Posibles efectos de la pornografía a nivel psicológico

El uso de la pornografía no tiene nada de malo. El inconveniente se presenta cuando ya no tenemos control sobre el deseo de mirar escenas eróticas y eso afecta lo cotidiano.
Posibles efectos de la pornografía a nivel psicológico
Maria Fatima Seppi Vinuales

Escrito y verificado por la psicóloga Maria Fatima Seppi Vinuales.

Última actualización: 06 julio, 2023

¿Porno sí o porno no? Existen muchas dudas respecto al consumo de pornografía y sus efectos a nivel psicológico. Estas dudas se plantean atendiendo a distintos factores: aquello que se muestra podría ser violento, el potencial de adicción, los cambios que se pueden generar a nivel individual o de pareja.

Por otro lado, hay quienes enfatizan que la pornografía permite liberarse y redescubrirse. Conocerse, gracias al anonimato de las plataformas y al hecho de que es posible hacerlo de manera individual.

Más que posicionarse completamente a favor o en contra, se trata de ver los matices. En esta nota lo haremos desde los efectos psicológicos que genera la pornografía. Veamos un poco más.

¿Qué es lo que motiva el consumo de pornografía?

Si tenemos que pensar en qué es lo que motiva a las personas a consumir pornografía, diremos que hay tantas razones como individuos existen. Se abre un gran abanico de opciones; desde curiosidad e interés por explorar distintas vivencias hasta la timidez y la introversión a la hora de relacionarse con otros.



¿Cómo puede afectar el comportamiento?

Retomando la idea anterior, cuando hablamos de un consumo controlado, no existen consecuencias negativas. Somos agentes de nuestras acciones y capaces de elegir cuándo empezar y cuándo parar. El inconveniente sucede cuando se convierte en una conducta compulsiva que interfiere en nuestro funcionamiento cotidiano.

Ahora bien, para explicar cuándo es un problema, pensemos de modo sencillo. Como cualquier actividad que nos genera placer, en el cerebro se producen determinadas sustancias (dopamina y glutamato), que son las encargadas de permitirnos el disfrute, conectar con la experiencia placentera y luego recordarla.

Por supuesto, el cerebro tiene gran capacidad de aprendizaje. Por lo que posteriormente intentará repetir esa experiencia.

Aquí se encontrará con una dificultad. No todos los estímulos son iguales, por lo cual, es posible recurrir a la pornografía de nuevo para lograr los mismos niveles de placer.

Por otro lado, como sucede también con todos los estímulos, en algún momento alcanzamos la habituación. Es decir que, para alcanzar los niveles anteriores de placer y disfrute, se requerirá más. Podría ser más tiempo de exposición a la pornografía.

Hombre mira pornografía.
El punto de control está en la persona que consume pornografía. Se trata de saber detenerse y no convertirlo en una adicción.

¿Cuáles pueden ser algunos efectos de la pornografía a nivel psicológico?

Todo dependerá del nivel de consumo para evaluar los efectos de la pornografía a nivel psicológico. Si el consumo es persistente y es el único medio mediante el cual vivimos la sexualidad, entonces habrá problemas.

Algunas de las consecuencias perjudiciales son las siguientes:

  • Impacto sobre la autoestima, al compararse con aquello que se ve.
  • Dificultades a la hora de vincularse sexoafectivamente con otras personas.
  • Pueden presentarse situaciones de disfunción eréctil o dificultades para llegar al orgasmo de otra manera.
  • Se refuerzan los estereotipos de género, ya que en general la pornografía ubica a las mujeres en posiciones denigradas o como objeto sexual.
  • En algunos casos, al tener más demanda de pornografía, se cae en el porno duro, que es aquel en el que se presenta una mezcla de sexo y violencia. Lo que empieza a preocupar es que se erotice la violencia y que se traduzca a los vínculos cotidianos. Esto merece mucha atención en los usuarios adolescentes.

Sin embargo, como ya señalamos, la pornografía puede ser pensada como una herramienta de autoconocimiento. Permite un ensayo sin que nos sintamos demasiado expuestos. También tiene un uso positivo para la liberación del estrés.

¿Qué se puede hacer cuando el consumo de pornografía nos afecta?

Cuando sentimos que el consumo de pornografía se nos está yendo de las manos y tenemos esa sensación de que quisiéramos parar, pero no podemos, es conveniente pedir ayuda profesional. Nos daremos cuenta si los efectos de la pornografía empiezan a afectar otros ámbitos.

Por ejemplo, si descuidamos nuestro aspecto personal porque pasamos toda la noche despiertos viendo películas y escenas eróticas. O bien cuando ponemos excusas para no asistir a reuniones sociales porque queremos ver más porno.

Es decir, la preocupación y la ayuda deben aparecer cuando la pornografía pasa a ser el eje de la vida. En este sentido, hablamos de una situación con otra complejidad, que es la adicción a la pornografía.

Adicción a la pornografía.
La adicción a la pornografía se identifica cuando se alteran los patrones cotidianos de la vida por el hecho de querer ver porno.


No es la pornografía, es su uso

Antes de concluir es importante aclarar dos cosas: el mercado de la pornografía y el uso de la misma. En relación al primer punto, no podríamos encasillar el deseo de las personas. Cada quien encuentra placer y tiene deseos y fantasías a través de distintas ideas, imágenes y prácticas. Por lo cual, si la pornografía permite liberar la imaginación, bienvenida sea.

Ahora bien, como punto a revisar es el tipo de pornografía de la que hablamos. Será conveniente que cuestionemos qué es lo que se ofrece, ser conscientes en la elección y evitar aquellas escenas de degradación a las mujeres.

Asimismo, hay que tener cuidado con creer que hay que reproducir lo que sucede en las escenas. No a todos les interesa lo mismo.

Lo importante es registrar a la persona con quien tenemos relaciones y hacerla parte. Preguntar qué le gusta, qué quiere, qué espera. Tener en cuenta que a veces las escenas son exageradas y no se condicen con la realidad.

Tampoco se trata de estigmatizar a quienes consumen pornografía o acceden a ella como un medio para experimentar placer. Pensémosla como un todo, considerando no solo a quien la mira, sino también al mercado que la produce. Quizás, un abordaje psicosocial de la misma nos permita encontrar respuestas menos parciales y más enriquecedoras.


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