Desayuno de dopamina: ¿por qué deberías comer algo crujiente en la mañana?

¿Te cuesta arrancar por las mañanas? Si la respuesta es sí, quizás te interese una tendencia viral que promete una subida de la energía con tan solo un bocado crujiente. Se conoce como “desayuno de dopamina”, y sugiere que empezar el día masticando algo puede darte un impulso de motivación.

Aunque no hay evidencia de que masticar genere un aumento real de la dopamina (el neurotransmisor que regula la motivación y la atención), el truco sí tiene una base sensorial interesante. Piénsalo como un pequeño despertador para tu mente que no requiere ni de cafeína ni de azúcar.

¿Qué ocurre cuando masticas?

El verdadero efecto de empezar el día masticando un alimento crujiente es sensorial. Masticar algo es una tarea compleja que involucra los músculos de la mandíbula, y activa el sentido del oído y los receptores en la boca. Esta estimulación podría actuar como una señal para sacarte de la sensación de somnolencia.

Además, es posible que el acto de masticar algo aumente temporalmente el flujo de sangre al cerebro, lo que se asocia con un mayor estado de alerta a corto plazo. De hecho, algunos estudios que analizan el acto de masticar chicle, mencionan que puede activar partes del cerebro que apoyan el aprendizaje y la función ejecutiva.

Cómo aplicar el truco del “despertar crujiente”

Incorporar este principio en tu rutina es muy sencillo. Más que cambiar todo tu desayuno, se trata de añadir algún alimento que debas masticar un poco más de tiempo.

1. Elige una opción crujiente saludable. No necesitas que todo tu desayuno sea crujiente. Un solo elemento es suficiente para crear el estímulo.
2. Cómelo al principio de tu desayuno. Usa este bocado para comenzar tu día, antes de pasar al resto de tu comida.
3. Mastica con calma durante 30 a 60 segundos. Concéntrate en la sensación y el sonido del crujido. Este acto de atención plena puede potenciar el efecto.

Opciones crujientes y saludables

• Rodajas de una manzana
• Palitos de zanahoria o apio
• Una tostada de pan integral
• Una cucharada de cereal sin azúcar
• Un puñado de semillas (girasol, calabaza)
• Un puñado de frutos secos (almendras, nueces, maní sin sal, castañas de cajú)

Consejos adicionales

Lo que puedes esperar es un efecto ligero y temporal, como el equivalente a salpicarse la cara con agua fría por la mañana. Se trata de un estímulo que te ayuda a sentirte más despierto, pero no esperes un cambio profundo en tu estado de ánimo o energía.

Si la idea de añadir algo a tu desayuno te genera estrés, o si las texturas crujientes te resultan desagradables, simplemente no es para ti. El objetivo es que sea fácil de implementar y agradable.

Un aspecto a tener en cuenta es que no es un tratamiento para la falta de motivación, la depresión o el TDAH, y tampoco sustituye a una buena noche de sueño. Es tan solo una herramienta para darte un pequeño empujón por las mañanas.

Con tu desayuno habitual, prueba comer un puñado de frutos secos o el alimento que más te guste. Mastícalo despacio durante un minuto, prestando atención al sonido y la textura. Observa si sientes un pequeño momento de activación para comprobar si este truco sensorial funciona para ti.