Germinados: beneficios, riesgos y preparación

Los germinados contienen una alta densidad nutricional con una menor cantidad de antinutrientes, lo que facilita la absorción de los compuestos que aportan. Te enseñamos cómo cultivarlos.
Germinados: beneficios, riesgos y preparación
Saúl Sánchez Arias

Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias.

Última actualización: 24 mayo, 2023

Los germinados son un tipo de vegetales que destacan por su pequeño tamaño. Se pueden cultivar de forma casera y consiguen aportar nutrientes esenciales para favorecer un buen estado de salud. Por ello te vamos a contar todo lo que tienes que saber acerca de estos alimentos.

Antes de comenzar, hay que enfatizar la importancia de la inclusión de los vegetales en la dieta habitual. Estos productos han de suponer la base de la alimentación, ya que su ingesta está asociada a beneficios demostrados. Se aconseja comer al menos 5 raciones de los mismos al día.

¿Cómo se puede realizar un germinado en casa?

Para realizar germinados caseros, aptos para el consumo, tendrás que proceder de la siguiente manera.

Materiales

  • Bolsa germinadora.
  • Semillas.
Semillas para hacer germinados.
Las semillas para los germinados deben hidratarse y recibir luz solar, de modo que se active la clorofila.

Paso a paso

Es importante ser muy higiénico durante todo el proceso, para así evitar la proliferación de bacterias nocivas. Por este motivo, se recomienda la desinfección de las bolsas germinadoras de forma previa a su uso.

El primer paso es poner las semillas o los granos en remojo, lavándolos bien para eliminar cualquier tipo de residuo que puedan presentar en su exterior. Acto seguido, es preciso colocarlas en un bol con agua mineral fresca para generar una hidratación. Han de permanecer en remojo al menos 12 horas.

Una vez pasado el tiempo, se escurren y se colocan en un recipiente de cristal tapado con un trapo o con una gasa. Conviene no cerrar completamente para asegurar el intercambio de gases. Solo es óptimo inclinarlo ligeramente.

Una vez llegados a este punto, será necesario esperar entre 3 y 5 días para obtener el germinado, manteniendo el recipiente en un lugar cálido con alrededor de 35 grados centígrados. Cuando comience el proceso de germinación se expondrá el recipiente a la luz solar para conseguir que se active la clorofila de los vegetales, aumentando así su coloración verde.

Para la conservación, lo mejor es guardarlos en un recipiente cerrado y hermético que se sitúe en un lugar frío. Antes de su consumo es indispensable pasarlos por agua.

¿Qué plantas se pueden germinar?

Es posible realizar la germinación de cualquier semilla apta para el consumo humano. Lo más habitual es concretar el proceso con legumbres, como las lentejas, las judías y los guisantes. Estos elementos son los que cuentan con un mejor gusto a la hora de consumirlos.

De hecho, es muy frecuente germinar soja, col lombarda, lentejas, brócoli y berro. Solo habrá que conseguir las semillas de los vegetales y seguir paso a paso el proceso ya mencionado.

Ventajas y beneficios de los germinados

Realizar germinados caseros cuenta con una serie de ventajas. En primer lugar, se consiguen de forma sencilla y se promociona el autoabastecimiento, reduciendo así la huella ecológica. Por otra parte, resulta mucho más económico que comprar los mismos productos en el mercado.

Desde el punto de vista nutricional, el consumo de germinados se asocia con un mejor estado de salud, debido a la concentración en antioxidantes. De acuerdo con un estudio publicado en Trends in Pharmacological Sciences, una ingesta regular de estos elementos consigue reducir la producción de radicales libres, previniendo patologías.

Por otra parte, hay que destacar la presencia de vitamina C en muchos de ellos. Se trata de un nutriente que ha demostrado ser capaz de mejorar la función inmune, por lo que se recomienda su consumo diario para prevenir el desarrollo de enfermedades infecciosas.

Para terminar, hay que destacar que los germinados cuentan con una menor cantidad de antinutrientes, por lo que la absorción de los elementos que los conforman es más eficiente. Así se reduce el riesgo de una malabsorción de hierro, por ejemplo. De no satisfacerse las necesidades del nutriente se generará una anemia, según una investigación publicada en The Medical Clinics of North America.

Posibles riesgos

Los principales riesgos respecto al consumo de germinados tienen que ver con los métodos de obtención de los mismos. Si no se llevan a cabo los procesos higiénicos y de desinfección, pueden proliferar bacterias como la Salmonella, peligrosas para la salud.

De hecho, las patologías asociadas al consumo de germinados, cuando se realizan de forma casera, son de tipo gastrointestinal. Conviene maximizar las precauciones al respecto.

Gastroenteritis por consumir germinados en mal estado.
La higiene de los germinados es fundamental para evitar cuadros de vómitos y diarrea que afecten la salud intestinal.

¿Cómo utilizar los germinados en la cocina?

Los brotes germinados se pueden consumir crudos o cocinados. En el primer caso se añadirían a ensaladas o a platos fríos, mientras que si se opta por la cocción se pueden elaborar salteados, platos vegetarianos o incluso sopas y cremas de verduras.

Suponen también una excelente guarnición complementaria al arroz o a la quinoa.

Germinados: una opción saludable

Como has podido comprobar, los germinados suponen una excelente opción para incluir más vegetales en la dieta. Eso sí, no están exentos de riesgos, por lo que se recomienda extremar las medidas de precaución si se elaboran de forma casera.

También es posible adquirirlos como tal en el supermercado, aunque de este modo no se reduce la huella ecológica y el costo es mayor.


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