Espondilosis cervical: síntomas y tratamientos naturales
Escrito y verificado por el médico Carlos Fabián Avila
Una de las causas de dolor de cuello es la espondilosis cervical. Se trata de un trastorno en el que hay un desgaste de dos elementos de la columna vertebral en concreto: el cartílago y los huesos del cuello.
Las cervicales se conforman por un conjunto de vértebras cuyo equilibrio y resistencia pueden verse afectados por distintos factores como el envejecimiento, las malas posturas, los movimientos bruscos y la artrosis.
A continuación te comentaremos más acerca de esta condición musculoesquelética y qué puedes hacer en casa para aliviarla.
Espondilosis cervical: ¿qué es y cómo se presenta?
De acuerdo con el Dr. Rubin, “la espondilosis cervical es una degeneración de los huesos del cuello (vértebras) y de los discos intervertebrales, lo que ejerce presión sobre la médula espinal (la comprime) en la zona del cuello”. De allí que resulte una afección tan dolorosa.
Se considera que en líneas generales, la degeneración suele tener un inicio imperceptible en torno a los 40 años. Por ello, es común en personas mayores de 50-55 años.
Cabe destacar que la intensidad de los síntomas no siempre se correlaciona con lo que se aprecia en los estudios por imágenes. De hecho, existen muchos pacientes de más de 60 años de edad que no tienen síntomas y en los que los signos radiológicos son un hallazgo.
Por otra parte, el dolor no siempre se extiende al brazo, no es una situación que se dé siempre, se puede aclarar agregando que en ocasiones puede darse esa situación y que indica afección de una zona próxima a un nervio.
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Causas
Por curioso que parezca, el origen de la espondilosis cervical no está en el desgaste de las vértebras o en los cartílagos de esta área del cuello. La raíz del problema parte de una degeneración de los propios discos articulares. Se pierde la elasticidad al no tener agua para hidratarlos, para mantenerlos fuertes y flexibles.
Tal y como hemos señalado antes, es común que la espondilosis cervical aparezca a medida que nos hacemos mayores. Sin embargo, hay niños y personas jóvenes aquejadas de artritis que también presentan este tipo de condición asociada.
Esa falta de “hidratación” propicia un aplastamiento o colapso en los espacios de los discos. A medida que aumenta presión, las articulaciones se degeneran, se rozan y aparece el dolor y la inflamación. Entonces, la rigidez del cuello puede conllevar mareos y náuseas.
Por otro lado, si la espondilosis cervical se vuelve crónica, puede aparecer una protuberancia u osteofito. Ese crecimiento oprime el espacio donde están los nervios de esta área, con lo cual, se intensifica aún más el dolor.
Síntomas
- El síntoma más evidente es el dolor y la rigidez de cuello: conducir, leer, o incluso agachar la cabeza para leer los mensajes del móvil puede ocasionarnos ciertos “tirones” cervicales o mareos.
- En algunos casos, ese dolor se extiende hasta las extremidades por proximidad a algún nervio: es común experimentar cierto adormecimiento y debilidad en los brazos, las manos, los dedos…
- También aparece el dolor de cabeza.
- Otro detalle particular es escuchar ciertos “sonidos” internos. Como si nos “crujiera” algo en el cuello.
¿Cómo aliviar la espondilosis cervical?
De acuerdo con el Dr. Rubin, el tratamiento para la espondilosis cervical consiste en medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, relajante muscular (para los espasmos). Solo en algunos casos se recurre a la cirugía.
Adicionalmente, los expertos de Medline Plus indican que la terapia cognitiva conductual, puede servir si el dolor ha perjudica en gran medida el bienestar.
De no tratarse, la espondilosis cervical puede empeorar y afectar la calidad de vida de la persona. Por ello, es esencial la atención médica y el apoyo del fisioterapeuta. Adicionalmente, será necesario cuidar la higiene postural.
Técnica frío-calor
Una técnica sencilla para reducir el dolor asociado a la espondilosis cervical es la aplicación de compresas calientes y frías sobre la zona.
- Debes aplicarlas de forma alternada en el cuello y los hombros.
- Las compresas calientes mejoran la circulación sanguínea y relajan los músculos.
- Por su parte, las compresas frías ayudan al reducir la inflamación y la hinchazón.
- Señalarte también que si tienes la zona del cuello muy inflamada debes evitar las compresas calientes.
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Ejercicio suave y una buena alimentación
Antes que nada, deberemos comentarle al médico o al fisioterapeuta qué opciones de ejercicio podemos practicar. No obstante, es necesario mantener en movimiento la columna vertebral. Y, en concreto, esa área comprendida entre el cuello y los hombros.
Caminar, practicar yoga o la natación son tres de los ejercicios más indicados para mejorar la calidad de vida en caso de espondilosis cervical.
En lo que respecta a la alimentación, sería conveniente incluir fuentes de minerales varias. Por ejemplo, las semillas de sésamo contienen calcio, manganeso, magnesio, zinc y cobre, que son minerales que contribuyen con la salud de huesos, músculos y articulaciones.
Incluirlas en la dieta (en ensaladas y batidos) puede ser una manera sana de complementarla y variarla, mientras se obtienen nutrientes para mantener la flexibilidad de las articulaciones.
Hay quienes dicen que también es recomendable hacerse masajes con aceite de sésamo tibio sobre la zona dolorida, mediante movimientos circulares en la nuca, cuello y hombros.
En definitiva, seguir todas las indicaciones del médico y mantener un estilo de vida saludable es fundamental para evitar que esta condición se vuelva crónica y que perjudique gravemente la calidad de vida.
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