Divertículo de Zenker: ¿en qué consiste y cómo es su tratamiento?
Escrito y verificado por la médica Mariel Mendoza
El divertículo de Zenker también se conoce como «divertículo faringoesofágico». Es el divertículo esofágico más frecuente y su nombre deriva del patólogo alemán Zenker, quien publicó una revisión de 22 casos en 1874.
La prevalencia del divertículo de Zenker es muy baja, de máximo 0.11 % a nivel mundial, y es más habitual en edades avanzadas y en el sexo masculino. Por lo general, es asintomática y, cuando produce síntomas, requiere de resolución quirúrgica.
¿Cómo se originan los divertículos de Zenker?
El divertículo de Zenker es considerado un divertículo de propulsión. Se debe a la protrusión de la mucosa y submucosa faríngeas a través de una zona relativamente débil de la pared posterior de la faringe, denominado triángulo de Killian. Esta debilidad muscular está ubicada en el tercio superior, donde se produce la unión posterior de la faringe con el esófago.
Aunque su causa es desconocida, se relaciona con la presión interna que se produce durante la deglución en conjunto con la presencia de áreas frágiles en la faringe.
Síntomas
Inicialmente, el divertículo de Zenker es asintomático o cursa con síntomas leves como dolor de garganta crónico. Al crecer, el divertículo comienza a llenarse de alimento y esto genera los síntomas: el síntoma más frecuente es la dificultad para tragar (disfagia).
Lo acompañan la regurgitación no ácida, el babeo, la acidez estomacal y el mal aliento (halitosis). Asimismo, puede haber disfonía o ronquera por afección del nervio que inerva las cuerdas vocales, dolor en el cuello, dolor torácico, vómitos, tos crónica, sensación de ahogo, presencia de masa en el cuello y pérdida de peso.
Los divertículos de Zenker pueden complicarse: la neumonía por broncoaspiración es la complicación más frecuente. Otras menos frecuentes son la hemorragia, la perforación de la vía aérea o del mediastino, la ulceración, la infección del saco diverticular o la compresión esofágica.
Divertículo de Zenker, el más frecuente
El divertículo de Zenker, aunque considerado un divertículo falso, ya que está recubierto solo por mucosa y submucosa, es el más frecuente y representa entre el 52 al 82 % de todos.
El nombre viene del patólogo alemán Friedrich Albert Von Zenker. En conjunto con Von Ziemssen lo describieron de forma detallada en 1878. Aunque ya había sido previamente reseñado por el doctor Abraham Ludlow en 1769.
Es más frecuente en edades avanzadas, entre la séptima y octava década de la vida, y en hombres. La prevalencia del divertículo de Zenker varía desde el 0,01 al 0,11 % y en su mayoría son asintomáticos.
Diagnóstico del divertículo de Zenker
Para el diagnóstico del divertículo de Zenker, se requiere de realizar un esofagograma. El esofagograma, o «radiografía de bario», consiste en un examen fluroscópico del esófago con medio de contraste.
Pueden usarse otros métodos como la manometría y el estudio de pH para determinar si el divertículo tiene una respuesta anormal del músculo de la deglución o presencia de reflujo gastroesofágico. No se recomienda realizar esofagoscopia de entrada debido al riesgo de perforación.
El diagnóstico se confirma mediante la radiografía de bario. En la misma, se puede ver el proceso de deglución y se evidencia la presencia del divertículo que se desplaza hacia uno de los lados del cuello, mayormente hacia el lado izquierdo. Se hace proyección lateral y visión del área hipofaríngea.
El tratamiento definitivo es quirúrgico
Cuando el divertículo de Zenker es asintomático, no requiere de tratamiento. En cambio, si el divertículo de Zenker crece, se llena de alimento y comienza a presentar síntomas, el tratamiento es quirúrgico.
Puede realizarse cirugía abierta o cirugía endoscópica. En ambas se extrae o se corta el divertículo, así como el músculo cricofaríngeo. Esto se denomina diverticulectomía y miotomía del cricofaríngeo.
Siempre debe sospecharse en casos de dificultad para tragar
El diagnóstico del divertículo de Zenker se debe sospechar por el cuadro clínico y confirmarse mediante el esofagograma con bario. Debe ser el primer diagnóstico a descartar en pacientes de edad avanzada con dificultad para tragar.
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