Grasa en la orina: posibles causas y qué hacer
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La presencia de grasa en la orina suele ser un indicador de que algo no anda bien. A veces es resultado de alimentos que se han estado ingiriendo, pero también es posible que sea una señal de enfermedad.
La orina ofrece parámetros muy importantes para monitorear el estado de salud de una persona. Por eso, lo recomendable es prestarle atención a cualquier cambio que se presente en su consistencia, color, olor o textura.
Si aparece grasa en la orina o cualquier otro cambio visible, lo aconsejable es consultar con el médico. A continuación, te presentamos algunas de las causas más comunes de esta manifestación, así podrás tener una idea de su origen antes de visitar al especialista.
¿Cómo detectar la grasa en la orina?
La grasa en la orina, también conocida en el argot médico como lipiduria, suele ser detectable a simple vista. A veces lo que se observa es que el líquido se ve algo turbio, como una apariencia blancuzca. Otras veces resulta evidente que hay grasa porque esta queda flotando con aspecto aceitoso.
También puede ocurrir que, cuando una persona está haciendo una dieta para adelgazar, la orina se muestre algo espumosa. Cuando esa espuma se disipa, quedan pequeños fragmentos de grasa.
De cualquier manera, es importante que se haga un análisis de laboratorio para precisar la causa precisa de este problema. Es conveniente estar atentos a otras señales como el color, el olor y la frecuencia de la micción.
Posibles causas de la grasa en la orina
Hay muchos orígenes que explican la presencia de esta alteración. A veces esto se debe a condiciones temporales y otras veces son la manifestación de una enfermedad. Los motivos más habituales son los siguientes:
1. Embarazo
Las náuseas y los vómitos que se presentan durante algunos embarazos contribuyen a que suban los niveles de cetonas en la orina. Las cetonas son derivados de la grasa que el cuerpo utiliza como fuente de energía cuando no puede acceder a la glucosa de forma adecuada.
Las cetonas circulan en sangre y se pueden expulsar a través de la orina. Al ser un producto derivado de las grasas, su presencia abundante puede hacer que la orina se vea aceitosa. Otras veces, la madre padece diabetes gestacional, lo que también causa un aumento de cetonas en la orina.
2. Quiluria
Se trata de una afección poco frecuente en la cual el líquido contenido en los vasos linfáticos, denominado quilo, se expulsa a través de la orina. De acuerdo con los expertos, la apariencia clásica de la orina es blanca lechosa.
Por lo general, la quiluria se debe a una comunicación anormal o fístula entre el aparato urinario y los vasos linfático. La causa más frecuente es la infección por el parásito Wuchereria bancrofti, sin embargo, algunos tumores, traumatismos o malformaciones congénitas también son responsables.
3. Deshidratación
La deshidratación hace que la orina se vea más concentrada, de color oscuro y con un olor fuerte. No es raro que también se detecte grasa allí. Esta condición ocurre cuando no se bebe suficiente agua o como efecto de alguna enfermedad subyacente.
La recomendación en este caso es ingerir alrededor de 8 vasos de agua a lo largo del día. Esta medida tan simple ayudará a mantener el organismo hidratado y a evitar la presencia de grasa en la orina.
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4. Inanición y cetosis
Como ya lo hemos mencionado, el organismo tiene un mecanismo de defensa cuando no accede a la energía proporcionada por los carbohidratos. Este proceso se llama cetosis, en el cual se forman sustancias provenientes de la grasa denominadas cetonas o cuerpos cetónicos.
Las cetonas pueden encontrarse tanto en la sangre como en la orina. Su presencia en este último fluido podría darle una apariencia grasosa o aceitosa. La cetosis puede tener una gran cantidad de orígenes diferentes, desde la inanición hasta patologías como la diabetes mellitus.
Otra causa probable de la formación de cuerpos cetónicos son los problemas digestivos o a una afección llamada hipermetabolismo. Esto también tiene lugar cuando se hace una dieta para adelgazar, después de una rutina de ejercicio extenuante, si se padece alcoholismo, hay altos niveles de estrés o dietas con ayunos prolongados.
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5. Consumo de vitaminas en exceso
El exceso en el consumo de vitaminas y suplementos a veces tiene como efecto la presencia de grasa en la orina. Esto ocurre cuando hay demasiada vitamina D o vitaminas del complejo B en el cuerpo. También es posible que el organismo no esté absorbiendo las vitaminas de manera adecuada y se produzca entonces este efecto.
6. Síndrome nefrótico
El síndrome nefrótico es una enfermedad del riñón que da lugar a que el organismo elimine muchas proteínas a través de la orina. También debe haber presencia de hipoalbuminemia, hiperlipidemia y lipiduria, como lo sugieren algunas investigaciones.
Este puede deberse a una patología renal primaria o ser consecuencia de alguna enfermedad secundaria, como lupus o diabetes. Los expertos sugieren que el síndrome nefrótico se puede confundir con quiluria cuando esta última se presenta con proteinuria marcada. Lo ideal es tener en cuenta los niveles de albúmina y de lípidos en sangre para hacer la diferencia
7. Otras enfermedades asociadas a la grasa en la orina
Hay algunas patologías que se asocian con frecuencia a la grasa en la orina. En particular, los problemas renales como la cistitis o los cálculos renales. Asimismo, es habitual que la diabetes se manifieste a través de una orina grasosa. Esto es efecto del exceso de glucosa y de la cetosis.
Aunque a primera vista no parezca tener ninguna relación, lo cierto es que la enfermedad de Parkinson también da lugar a la grasa en la orina a veces. Lo mismo ocurre en los accidentes cerebrovasculares.
¿Qué hacer cuando hay grasa en la orina?
La presencia de grasa en la orina es motivo de consulta con el médico. Lo primero que se debe hacer es diagnosticar la causa e implementar el tratamiento adecuado. La mayoría de las veces, un cambio de hábitos basta para corregir el problema.
Es muy importante comentarle al médico sobre las medicinas y suplementos que se están ingiriendo, ya que allí podría estar el origen. Si el síntoma proviene de problemas más serios, como infecciones renales o diabetes, el abordaje de la patología de base lo resolverá.
Como siempre, un estilo de vida saludable contribuye a prevenir este tipo de problemas. Una dieta adecuada, así como la actividad física regular y evitar el estrés son las medidas básicas.
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