Causas, síntomas y tratamiento de la distimia
Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña
La distimia es una forma leve de depresión con características similares al trastorno depresivo mayor. La diferencia con este último es que los síntomas son menos severos. Sin embargo, tienden a ser más persistentes y prolongados. Por ello, también es necesario conocer el tratamiento de la distimia.
La persona que padece el trastorno distímico pierde el interés por las actividades cotidianas y le resulta difícil sentirse optimista, incluso en situaciones felices.
Además, desarrolla problemas de autoestima y sus comportamientos afectan en gran medida sus relaciones sociales. Dado que no es tan grave como la depresión mayor, muchos ignoran sus síntomas durante varios años.
De hecho, para diagnosticarla, los profesionales tienen en cuenta que el estado emocional depresivo ha permanecido por más de dos años en adultos y un año en niños.
¿Cuáles son las causas de la distimia?
Como ocurre con otras enfermedades mentales, no hay una sola causa para explicar la aparición de la distimia. Al igual que otras formas de depresión, suele ocurrir por una combinación de factores bioquímicos, genéticos, psicológicos y ambientales.
Sin embargo, en la mayoría de los casos es difícil establecer qué factor exacto es el “culpable” de esta condición. Por eso, los psiquiatras tienen en cuenta aspectos como los antecedentes familiares, el estilo de vida y posibles acontecimientos traumáticos. En resumen, la distimia puede estar causada por:
- Diferencias biológicas. Cuando el paciente con trastorno distímico tiene modificaciones físicas en el cerebro.
- Química del cerebro. Por alteraciones en la actividad de los neurotransmisores que regulan el estado de ánimo.
- Rasgos heredados. El trastorno suele afectar a varios miembros de una misma familia, sobre todo parientes cercanos.
- Acontecimientos de la vida. Por ejemplo, la pérdida de un ser querido, dificultades económicas o exposición constante a situaciones de estrés.
- Antecedentes de enfermedad mental. Cuando el paciente ha tenido otras patologías psicológicas como un trastorno de la personalidad.
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Síntomas de la distimia
Los síntomas de la distimia aparecen de manera intermitente durante años y su intensidad puede cambiar con el paso del tiempo. Sin embargo, no suelen desparecer por más de dos meses. Incluso, a veces se manifiesta con episodios de depresión mayor, lo que se distingue como “depresión doble”.
La mayoría de pacientes tienen síntomas llevaderos, pero prolongados. A pesar de esto, el estado de ánimo actual puede pasar de leve a moderado o grave. Sus signos y síntomas pueden incluir:
- Sentimiento de desesperanza
- Pérdida de interés por las actividades diarias
- Sensación de vacío y tristeza profunda
- Cansancio constante y falta de energía
- Baja autoestima o sentirse inútil e incapaz
- Dificultades para mantener la concentración y tomar decisiones
- Enojo constante e irritabilidad
- Disminución de la productividad física y mental
- Aislamiento social
- Inapetencia o, por el contrario, ansiedad por la comida
- Sentimiento de culpa o preocupación
- Dificultades para alcanzar un sueño reparador
Diagnóstico
Para poder comenzar el tratamiento de la distimia es necesario que un profesional haga el diagnóstico. Inicia con un examen físico acompañado con varias preguntas. En ocasiones la distimia está relacionada con un problema de salud físico no diagnosticado. Luego, se sugieren pruebas complementarias como:
- Análisis clínicos. Para determinar si hay afecciones que puedan derivar los síntomas depresivos. Por ejemplo, el hipotiroidismo.
- Evaluación psicológica. Incluye un minucioso análisis de los pensamientos, sentimientos y conductas. También usa un cuestionario para ayudar a precisar el diagnóstico. Por eso, al final permite determinar si es distimia u otra enfermedad del estado de ánimo.
- Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). En ocasiones los médicos utilizan los síntomas del DSM-5 publicados por la Asociación Americana de Psiquiatría para determinar si hay señales evidentes de distimia.
Tratamiento de la distimia
Hay dos medidas terapéuticas para el tratamiento de la distimia: los medicamentos antidepresivos y la psicoterapia. No obstante, el enfoque de cada uno varía en función de la severidad con que se presente. También del estado de salud actual y capacidad para tolerar los medicamentos.
Cuando el problema afecta a niños o adolescentes se tiene en cuenta primero las terapias psicológicas como tratamiento de la distimia. Si no funcionan, es probable que se sugieran antidepresivos.
Medicamentos
Los medicamentos que se recomiendan para el control de la distimia deben estar supervisados por un médico. De igual forma, su consumo se debe extender hasta que el profesional lo indique. Este mismo evaluará los posibles efectos secundarios. Los más utilizados son:
- Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)
- Antidepresivos tricíclicos (ATC)
- Inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN)
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Psicoterapia
La psicoterapia brinda importantes beneficios como tratamiento de la distimia. Es un medio útil para hablar sobre los sentimientos y pensamientos. Además, permite encontrar una forma adecuada de manejarlos. Los dos tipos de psicoterapia recomendada son:
- Terapia conductual cognitiva (TCC), cuyo objetivo es ayudar a que el paciente sea consciente de sus síntomas y de los factores que los empeoran. Enseña algunas estrategias para resolver problemas y mejorar las relaciones.
- Psicoterapia o terapia orientada hacia la introspección. Ayuda a la persona afectada a identificar los factores que están detrás de sus conductas depresivas.
Por supuesto, el mejor complemento para estos tratamientos es mantener un estilo de vida saludable. Si el paciente mejora su alimentación, hace ejercicio y descansa bien, el pronóstico mejora de forma considerable. Además, es primordial que se mantenga alejado de las drogas y el alcohol.
Para resumir, tener continuos episodios depresivos no es normal, aunque los síntomas sean leves. Cuando la tristeza es prolongada y casi inexplicable, se debe solicitar una evaluación profesional para determinar si su origen es la distimia.
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