Tradicionalmente, la paternidad y el matrimonio han ido estrechamente unidos, al punto de que parecía impensable tener un hijo sin…
Según un estudio, «tener marido» implica tener 7 horas más de trabajo
Aunque el reparto de tareas domésticas es cada vez más equitativo, la desigualdad en estas labores le puede suponer a la mujer una inversión de tiempo considerable. Te contamos lo que dicen ciertos estudios.

Hoy en día, el hecho de tener marido no tiene por qué ser motivo para que una mujer tenga más o menos responsabilidades en un hogar. ¿Te gustaría saber más al respecto? En ese caso, te invitamos a seguir leyendo todo lo que vamos a comentarte.
En la actualidad, aunque se ha reducido, la desigualdad de género sigue existiendo. Por ello, aún es posible ver cómo hay mujeres que se encargan de gran parte de las tareas domésticas de su hogar.
Sin embargo, tampoco hay que generalizar. Existen casos en los que los hombres son quienes asumen las labores domésticas, así como también hay casos de parejas que llevan una distribución equitativa de las mismas.
En relación con todo esto, existen varias encuestas que brindan datos bastante interesantes. ¿Les damos un vistazo? ¡Vamos con ello!
El matrimonio y la desigualdad de género
Un estudio longitudinal llevado a cabo por Alexandra C. Achen y Frank P. Stafford (Instituto para la Investigación Social de la Universidad de Michigan) encuentra evidencias en torno al matrimonio y el desequilibrio en la repartición de las tareas en el hogar.
Con la finalidad de explorar cómo han evolucionado las dinámicas de ingresos de las familias americanas, los autores analizaron cómo emplearon su tiempo los matrimonios de hombres y mujeres desde 1968 hasta 2005.
Tales resultados permiten conocer cómo ha venido desarrollándose la división de labores domésticas y otras obligaciones a lo largo de las últimas décadas. Para apreciar un poco más el alcance de esto, analicemos un poco más de cerca la cuestión a continuación.
1. ¿Cómo es el reparto de tareas al tener marido?
Aunque se ha avanzado bastante en la conciliación de la vida laboral con la familiar, según la encuesta señalada, se encuentra que, por lo general, las mujeres casadas:
- Optan por abandonar de manera temporal o definitiva sus compromisos profesionales para dedicarse a la crianza de los hijos y el cuidado del hogar.
- Aún cuando mantienen sus empleos, invierten unas 7 horas más de trabajo a la semana en la casa y los niños en comparación con su compañero o marido.
Además, se observa que estas diferencias eran mucho más pronunciadas en generaciones anteriores. En 1976, por ejemplo, la media semanal para ellas era de unas 26 horas, estando en torno a las 6 horas la del hombre.
Por su parte, un artículo de las profesoras Joni Hersch and Leslie S. Stratton añade también aportaciones interesantes sobre esta cuestión. Y es que las diferencias salariales que, de forma clásica, se detectan en función del género tienen mucho que ver con esta distribución de tareas domésticas.
Estas investigadoras apuntan que la dedicación femenina llega a ser 3 veces superior a la masculina, lo que reduce las oportunidades de la mujer para generar mayores ganancias en el terreno laboral.
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2. ¿Qué supone el hecho de tener marido respecto al cuidado de personas dependientes?
En la actualidad, una pareja puede repartirse por igual las tareas de cuidado y educación de los más pequeños. No obstante, en lo que se refiere a la atención a las personas dependientes, ya sean ancianos u otros familiares con limitaciones físicas, la responsabilidad recae a menudo en la mujer. Como señala el primer estudio citado, las diferencias siguen siendo notables.
Cuando pesa el lastre de la tradición, lo que prevalece es el esquema de rol, bajo el que son “ellas” las que se ocupan de esa labor en el ámbito privado.
Por otro lado, también se han obtenido ciertas pruebas del bienestar que experimentan las mujeres en relación con “las tareas domésticas versus el cuidado del propio cónyuge”.
En esta línea, es interesante saber que, según el análisis que realiza el equipo de la profesora Vicki A. Freedman, parece que los niveles de felicidad más bajos se asocian sobre todo a las faenas de la casa.
Es más, la atención que se le brinda a la pareja cuando esta enferma es percibida por las esposas con una actitud positiva frente al desagrado que provocan actividades como lavar o fregar.
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Siempre es posible llegar a un acuerdo
Teniendo en cuenta que cada pareja llega a sus propios acuerdos, en función de sus circunstancias y necesidades particulares, cabe destacar que:
- Si los dos miembros desempeñan una actividad profesional, las tareas del hogar son responsabilidad de ambos.
- A igualdad de condiciones personales, tanto el hombre como la mujer invertirán también la misma cantidad de tiempo en el trabajo doméstico.
- En definitiva, el hecho de tener marido no tiene por qué suponer que la mujer debe asumir toda la carga de las tareas del hogar.
Este es el camino si queremos cambiar conciencias y apostar por la igualdad de género, es decir, por la igualdad de responsabilidades y, a su vez, de oportunidades.
Licenciada en Psicología por la Universidad de Valencia en el año 2004. Máster en Seguridad y Salud en el trabajo en 2005 y Máster en Mental System Management: neurocreatividad, innovación y sexto sentido en el 2016 (Universidad de Valencia). Número de colegiada CV14913. Realizó el curso Nutrición y obesidad: control de sobrepeso, ofrecido por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Estudiante de Antropología Social y Cultural por la UNED. Valeria Sabater ha trabajado en el área de la psicología social seleccionando y formando personal. A partir del 2008 ejerce como formadora de psicología e inteligencia emocional en centros de secundaria y ofrece apoyo psicopedagógico a niños con problemas del desarrollo y aprendizaje. Además, es escritora y cuenta con diversos premios literarios.