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6 formas útiles de enseñar a los niños sobre el medio ambiente

5 minutos
Enseñar a los niños sobre el medio ambiente es construir las bases de la vida futura. Conoce aquí las líneas esenciales de un programa de restauración de ecosistemas a su medida.
6 formas útiles de enseñar a los niños sobre el medio ambiente
Elena Sanz

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz

Escrito por Ana Núñez
Última actualización: 06 julio, 2023

Enseñar a los niños sobre el medio ambiente es la forma más idónea de garantizar el bienestar y la salud del planeta. Ellos crecerán y solo lo que se siembra en la infancia podrá ser cosechado en el futuro.

En este sentido, los adultos debemos promover espacios para que nuestros hijos vivan en pleno diálogo con la naturaleza. Representada en el mar, la montaña, los bosques, pero también en su contexto inmediato. Importante es saber que cada uno de esos entornos es sensible a la contaminación.

¿Cómo transmitirles esto? Descubriendo en familia y en comunidad que la vida nos necesita. Lo que se traduce en menos plástico, humo, ruido, y más agua y verde. En fin, un mundo a la medida de los niños es sin duda más seguro para todos. Veamos cómo conseguirlo.

Formas para enseñar a los niños a cuidar el medio ambiente

Para enseñar a los niños a cuidar el medio ambiente podemos revisar con ellos la siguiente reflexión: nuestro modo de vida hace que se consuman en décadas, recursos que duraron miles de años. Y a partir de allí nos toca ser responsables del planeta.

Hay procedimientos factibles que hacen parte de una campaña global a través del “Manual de restauración de los ecosistemas” de las Naciones Unidas. Estos describen una serie de indicaciones para actuar sobre los bosques y árboles, ríos o lagos, pueblos y ciudades, océanos y costas. Aquí un resumen.

1. Plantar árboles

De las actividades de restauración, plantar árboles es de las sencillas y trascendentes. Enseña a los niños sobre el cuidado y brinda un ejemplo perfecto de lo que significa proteger y conservar. Ofrece contenidos relevantes sobre la relación entre geografía y naturaleza.

En efecto, las especies que serán sembradas responden al tipo de suelo, al clima y a la región. Y aunque haya adaptaciones y aclimataciones, será valioso que los niños adquieran conocimientos básicos sobre las variedades autóctonas.

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Plantar árboles y cultivar es la manera más simple de contactar a los niños con la vida natural que crece.

2. Limpiar las playas y riberas

La limpieza de las playas y riberas, en especial de materiales como el plástico, el vidrio y el caucho, se puede planificar de manera comunitaria. O bien a través de organizaciones que contemplan estas jornadas entre sus objetivos.
Con bolsas, guantes y un sentido nato de colaboración, los niños participan entusiastas en una actividad que reduce afectaciones reales para la flora y la fauna. Estas jornadas de limpieza reducen en millones de toneladas la contaminación de playas y riberas.

3. Crear áreas verdes

Las áreas verdes son espacios esenciales para la vida en la ciudad, al mejorar el aire, el agua y los recursos del suelo. Absorben contaminantes y evitan la erosión. Además, generan colchones térmicos, reducen los ruidos y el dióxido de carbono. Brindan refugio y protección a la fauna silvestre.

Las áreas verdes son un punto pendiente en la agenda escolar y en las organizaciones que velan por el buen vivir de las comunidades. Los niños participan sembrando y cuidando.

4. Sembrar diversidad con especies locales

La idea es despertar en los niños el interés por los modos de reproducción de las especies. La vida se encuentra en la variedad y los ecosistemas son un conjunto integrado cuyo equilibrio depende y se sostiene en la riqueza ambiental.

Los monocultivos esterilizan y reducen la biota. El balance energético que aporta la biodiversidad se traduce en eficiencia y sustentabilidad económica, ecológica y social.

5. Organizar excursiones

Realizar excursiones permitirá tener de primera mano información del entorno y aportará el sentimiento de conservación y protección. El niño que excursiona establece una relación directa entre curiosidad, investigación y memoria.

Las experiencias significativas son inolvidables. Los conceptos que se memorizan para una asignación escolar se olvidan más temprano que tarde. Sin embargo, una excursión al bosque o al mar será recordada con sorprendente claridad.

6. Conocimiento de energías alternas

Desarrollar en grupo diseños de generación y aprovechamiento de energía a partir de celdas solares, molinos o dinamos; o bien construir prototipos en la escuela, son actividades que permitirán relacionar a los niños con estos escenarios. Las energías alternas a la fósil son el futuro próximo.

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Visitar molinos eólicos o sitios de generación de energía ecológica dará pie a la curiosidad de los pequeños.

Importancia de la concienciación sobre el medio ambiente

Enseñar a los niños sobre el medio ambiente establece un vínculo que suscita acciones que contribuyen a la protección del ecosistema. Estas se reflejan en prácticas como el reciclaje en la casa y la escuela, la participación en voluntariados y la elaboración de proyectos ecológicos innovadores.

La conciencia ambiental es una filosofía que descubre la relación intrínseca entre el hábitat y el ser humano. Se trata de un enfoque sistémico que enlaza la conciencia y la acción con la comprensión de la salud como un todo.

Enseñar a los niños sobre el medio ambiente no es una tarea solo escolar

La enseñanza del cuidado del ambiente es un compromiso de los padres y de todos los que integran la comunidad. La forma de vida que nos rodea presiona más de la cuenta los recursos del planeta.

Acaso no lo vemos, pero los mares y bosques se resienten. La idea de un sistema integrado o el principio holístico de la realidad es un escenario común en el que estamos implicados. Como si la tierra fuera una nave y la humanidad viajara en ella.

Esa imagen de totalidad y de correspondencia es más que una asignatura pendiente. Es el contenido de un plan de vida integral que puede o no garantizar el porvenir.

El poeta Giacomo Leopardi decía lo siguiente: “Los niños hallan el todo en la nada; los hombres, la nada en el todo”. Sin duda, los grandes necesitamos mirar un poco más como los niños.


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