Descubre la ley del espejo para ser feliz
Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña
Dice la ley del espejo que lo que vemos en los demás es en realidad un reflejo de lo que tenemos dentro. Por ende, si queremos ser felices, debemos detallar cómo vemos a los demás y hacernos una autoevaluación.
Para ser feliz, primero tenemos que aprender primero que nuestra felicidad no depende de los demás, sino de nosotros mismos. Eso quiere decir que no podemos esperar que otros nos procuren alegría y felicidad, sino cultivarla nosotros mismos, en nuestro interior, para poder disfrutarla.
La ley del espejo no solo nos ayuda a entender esto, sino que también nos puede ayudar a gestionar problemas con diversas personas (familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc). ¿Cómo? A partir de unos ejercicios que podemos practicar fácilmente.
Las cosas que nos molestan de otros
Hay cosas que siempre nos molestan. Por ejemplo, el hecho de que nuestra cuñada siempre nos diga lo mismo en las comidas familiares, el hecho de que los hijos no siempre eligen ser sinceros, que no se nos valore en el trabajo, etc.Siempre esperamos que los demás actúen de una forma, pero en muchos casos nos sentimos defraudados. Sin embargo, ¿somos conscientes de que tal vez nosotros también les estamos defraudando en otras cosas?
Como primer ejercicio proponemos hacer una lista con las cosas que nos molestan de las personas que nos rodean.
Las cosas nuestras que molestan a otros
Pero ahora vamos a hacerlo al revés. Haremos otra lista poniendo cosas que puedan molestar o haber molestado a esas personas. Para hacerla debemos ser sinceros y autocríticos con nosotros mismos.
No somos perfectos, somos humanos, y sabemos que nos hemos equivocado muchas veces. Por eso es importante aprender a ser empáticos, es decir, a ponernos en el lugar del otro.
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La ley del espejo y la felicidad
La ley del espejo nos enseña que, si sentimos algo negativo hacia alguien, la causa está en nuestro corazón, y no en la otra persona. Por ejemplo, si nos sentimos ofendidos por algo que nos han dicho, es porque nosotros estamos ofendiendo a alguien. Tal vez no a esa persona pero sí a otra.
Si aprendemos a darnos cuenta, y sobre todo a evitarlo, posiblemente dejaremos de sentirnos ofendidos nosotros. Es curioso como no todos reaccionamos igual ante la misma situación, porque no todos tenemos lo mismo en el corazón.
Un ejercicio práctico para entender mejor la ley del espejo
Vamos a elegir a una persona de la que no soportamos alguna cosa por la cual nos sentimos heridos. Haremos una lista con cosas que nos gustaría agradecerle. En algunos casos, esto nos puede sorprender mucho e incluso molestar, deberemos hacer un gran esfuerzo, pero valdrá la pena.
Seguro que alguna vez ha hecho algo por nosotros o por algún familiar nuestro, nos ha ayudado en algo, etc. Dedicaremos el tiempo que haga falta.
A continuación, todavía más difícil, haremos una lista exponiendo cosas por las que nos gustaría pedirle perdón. Tal vez la hemos mirado mal, le hemos faltado al respeto o nos hemos olvidado de agradecerle algo. Hasta aquí será un verdadero ejercicio de humildad. Pero el tercer y último paso es sólo para las personas más valientes.
Nos pondremos en contacto con esa persona (personalmente, por teléfono o por carta). Entonces, le daremos las gracias por todo lo de la lista, y le pediremos perdón por el resto.
Este ejercicio puede parecer una locura, puesto que muchas personas son demasiado orgullosas para llevarlo a cabo. O bien, piensan que debería ser al revés, que ellos deberían recibir los agradecimientos y dar el perdón.
Pero el resultado suele ser sorprendente. Esas personas que jamás se esperarían un mensaje así suelen reaccionar de manera muy positiva y emocional.
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¿Cuándo, cómo, con quién…?
Este ejercicio podemos hacerlo siempre que queramos y con quien tengamos necesidad. Es un ejercicio práctico que casi siempre da resultados para ser feliz. Y tan sencillo, aunque no fácil, que vale la pena probarlo. Sobre todo con las personas a las que más queremos, o en situaciones que nos hacen daño y queremos superar.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.