Fosfomicina: ¿qué es y para qué sirve?
Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira
La fosfomicina es un medicamento antibiótico que está disponible desde el año 1969 como sal soluble en agua. Se trata de un antibiótico bactericida, es decir, provoca la muerte de las bacterias patógenas. Además, se trata de un antibiótico de amplio espectro, es decir, capaz de hacer frente a casi todo tipo de bacterias, no solo a las que pertenecen a un grupo concreto.
Este antibiótico altera la pared bacteriana, tal y como veremos más adelante con más detalle. Es eficaz frente a la mayoría de las bacterias causantes de infecciones urinarias. Por ende, está indicado para el tratamiento de las infecciones urinarias, por lo general, en una sola dosis oral.
Debido al desarrollo de resistencia por parte de las bacterias, ha crecido el interés por el uso de este fármaco en otros tipos de infecciones. Por ello, se han propuesto más indicaciones para este medicamento.
Mecanismo de acción de la fosfomicina
La fosfomicina es un medicamento que debe su eficacia para el tratamiento de infecciones bacterianas a la capacidad que tiene de inhibir uno de los primeros pasos en la síntesis de los peptidoglicanos.
Los peptidoglicanos son parte fundamental de la pared bacteriana y, a su vez, la pared bacteriana es una estructura fundamental para la vida del microorganismo. Por lo tanto, al estar inhibida su síntesis, la bacteria se muere.
En concreto, la inhibición de la síntesis de peptidoglicanos origina una acumulación de los sustancias que hacen que la bacteria quede inactiva y se muera.
Por otra parte, cabe comentar que se han realizado estudios sobre la eficacia clínica que muestra la fosfomicina como una terapéutica útil en el tratamiento de infecciones urinarias no complicadas en mujeres.
¿Qué son las infecciones urinarias?
Las infecciones urinarias son enfermedades que se producen por la existencia de patógenos en la orina debido a la infección de los componentes que forman el sistema urinario, es decir, la uretra, la vejiga, el riñón o la próstata.
Esta enfermedad es más frecuente en mujeres que en hombres. Aproximadamente, se estima que una mujer puede padecer por lo menos un episodio de infección urinaria en su vida; de 3 % a 5 % de las mujeres en edad reproductiva activa tendrán una infección urinaria, y del 0,5 % a 1 % tendrán infecciones recurrentes.
Además, hay una serie de factores de riesgo que favorecen el desarrollo de esta enfermedad. Entre ellos podemos encontrar los siguientes:
- Edad.
- Embarazo.
- Higiene sexual poscoito.
- Uso de ciertos antibióticos.
- Historia de una infección urinaria reciente.
- Actividad sexual, a más actividad mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad.
Por otra parte, en cuanto a los síntomas, cabe mencionar que la infección de las vías urinarias no siempre cursa con síntomas o signos. No obstante, en caso que sí se manifiesten, los más comunes son algunos de los siguientes:
- Olor fuerte de la orina.
- Sensación de ardor al orinar.
- Necesidad imperiosa y constante de orinar.
- Orinar en varias ocasiones, pero en cantidades muy pequeñas.
- Dolor pélvico en las mujeres, sobre todo en el centro de la pelvis y alrededor de la zona del hueso púbico.
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Reacciones adversas de la fosfomicina
Los mareos y dolores de cabeza son algunas reacciones secundarias comunes por el consumo de fosfomicina.
Al igual que todos los medicamentos en el mercado, la fosfomicina no está exenta de producir una serie de efectos adversos que hay que tener en cuenta a la hora de iniciar el tratamiento con este medicamento.
Entendemos efectos adversos como todos aquellos eventos indeseados y no intencionados que se producen con el tratamiento con un medicamento. En este sentido, las reacciones adversas más descritas han sido:
- Diarrea.
- Mareos.
- Vaginitis.
- Náuseas y vómitos.
- Dolor de cabeza o cefaleas.
También se han notificado, aunque en menos del 1 % de los pacientes, las siguientes reacciones adversas en los ensayos clínicos:
- Rinitis.
- Faringitis.
- Dolor abdominal.
- Dolor de espalda.
Por último, cabe mencionar que la fosfomicina también se puede administrar por vía intramuscular, lo que produce bastante dolor en las zonas inyectadas. Asimismo, en los pacientes que sean hipersensibles a este medicamento pueden aparecer problemas cutáneos, que desaparecen con la administración de antihistamínicos sin la interrupción del tratamiento.
Descubre: Riesgos de la automedicación
¡Evita automedicarte!
Las fosfomicina es un antibiótico utilizado principalmente para el tratamiento de las infecciones e las vías urinarias. No obstante, se están estudiando otras indicaciones, ya que las resistencias bacterianas están limitando el abanico terapéutico de los antibacterianos.
Consulta con el médico o con el farmacéutico cualquier duda que tengas sobre este tipo de infecciones y sobre la fosfomicina. Debes seguir siempre las recomendaciones de los profesionales y nunca automedicarte.
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- Del Favero, A. (1978). FOSFOMICINA. Bollettino Della Societa Italiana Di Farmacia Ospedaliera.
- Gobernado, M. (2003). Revisión Fosfomicina. Revista Española de Quimioterapia Publicación Oficial de La Sociedad Española de Quimioterapia.
- Fosfomicina trometamol. Una opción terapéutica válida en infecciones urinarias bajas. (2003). Revista Médica Del Uruguay.
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