Cómo encontrar la motivación que necesitas cuando nada te sale bien
Revisado y aprobado por la psicóloga Leticia Martín Enjuto
Seguro que has pasado por situaciones en que sientes que todo se te viene abajo, no ves la salida a un problema o te acomete el desánimo por la rutina. En esos momentos, tal vez, te preguntes cómo encontrar motivación. Y si bien es cierto que cada quien tiene su manera de seguir adelante; a continuación, te presentamos algunas opciones que pueden servirte de guía.
Frustración y desmotivación
Cuando haces planes o emprendes una nueva actividad, sueles estar cargado de muy buenas energías. Pero, a veces es posible que las cosas no resulten como deseas. Entonces, puede sobrevenir el desánimo, tarde o temprano, dependiendo de cuan perseverante seas.
La frustración constituye una clase de respuesta emocional que tiene lugar cuando las personan perciben o piensan que no pueden satisfacer nuestros deseos. Al experimentar tal sentimiento de desánimo, el elemento que era motivador deja de funcionar, por lo menos de manera temporal.
Así, la frustración se manifiesta en diversas actitudes, tales como:
- Ansiedad, al creer que nunca ocurrirá lo que deseamos.
- Ira ante las personas o situaciones que sentimos que son adversas.
- Pérdida de deseo de persistir con la actividad, aunque la meta siga interesándonos.
- Si la situación se prolonga en el tiempo, pueden manifestarse síntomas de depresión.
Es necesario reconocer estos sentimientos y tratar de atajarlos, antes de que cobren más fuerza. Y es que si te enfocas mucho en las emociones negativas, lo que haces es darles más fuerza, quitándotela a ti.
¿Cómo encontrar motivación cuando nada sale bien?
Por lo común, suele resultar más sencillo tener entusiasmo al iniciar una tarea, que mantenerlo, sobre todo cuando nada sale bien. A continuación, conoceremos cómo encontrar motivación en esos momentos difíciles.
No supongas
Cuando las personas están de bajo ánimo, a veces les da por temer que pasará lo peor. Esto no es cierto, la mayor parte del tiempo. Por ello, no debes caer en el error de tratar de anticipar demasiado.
¿Recuerdas cuando te daba miedo algo? Al final lo hiciste y no resultó tan drástico, ¿cierto? Bueno, tenlo siempre presente y no supongas, tal como se recomienda en el libro Los cuatro acuerdos.13
No le des tantas vueltas
Darle mil vueltas a un asunto en la cabeza, sobre todo si se trata de algo que te preocupa, te hará sumirte en un agujero oscuro. Debes buscar la manera de romper ese círculo, tratando de pensar en otras cosas.
Desconéctate
No cabe duda que la perseverancia es algo bueno, pero puede confundirse con terquedad. Luego, se comete el error de insistir por donde no es, así como hace la mosca, que quiere salir por la ventanilla cerrada.
Entonces, es bueno desconectarse por un rato de lo que te preocupa y hacer algo distinto, sin que esto signifique procrastinar. Entre las alternativas para ayudar a desconectarte se encuentran: tomar una taza de té, hacer labores de jardinería, sacar a pasear al perro, tocar algún instrumento, entre otras actividades.
Actívate
El ejercicio físico puede ayudar a mejorar el estado de ánimo, reduciendo los síntomas de depresión y ansiedad, ya que eleva los niveles de los neurotransmisores (dopamina, serotonina).
Además, constituye otra de esas actividades que te permiten desenfocarte, para evitar que te satures y te frustres más. Opciones para ejercitar con moderación y encontrar motivación: caminar, hacer senderismo, andar en bicicleta o yoga.
Cambia el enfoque
Las rutinas pueden ser positivas a veces y otras veces, no tanto. Pero, cuando sientes que no tienes buen ánimo y no sabes cómo encontrar la motivación necesaria, puede ser necesario un pequeño cambio en lo que haces, a diario. Después de todo, no se pueden obtener resultados distintos haciendo siempre las cosas de la misma manera.
Evita lo negativo
Si estás con desánimo, evita leer malas noticias en Internet, hablar con personas que solo saben quejarse, ver películas en las que aparecen personajes deprimidos o escuchar canciones tristes. La retroalimentación solo hará que avivar tu bajo estado de ánimo y sumirte en una tristeza más profunda.
Conéctate con lo positivo
Por el contrario, alimenta tu pensamiento con otras cosas, tales como: leer libros o escuchar pódcast motivacionales, cantar melodías alegres. Acude a lugares animados o reúnete con aquellas personas que te dan buenos ánimos y que te dejan con una sonrisa.
Actúa con alegría
En el mismo orden de ideas, escribe una lista de las cosas que te producen alegría y hazlas: leer, ir a la playa, tomar un chocolate caliente. No tienen que ser todas a la vez. Ve poco a poco. Pero hazlas.
En una de sus más recordadas conferencias, el célebre escritor argentino Jorge Luis Borges decía: «no hago nada sin alegría». Esto es algo que puede resultarte de mucha utilidad cuando no sabes cómo encontrar motivación.
Recuerda tus logros
Durante esos días malos, puede que te dé también por creer que nada te sale bien, que nunca has tenido suerte y cosas así. En estos momentos, es bueno recordar que sí has alcanzado logros en tu vida.
Si lo deseas, puedes escribir una lista de esos instantes en que conseguiste lo que buscabas. Y si tienes fotos de los mismos guardadas en tu móvil, míralas y recuerdas cómo te sentiste cuando lo lograste. O coméntalo con alguien con quien hayas compartido la experiencia.
Acéptate
Deja de exigirte tanto para que los demás piensen que eres una persona exitosa. No pocas veces la desmotivación deriva en suponer que no valemos, porque no alcanzamos un determinado logro; como por ejemplo, un ascenso.
Pero, no es cierto. Tu valor depende de tu actitud. Además, equivocarse o no acertar no significan nada. No hay seres humanos exentos de errar o fracasar. Acéptate y no te juzgues o seas tan severo contigo mismo.
Háblate
No esperes que te digan lo que eres y lo que puedes. Tú lo sabes y puedes hablar contigo, mirándote al espejo, recordándote tus cualidades en voz alta.
Prueba con frases como: “te expresas muy bien”, “tienes unos ojos bonitos”, “tus piernas son firmes”, “cantas de maravilla”, “eres hábil para resolver problemas”, “aprendes muy rápido”. No se trata de un alarde de egolatría, sino de tener un poco de amor propio.
Consiéntete
Ve a la pastelería y regálate un pastel. ¿Estás a dieta? Entonces invítate a un buen lugar a degustar una rica ensalada. Pero tienes que decirte en voz alta: me estoy dando este regalo porque me lo merezco.
Fíjate pequeñas metas
Aunque no sean relacionadas con la situación que te preocupa, puedes proponerte otras pequeñas metas, que te ayudarán a pensar en algo más y te recordarán de lo que eres capaz.
Puede tratarse de algo tan sencillo como preparar una receta que siempre has querido hacer. O mejorar la resistencia corriendo, pasando de 20 minutos a media hora. Y cualquier logro, por pequeño que sea, celébralo: es todo tuyo.
Evita lo que te frustre
No podemos evadir las situaciones problemáticas, no de manera permanente. Pero en los días que te sientas vulnerable, evita los sitios, situaciones y personas que no te hacen sentir bien. Si vas al gimnasio y no te sientes bien por la forma como te ves, entonces ejercita en otra parte.
¿Cuándo pedir ayuda?
Es oportuno señalar que la desmotivación es un estado por el que todas las personas atraviesan cuando desean alcanzar una meta. Pero no es indicativo de nada. Es decir, las personas que han logrado sus objetivos también se sintieron frustradas en algún momento. Y es que no hay caminos sin obstáculos.
Sin embargo, si sientes que los pensamientos negativos vuelven a ti una y otra vez, y no sabes cómo encontrar motivación para nada de lo que haces, es conveniente que acudas a consulta con un profesional de la salud mental, quien puede brindarte herramientas, a través de la terapia o bajo prescripción de psicofármacos.
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