Fosfatasa alcalina alta: causas, síntomas y tratamiento
Revisado y aprobado por el biotecnólogo Alejandro Duarte
La fosfatasa alcalina (FA) es una enzima del cuerpo que tiene como función principal eliminar grupos fosfato, es decir, los grupos químicos con fósforo que tienen las moléculas del organismo como los nucleótidos, proteínas o los alcaloides. Por desgracia, hay situaciones en las que encontramos la fosfatasa alcalina alta por diversas causas que veremos más adelante.
Cuando esto ocurre, la persona se encuentra en una situación de hiperfosfatemia, ya que, al haber más enzimas que eliminan los grupos fosfatos de las moléculas, estos pasan a la sangre aumentando, así, sus niveles. La mayoría de las causas de la elevación de esta enzima están relacionadas con el hígado, sin embargo, otros órganos también pueden verse afectados.
¿Qué es exactamente la fosfatasa alcalina?
Cómo hemos mencionado, la fosfatasa alcalina es una enzima, concretamente una hidrolasa, que se desplaza por el organismo gracias al sistema sanguíneo. Sin embargo, es en el hígado, en la bilis, en los huesos en crecimiento, en los riñones y en el sistema intestinal donde más se acumula.
Como bien indica su nombre, la fosfatasa alcalina es más efectiva en medio alcalino y su nombre químico es ortofosfóricomonoésterhidrolasas. Procede de la ruptura normal de las células sanguíneas y de otros tejidos.
A pesar de que se acumula en todas las estructuras mencionadas anteriormente, es en la bilis y en los huesos en crecimiento dónde más concentración de fosfatasa alcalina hay, ya que son los lugares de donde se obtiene. Esta enzima cumple con una gran cantidad de funciones biológicas. Entre ellas se puede destacar su habilidad para facilitar el diagnóstico de enfermedades y diferentes afecciones que veremos más adelante.
Además, la FA tiene un rol importante en la calcificación de los huesos y cartílagos. Aunque aún se está estudiando, se cree que participa en el proceso de reabsorción de los huesos al remover una capa de fosfato que se encuentra presente en ellos.
Sin embargo, su principal función en el organismo es la de llevar a cabo la desfosforilación, es decir, eliminar el grupo fosfato de diversas moléculas del cuerpo como pueden ser las proteínas.
Ver también: Fosfatasa alcalina alta: causas, síntomas y tratamiento
¿Por qué se elevan los niveles de fosfatasa alcalina?
Las investigaciones apuntan, recientemente, a qué cada vez son más numerosas las razones o los eventos responsables de un incremento de la fosfatemia, situación que se desencadena cuando tenemos la fosfatasa alcalina alta.
Son muchas las causas que pueden hacer que los valores de esta enzima se eleven. Algunas veces, estos valores aumentan por razones que no tienen que ver con enfermedades, pero muchas otras son debido a enfermedades previas.
Estas son algunas de las diferentes situaciones que pueden desencadenar un cuadro de fosfatasa alcalina alta:
- Edad de crecimiento: es durante el período de crecimiento cuando el incremento de los niveles de fosfatasa alcalina se considera normal, ya que lo hace hasta tres o cuatro veces por encima del valor de referencia. En personas mayores de 60 años también es normal un crecimiento de hasta el 30 % por la involución ósea.
- Embarazo: sobre todo durante el tercer trimestre.
- Hiperfosfatemia benigna familiar: es una enfermedad rara caracterizada por la presencia de fosfatasa alcalina alta en varios miembros de una misma familia en ausencia de una enfermedad o causa conocida de hiperfosfatemia. A pesar de que su causa no se conoce, algunas investigaciones apuntan a que se origina por una mutación genética.
- Consumo de medicamentos: existen algunos fármacos capaces de elevar los niveles de fosfatasa alcalina como parte de sus efectos secundarios. Entre los medicamentos capaces de generar tal efecto destacan algunos antiepilépticos, antiinflamatorios y antidepresivos.
En cuanto a las enfermedades que pueden ser causantes de un aumento de los niveles de esta enzima podemos destacar:
- El raquitismo o déficit de vitamina D.
- Enfermedades hepáticas: como la hepatitis, el hígado graso, la obstrucción de las vías biliares o la cirrosis. En estos casos, otras enzimas hepáticas como la aspartato transaminasa y la alanina transaminasa también se encuentran elevadas.
- Problemas óseos: tumores, fracturas, enfermedad de Paget, osteomalacia y osteomielitis son algunos de los ejemplos de enfermedades óseas que pueden ser las responsables de este incremento de los niveles de la fosfatasa alcalina. Se debe tener en cuenta que el calcio y el fósforo también se pueden ver alterados en estas patologías.
- Neoplasias: a veces los tumores pueden ocasionar que se produzcan isoenzimas tumorales, lo que repercute directamente con el aumento de fosfatasa alcalina en el organismo. Este hecho se observa en el linfoma de Hodgkin.
- Otras causas: existen otras patologías no relacionadas con el hígado o los huesos capaces de generar un aumento en la fosfatasa alcalina. Dentro de estas enfermedades destacan la insuficiencia cardiaca, la colitis ulcerosa, el hiperparatiroidismo, la sarcoidosis y algunas infecciones bacterianas como la mononucleosis.
Síntomas asociados a la fosfatasa alcalina alta
La prueba que se suele realizar para conocer los niveles de FA es un análisis de la sangre prescrito por un médico. Este método sirve para detectar enfermedades ligadas a la médula ósea o al hígado, entre otras.
Por fortuna, esta prueba no requiere ningún tipo de preparación previa. No obstante, puede ser necesario ayunar en caso de que se soliciten otros estudios. Además, es un examen seguro que no provoca complicaciones más allá del dolor en el sitio de la inyección y un posible hematoma.
Los niveles normales de FA en sangre son de 44 a 147 UI/L (unidades internacionales por litro de sangre). Cuando estos niveles aumentan considerablemente es cuando aparecen los problemas. No obstante, se debe tener en cuenta que los niveles considerados como normales dependerán del sexo y de la edad de cada persona.
Como en la mayoría de los casos, las razones por las cuales los niveles de esta enzima aumenta son por problemas del hígado o de los huesos, los síntomas suelen estar relacionados con problemas como:
- Debilidad física y cansancio.
- Náuseas y vómitos.
- Deformación, alargamiento, dolor y fracturas frecuentes de los huesos.
- Dolor en el cuadrante superior derecho del abdomen.
- Orina de color oscuro y heces de color claro.
- Pérdida de peso.
- Aumento inusual en la circunferencia abdominal.
- Picazón constante.
Aparte de estos síntomas, también es común observar en un paciente con los niveles de FA elevados pérdida de apetito, fiebre, dolor en las articulaciones o ictericia (situación en la que las mucosas y los ojos del cuerpo se tiñen de un color amarillento).
Lee también: El papel de las heces en el diagnostico clínico
¿Cómo bajamos los niveles de la fosfatasa alcalina?
Lo primero que se debe hacer es detectar las causas que están provocando este aumento de concentración de la enzima para poder realizar el tratamiento más adecuado para la enfermedad.
Se suelen recetar medicamentos para bajar los niveles de la fosfatasa alcalina alta o suplementos de vitamina D. Además, se debe disminuir el uso de las píldoras anticonceptivas, ya que afectan al desarrollo óseo, fármacos antiinflamatorios, antidepresivos, psicofármacos y antihipertensivos, entre otros.
Por otro lado, se debe controlar la dieta, ya que es un factor que puede ayudar en gran medida a bajar los niveles de la fosfatasa alcalina. Por ejemplo, es muy recomendable tomar alimentos ricos en vitamina D como pescado, leche o atún, y los que contienen cobre, como los frutos secos, aguacates o legumbres.
Finalmente, la actividad física y los ejercicios de estiramientos son muy beneficiosos en las enfermedades cardiovasculares y óseas, así como tomar el sol 20 minutos aproximadamente cada día, ya que es una gran forma de sintetizar vitamina D.
Fosfatasa alcalina alta: un problema con muchos orígenes
Como puedes ver, la presencia de fosfatasa alcalina alta en sangre es un hallazgo con múltiples causas. El origen del problema puede ir desde procesos normales como el crecimiento o el embarazo, hasta patologías graves como la cirrosis hepática o la osteomielitis.
En este sentido, siempre es recomendable acudir al especialista al tener los resultados del análisis de sangre, Solo el mismo estará en la capacidad de establecer un diagnóstico adecuado e iniciar el tratamiento oportuno para la condición que se presente.
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