Haloperidol: qué es y cómo actúa
Revisado y aprobado por el biotecnólogo Alejandro Duarte
El haloperidol es un fármaco antipsicótico de primera generación útil en el tratamiento de ciertos desórdenes mentales en los que las concentraciones de ciertos neurotransmisores están alteradas. Es el caso de la esquizofrenia o la psicosis.
Actualmente, está extendido el uso de más de 30 fármacos antipsicóticos. Podemos diferenciar dentro de ellos dos grupos: los antipsicóticos de primera generación o típicos (entre los que están la clorpromazina o el haloperidol), y los más recientes, conocidos como de segunda generación o atípicos, que incluyen la clozapina y la risperidona, entre otros.
¿Qué son los fármacos antipsicóticos?
Entendemos como fármacos antipsicóticos aquellos que sirven para el tratamiento de la psicosis, la esquizofrenia, las alucinaciones o la conducta agresiva. La esquizofrenia es una de sus indicaciones más repetidas, pero también han demostrado su eficacia en trastornos como la manía o la demencia.
La esquizofrenia es más frecuente que otras patologías como pueden ser el alzheimer o la esclerosis múltiple. Asimismo, su abordaje es más complejo.
Este tipo de fármacos afectan a la transmisión de la información en el cerebro. En concreto, su acción está relacionada con la dopamina, pues este mediador se encuentra elevado en las personas con esquizofrenia.
De esta manera, los fármacos antipsicóticos desempeñan su acción interaccionando con los receptores de dopamina, bloqueándolos e impidiendo que se produzca una sobreactivación de estos.
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El haloperidol como antipsicótico
Como ya hemos visto, el haloperidol es un fármaco antipsicótico que se engloba dentro de los de primera generación. A nivel mundial, es uno de los más utilizados. A menudo se requiere para tratar alteraciones psicóticas, tics o diversos tipos de síndromes, como el síndrome de Tourette.
Su mecanismo de acción consiste en bloquear los receptores de dopamina del cerebro. Esto es muy útil, pues la acción de esta sustancia se encuentra desmedida en los casos de esquizofrenia o psicosis.
A pesar de la ayuda que ofrece la farmacoterapia, es alto el porcentaje de pacientes que no sigue las pautas descritas. Los efectos adversos también promueven, en ocasiones, el abandono del tratamiento y el incumplimiento de la posología.
Aunque se haya logrado estabilizar la enfermedad, el paciente nunca debe dejar de tomar este medicamento sin consultar a su médico. Puede que el profesional resuelva reducir la dosis poco a poco, pero nunca bruscamente, pues puede desembocar en la aparición de efectos adversos no deseados.
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Efectos adversos del haloperidol
Al igual que el resto de los antipsicóticos, el tratamiento con haloperidol conlleva la aparición de algunos efectos adversos de interés. Estos se encuentran asociados al ya comentado bloqueo de los receptores de dopamina. Los que se encuentran con mayor frecuencia son los siguientes:
- Síndrome piramidal: Se trata de un trastorno parecido al parkinson, por lo que se debe tener cuidado en pacientes que presenten esta enfermedad de manera subyacente.
- Acatisia: Este trastorno se caracteriza por la incapacidad de permanecer quieto y tranquilo.
- Síndrome neuroléptico maligno: Es una reacción adversa bastante grave que cursa con hipertermia, alteraciones musculares y respiratorias. Su control es muy importante, pues incluso puede desembocar en la muerte del paciente.
- Discinesias: Movimientos involuntarios de la cara y las extremidades que aparecen tiempo después del inicio del tratamiento con haloperidol.
- Desequilibrios hormonales: Entre ellos, se destaca la hiperprolactinemia, que consiste en la secreción exagerada de prolactina.
- Síntomas gastrointestinales: Los más comunes en este sentido son la pérdida de apetito, las náuseas y los vómitos.
- Efectos sobre el sistema cardiovascular: Entre estos inconvenientes, se destaca la aparición de taquicardias o arritmias.
- Efectos sobre el sistema nervioso central: Dentro de este grupo, encontramos la depresión, la confusión o el insomnio. Estos síntomas hacen que el paciente deba tener cuidado a la hora de conducir o desempeñar tareas cotidianas que requieran cierto nivel de atención.
En última instancia, vale remarcar que el haloperidol también puede generar disfunción sexual, somnolencia y sedación. No obstante, estos últimos efectos tienden a disminuir según progresa el tratamiento. De todas maneras, es aconsejable mantener al médico interviniente al tanto de todos estos síntomas.
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