Dolor y punzadas en el útero: causas y pruebas médicas
Escrito y verificado por la médica Maryel Alvarado Nieto
La aparición de dolor y punzadas en el útero suele ser un motivo de consulta ginecológica. Sus causas son variadas y abarcan desde condiciones triviales relacionadas con el ciclo menstrual hasta patologías que involucran cualquier estructura de la cavidad abdominopélvica.
Justamente, ese origen multifactorial es lo que hace necesaria una evaluación médica minuciosa. El médico o ginecólogo se ve obligado a determinar si hay una urgencia quirúrgica o si se requiere otro tipo de tratamiento. Incluso, debe descartar la posibilidad de un embarazo. ¿Te interesa saber más al respecto?
Principales causas del dolor y las punzadas en el útero
Al momento de evaluar las posibles causas del dolor y las punzadas en el útero, el profesional verifica la presencia de otros síntomas, como el sangrado o las secreciones anormales en los genitales. También averigua por posibles síntomas gastrointestinales o urinarios. En general, las causas suelen ser las siguientes afecciones.
Dismenorrea
La principal causa de dolor y punzadas en el útero es la que se encuentra relacionada con la menstruación, conocida como «dismenorrea». Afecta a más de la mitad de las mujeres en edad fértil y los casos severos conducen a ausentismo escolar o laboral.
El cólico menstrual aparece de forma cíclica al inicio de cada regla y suele durar entre dos y tres días. Además, puede acarrear otros síntomas como los siguientes:
- Náuseas y vómitos.
- Diarrea.
- Cefalea.
- Malestar general.
- Fatiga.
El dolor en la dismenorrea es descrito como tipo cólico, localizado en el abdomen inferior, aunque puede irradiarse hacia la parte baja de la espalda o hacia los muslos. La afección está clasificada como primaria cuando no existe una causa aparente para el dolor.
Entre tanto, es secundaria cuando se debe una patología subyacente. Debido a esto, es importante interrogar las características con las que aparece y la relación que mantiene con la menstruación.
Posibles causas del dolor
La menstruación es desencadenada por una serie de cambios hormonales cíclicos. Entre estos, ocurre una disminución de la concentración de progesterona, que responde a la degeneración del cuerpo lúteo.
En consecuencia, se estimula la producción de unas sustancias conocidas como prostaglandinas, que intervienen en la contracción uterina y en la vasoconstricción. Por ello, disminuye el aporte sanguíneo del endometrio, lo que conlleva a la isquemia y el dolor.
¿Son necesarias más pruebas médicas en la dismenorrea?
En primer lugar, es necesario evaluar si el dolor y las punzadas en el útero están asociadas con el ciclo menstrual. Si el cólico aparece con la regla y ha ocurrido en ocasiones previas, se realiza un examen ginecológico completo.
Cuando los hallazgos están dentro de los límites normales, no hace falta realizar ninguna prueba adicional. Para manejar el dolor, se puede recurrir al uso analgésicos durante tres o cuatro días.
No obstante, en ocasiones es necesario comprobar que el dolor no se encuentre relacionado a otros procesos distintos a la menstruación. Por esta razón, se pueden solicitar estudios complementarios como la hematimetría, el examen de orina y la ecografía abdominopélvica.
Del mismo modo, es importante descartar malformaciones genitales cuando el dolor aparece en las primeras menstruaciones y es demasiado intenso.
Síndrome de Mittelschmerz: dolor y punzadas en el útero que confunden
Otra causa frecuente de dolor pélvico es el que ocurre alrededor de la ovulación. En términos médicos se conoce como síndrome periovulatorio o Mittelschmerz. Se describe como un dolor en el abdomen inferior, que afecta de forma predominante a un solo lado.
Este puede aparecer entre los días 7 y 24 del ciclo menstrual y tiene como característica distintiva que cambia de hemiabdomen en los meses sucesivos.
Causas del síndrome de Mittelschmerz
Existen dos teorías que intentan explicar el origen del dolor periovulatorio. La primera está basada en la distensión dolorosa de la superficie del ovario —en el que el folículo se encuentra en crecimiento—, lo que ocurre justo antes de que se produzca la ovulación.
La segunda responde a un aumento en la secreción de prostaglandinas por acción de la hormona luteinizante, lo que genera la contracción de las fibras musculares lisas perifoliculares y, con ello, la sensación de dolor.
El Mittelschmerz no es un síndrome que se origine en el útero. Sin embargo, debido a su alta frecuencia y a la malinterpretación de su ubicación, es posible confundirlo con otras causas de dolor, sobre todo cuando es intenso y predomina en el lado derecho. Suele ser similar a una apendicitis.
Por lo anterior, es fundamental contar con un interrogatorio exhaustivo que incluya el antecedente de un dolor similar en otras ocasiones.
Enfermedad inflamatoria pélvica
La infección del tracto genital superior se agrupa en una entidad conocida como «enfermedad pélvica inflamatoria» (EPI), que también afecta a órganos vecinos. En esta patología, el dolor abdominal empeora durante las relaciones sexuales o al finalizar la menstruación. Del mismo modo, puede involucrar la aparición de flujo vaginal maloliente y la sensación de alzas térmicas.
La exploración física desvela la sensibilidad a la movilización del cuello uterino, lo que se considera un hallazgo sugerente de EPI. Las pruebas complementarias como la hematimetría, la proteína C reactiva y la velocidad de sedimentación globular no deben dilatar la instauración de un tratamiento antibiótico precoz. Por otro lado, la realización de un frotis vaginal y el uso de la ecografía pueden resultar de gran utilidad.
Causas del dolor en el útero por EPI
El ascenso de microorganismos desde la vagina es la principal causa de la enfermedad inflamatoria pélvica. Los gérmenes que con mayor frecuencia se encuentran involucrados en una mujer con vida sexual activa son la Neisseria gonorrhoeae y la Chlamydia trachomatis.
Sin embargo, no todas las infecciones son causadas por un microorganismo de transmisión sexual. Existen factores de riesgo que aumentan las posibilidades de desarrollar EPI, como los siguientes:
- Prácticas sexuales de riesgo. Varias parejas sexuales y relaciones sin métodos de barrera.
- Presencia de dispositivo intrauterino (DIU), en especial durante las primeras semanas posteriores a su colocación.
- Antecedente previo de enfermedad inflamatoria pélvica.
- Exploración o manipulación de la cavidad uterina por vía vaginal, como la histeroscopia o la histerosalpingografía.
Endometriosis
La endometriosis es otra causa de dolor pélvico, en este caso de evolución crónica. A menudo, aparece antes de la menstruación, aumenta su intensidad durante la regla y disminuye de forma progresiva.
Es importante investigar las características de los ciclos menstruales, puesto que suelen tener una duración prolongada con un sangrado abundante. De hecho, a veces son más frecuentes y aparecen antes de los 28 días.
Origen de la endometriosis
La endometriosis responde a la presencia de tejido endometrial fuera de la cavidad uterina. El origen del dolor y la asociación con el ciclo menstrual responden a los cambios hormonales que ocurren durante este proceso.
La exploración física brinda poca información, pero la cronicidad del cuadro clínico y las características de las menstruaciones pueden servir de punto de partida para su sospecha diagnóstica.
Exploraciones complementarias en la endometriosis
La alteración de algunos marcadores tumorales (Ca-125 y Ca-19-9) están descritos en la presencia de endometriosis. Sin embargo, no son específicos de esta entidad y, por tanto, son necesarias más investigaciones que determinen su verdadera utilidad.
Los estudios de imagen pueden arrojar ciertos hallazgos en algunos casos, pero tampoco se consideran idóneos para diagnosticar esta afección. Por su parte, la laparoscopia es la técnica invasiva que brinda una información certera, ya que permite identificar los focos de implantación endometrial fuera del útero.
No obstante, es necesario tomar muestras para biopsia de las lesiones sospechosas, ya que la histología de las mismas confirmarán el diagnóstico. Algunos autores describen que la supresión hormonal ovárica con mejoría de los síntomas puede utilizarse también como un método para diagnosticarlo.
Consultar al ginecólogo es esencial
En la mayoría de los casos, el dolor y las punzadas en el útero no suponen una afección grave. Incluso, suelen darse de manera puntual. Pese a esto, es conveniente comentarlo con el médico o ginecólogo para recibir atención oportuna y adecuada, en caso de que sea necesario.
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