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Fractura o esguince: ¿cuál es la diferencia?

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A veces puede resultar difícil establecer en primera instancia si una lesión es fractura o esguince. Son traumatismos que comparten algunos síntomas, pero no son lo mismo. Te explicamos aquí cómo diferenciarlas.
Fractura o esguince: ¿cuál es la diferencia?
Leonardo Biolatto

Escrito y verificado por el médico Leonardo Biolatto

Escrito por Leonardo Biolatto
Última actualización: 08 abril, 2022

En la traumatología hay dos lesiones que son de las más frecuentes: la fractura y el esguince. Todos conocemos a alguien que ha atravesado alguna de estas dos circunstancias, si no resulta que nosotros mismos estuvimos en esas situaciones.

Al ser lesiones tan comunes, es lógico que se presten a una confusión. Ante un trauma que deja dolor en un miembro, inflamación e impotencia, es válido preguntarse si estamos ante una fractura o ante un esguince.

Lo cierto es que no son lo mismo y sus consecuencias tampoco. La fractura reviste mayor gravedad, aunque hay esguinces realmente graves que ponen en riesgo articulaciones y complican el desarrollo laboral, profesional, deportista y de calidad de vida de quienes los padecen.

Tenemos que establecer primero que un esguince es una lesión típicamente ligamentaria. En este caso, los ligamentos involucrados se estiran más de lo que deberían y no pueden regresar a su posición natural. El extremo de esta situación es la rotura de los ligamentos.

Por otro lado, la fractura es definida como una solución de continuidad del hueso. Es decir, el tejido óseo se interrumpe, se corta, se lastima en profundidad. En términos más entendibles, la fractura es la rotura de un hueso.

Del esguince a la fractura

Aunque la duda sobre haber sufrido fractura o esguince es válida, muchos creen que la primera es una consecuencia del mal tratamiento de la segunda. Y esto no es así. Son entidades separadas que no forman parte del mismo proceso de lesión.

En cambio, sí podemos decir que hay grados de severidad en estas lesiones, y en ese sentido podemos marcar un escalonamiento desde el esguince más leve a la fractura. De nuevo reiteramos, no es porque uno lleve al otro, sino por su distinta severidad.

Así tendríamos:

  • Primer grado de esguince: es el más leve. Los ligamentos se han estirado un poco y causan dolor. Puede haber algo de inflamación en la articulación afectada y acumulación de líquido –edema. El tratamiento de reposo y la toma de un antiinflamatorio son suficientes.
  • Segundo grado de esguince: aquí la distensión ligamentaria es un poco mayor al grado anterior. También se registran algunas roturas pequeñas en las fibras. Se impone para su recuperación la realización de sesiones de kinesiología.
  • Tercer grado de esguince: es la forma más severa del esguince. Los ligamentos se cortan, no sólo se estiran. Requiere un tratamiento más intensivo con reposo estricto, movimientos con sostén de apoyo y ejercicios puntuales de fisioterapia.
  • Fractura simple: es la rotura del hueso que queda dentro del cuerpo. Puede acompañarse o no de un esguince cercano a causa del mismo trauma que originó la fractura.
  • Fractura expuesta: sucede la rotura del tejido óseo y una parte del mismo asoma al exterior del organismo a través de una herida en la piel. Queda en contacto el hueso con el ambiente externo.
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Diferencias entre ambas lesiones

Para diferenciar entre fractura o esguince hay que considerar los síntomas, la forma en la que sucedió el traumatismo y cómo quedó la zona afectada tras el trauma. Los movimientos que son posibles de realizar una vez establecida la lesión suelen ser indicativos de la gravedad.

Sin embargo, apenas establecida la lesión pueden confundirse fácilmente, pues comparten síntomas. Ambos casos inician con dolor intenso e inflamación. La zona se inflama por el mismo proceso que desata el organismo lesionado y por la acumulación de líquido a causa de aquellas estructuras que se estiran y rompen en el interior.

Con los hematomas la situación es más compleja. En general, las fracturas presentan hematoma y la mayoría de los esguinces no. Pero sí hay hematomas en los esguinces graves, y también puede darse el caso de una fractura que no exprese hematoma en la superficie de la piel.

Un signo clave de fractura es la deformación marcada del lugar de la lesión. El hueso roto provoca elevaciones de la piel que terminan en impotencia funcional. Es muy difícil concretar un movimiento en un hueso fracturado.

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Primeros auxilios para la fractura y para el esguince

Una vez determinada la lesión como esguince, los pasos que se deben seguir para brindar primeros auxilios en el lugar serían:

  • Inmovilización: la articulación con esguince debe quedar quieta.
  • Frío local: el frío en la articulación disminuye la inflamación, y con ello reduce el dolor.
  • Vendaje: en el esguince es muy útil el vendaje apretado o compresivo. Además de favorecer la inmovilización, el vendaje controla la inflamación.
  • Extremidad elevada: como no queremos que se acumule más líquido en la articulación dañada, debemos ponerla en altura para que drene ese excedente de edema.

En cambio, si la lesión se identifica como fractura, los primeros auxilios serían:

  • Tocar lo mínimo posible: no es lo mismo que un esguince y no se puede manipular un hueso roto así sin más. Hay que aislar la zona de la lesión evitando el contacto.
  • Favorecer la circulación: si el lesionado sufrió la fractura en una extremidad y posee algún objeto que puede interrumpir el flujo de sangre, hay que tratar de retirarlo. Supongamos que se ha fracturado la muñeca y tiene un reloj, entonces debemos tratar de quitar el reloj tocando lo mínimo posible la zona afectada.
  • Controlar las hemorragias: si junto a la fractura hay sangrado, estamos obligados a comprimir el punto por donde sale la sangre. Las fracturas grandes y expuestas son capaces de provocar pérdidas sanguíneas bruscas que ponen en riesgo la recuperación de un miembro.

Como vemos, hay muchas diferentes entre las fracturas y los esguinces, a pesar que pueden presentar síntomas iniciales similares. Es importante establecer un diagnóstico preciso, ya que de eso depende el tratamiento.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Arana Bilbao, José Luis, and Javier Jesús González Martínez. Mecánica de fractura. Servicio Editorial de la EHU-UPV, 2002.
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