Los efectos del alcohol en el corazón
Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto
En la actualidad, hay cierta confusión en torno a los efectos del alcohol en el corazón. Hay información que sugiere que beber vino o cerveza, de forma moderada, contribuye a la salud cardiovascular. Sin embargo, existen estudios que certifican los efectos nocivos de este tipo de bebidas sobre el corazón.
En realidad, los efectos del alcohol en el corazón son muy variados y dependen del estado de salud de cada persona, las cantidades y frecuencias con las que se ingiere, así como del tipo de licor que se consume.
De cualquier modo, hay algo que no tiene discusión: los efectos del alcohol en el corazón y otros órganos pueden llegar a ser muy negativos, e incluso devastadores, cuando se consume en grandes volúmenes. Asimismo, se trata de un psicoactivo que puede provocar dependencia y deteriorar de forma significativa la calidad de vida.
Mitos y verdades sobre los efectos del alcohol en el corazón
Algunos estudios sugieren que, en cantidades moderadas, algunas bebidas alcohólicas pueden ser beneficiosas para la salud cardiovascular. Sin embargo, las evidencias no son del todo concluyentes.
Hay evidencia de que los efectos del consumo moderado de alcohol en el corazón pueden ser positivos.
El vino, por ejemplo, tiene un alto contenido de antioxidantes (flavonoides, taninos, antocianos y resveratrol). Estas sustancias contribuyen a prevenir la formación de placa en las arterias (arterioesclerosis). De igual forma, favorecen la producción de «colesterol bueno». Así lo confirman investigaciones como la publicada en 2019 en la revista Molecules.
Es por eso que hay quien considera que beber un vaso de vino al día podría tener efectos positivos en nuestra salud. Sin embargo, un estudio publicado en 2007 la revista Journal of the American College of Cardiology señala que si bien esos efectos positivos son reales, también es real que el consumo de alcohol, incluso moderadamente, incrementa el riesgo de provocar latidos cardíacos irregulares.
Otro estudio publicado en 2016 en la misma revista, adelantado por el profesor Peter Kistler, del Baker IDI Heart and Diabetes Institute y el Hospital Alfred en Melbourne (Australia), señala lo mismo. Indica que, si bien el consumo moderado de alcohol puede ayudar a mantener despejadas «las tuberías» del cuerpo, en cambio, puede afectar las partes eléctricas del corazón.
Efectos del alcohol en el corazón: beber moderadamente y beber demasiado
Mucho se habla acerca de la importancia de beber alcohol moderadamente y, sin embargo, no es muy claro qué es lo moderado y qué lo excesivo. Frente a este punto, lo primero que se debe tener en cuenta es el estado de salud de cada persona. Una persona diabética, o hipertensa, por ejemplo, debería evitar el alcohol, incluso en cantidades moderadas.
Por otro lado, también incide la frecuencia. Es mucho más nocivo beber alcohol en grandes cantidades, incluso si esto solo se hace muy eventualmente.
En las Directrices Dietéticas del Departamento de Salud de Estados Unidos se señala que un consumo moderado es máximo una copa al día para las mujeres y dos para los hombres. Sin embargo, un buen número de expertos señalan que lo mejor es no beber diariamente, sino evitar el alcohol dos o tres días a la semana.
Se habla de «una copa» cuando corresponde a 4 onzas de vino, 12 de cerveza, 1,5 onzas de bebidas con una graduación alcohólica de 40°, o 1 onza líquida de bebidas con una graduación de 50°.
La fibrilación auricular
Uno de los riesgos del consumo de alcohol, incluso en cantidades moderadas, es el hecho de que esta sustancia contribuye a que se produzcan latidos cardíacos irregulares, como ya lo anotamos. El alcohol puede dañar las células y hacer que se forme tejido fibroso en el corazón.
Así mismo, el alcohol puede alterar la forma como se contraen las células del corazón y, con el tiempo, conducir a que los latidos sean irregulares. De la misma manera, afecta el sistema nervioso autonómico, el cual controla, entre otros aspectos, el ritmo de los latidos.
Esta condición, llamada fibrilación auricular, incrementa el riesgo de sufrir problemas graves como insuficiencia cardíaca o accidente cerebrovascular. Aparece en algunos de quienes beben moderadamente, de forma frecuente, y en el 60 % de las personas tras una ingesta excesiva.
Otros efectos
En algunas personas, el consumo excesivo de alcohol puede debilitar el músculo cardíaco y provocar una enfermedad llamada miocardiopatía dilatada. En esta, el corazón se dilata y disminuye su fuerza de bombeo, con lo cual se provocan síntomas de insuficiencia cardíaca.
El alcohol también contribuye a la obesidad y esta aumenta los riesgos de problemas cardíacos. Asimismo, el consumo frecuente y excesivo de alcohol incrementa por dos las probabilidades de sufrir hipertensión. La combinación de alcohol y psicofármacos puede ser mortal.
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