si prefieres pasarla con amigos cercanos en lugar de familiares, o si decides crear tus propias tradiciones, es válido. Haz lo que resuene contigo y te brinde auténtica tranquilidad.

Cuida tu diálogo interno

Si te encuentras repitiendo pensamientos como «todo va a salir mal, este nuevo año será peor que el anterior, esta tristeza me va a matar…», es crucial detener ese patrón. Es momento de racionalizar los pensamientos, desactivar enfoques negativos y desafiar creencias irracionales que solo te hacen daño.

Transforma tu diálogo interno, reemplazando la autocrítica por autocompasión y gratitud. Esto va a contribuir de manera significativa a tu bienestar emocional.

Busca apoyo social

Es importante que te mantengas en contacto con las personas que te rodean, ya que la soledad puede exacerbar los pensamientos negativos y las emociones displacenteras. Busca la compañía de amigos, familiares o incluso de grupos de apoyo comunitario.

La conexión social es un poderoso antídoto contra la tristeza. Y compartir tus sentimientos con otros puede aliviar la carga emocional y brindar puntos de vista diferentes y valiosos.

Pide ayuda y resignifica la Navidad

No hay reglas establecidas sobre cómo se debe vivir la época navideña; cada uno puede elegir sus propios términos en función de sus preferencias y necesidades. Por eso, en lugar de dejar que las exigencias externas definan la temporada, puedes transformar la experiencia en un tiempo de conexión, autocuidado y descanso.

Por último, recuerda que pedir ayuda es un paso valioso en este proceso. No dudes en solicitar acompañamiento especializado, si lo consideras necesario.


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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.