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Incontinencia urinaria por esfuerzo: síntomas y tratamientos

6 minutos
Son muchos los factores que influyen en la aparición de la incontinencia urinaria por esfuerzo. Por fortuna, hay varias opciones de tratamiento disponibles.
Incontinencia urinaria por esfuerzo: síntomas y tratamientos
Mariel Mendoza

Escrito y verificado por la médica Mariel Mendoza

Escrito por Mariel Mendoza
Última actualización: 06 julio, 2023

Los problemas del aparato genitourinario son amplios y, en ocasiones, difíciles de controlar. Tal es el caso de la incontinencia urinaria por esfuerzo, una condición en la que se produce la pérdida involuntaria de orina durante actividades que suponen algún tipo de fuerza física. 

Diversas condiciones y factores de riesgo —como la edad avanzada o la obesidad— conllevan a un aumento de la presión intraabdominal o a la debilidad de los músculos pélvicos. Esto provoca una incapacidad del sistema para contener la orina acumulada. ¿Cuáles son las principales características de esta enfermedad? ¡Descúbrelas!

Síntomas de la incontinencia urinaria por esfuerzo

El principal síntoma de la incontinencia urinaria por esfuerzo es el escape de orina en situaciones cotidianas que pueden incrementar la presión alrededor de la vejiga. Por ejemplo, las siguientes:

  • Toser.
  • Estornudar.
  • Trotar.
  • Levantar pesas.
  • Tener sexo.
  • Recibir un traumatismo o tropezarse.

La gravedad del cuadro se determina por el volumen de flujo que se pierda de manera involuntaria.

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La incontinencia urinaria por esfuerzo se caracteriza por la pérdida involuntaria de orina en actividades cotidianas.

Posibles complicaciones de la incontinencia urinaria por esfuerzo

Si bien puede parecer una condición inofensiva, en la práctica ocurren algunas complicaciones frecuentes. Por ejemplo, el malestar psicológico al que se ven expuestas las personas que lo padecen, ya que llega a ser intolerable en casos graves.

El solo hecho de pensar que cualquier actividad puede provocar escapes de orina, detona crisis de ansiedad, estrés, aislamiento social y hasta depresión. Es importante tener en cuenta que muchos de estos episodios son evidenciados con facilidad por las personas del entorno, lo que empeora la situación.

Otra de las posibles complicaciones es la irritación de la piel que se encuentra expuesta a la orina. Esto abarca el área genital, la ingle y la cara interna de los muslos. En personas con antecedentes de dermatitis o tiña inguinal, los síntomas tienden a ser más molestos.

Sin un tratamiento oportuno, algunos pacientes pueden experimentar el empeoramiento progresivo de la enfermedad. Esto deriva en una incontinencia urinaria mixta, que es la combinación de la incontinencia por esfuerzo junto con la de «urgencia».

Según un artículo de revisión compartido en Anales del Sistema Sanitario de Navarra, la incontinencia de urgencia provoca la pérdida de orina asociada a la sensación súbita de ir al baño, como consecuencia de la contracción del músculo detrusor de la vejiga.

¿Por qué ocurre la incontinencia urinaria por esfuerzo?

La teoría más aceptada apunta a que la incontinencia urinaria por esfuerzo ocurre por el debilitamiento de las estructuras musculares que soportan y que rodean a la uretra.

Por ejemplo, puede suceder que los orificios uretrales externos —a través de los cuales pasa la orina para salir al exterior— no resistan la presión que provoca la orina dentro de la uretra. Esto ocasiona que se relajen las fibras musculares y que salga la orina de forma involuntaria.

Factores de riesgo

Existen determinadas situaciones que aumentan la probabilidad de sufrir esta condición. Algunas de las más importantes son las siguientes:

  • Embarazo y parto vaginal. Es probable que pequeños traumatismos derivados de un parto natural ocasionen daños temporales o permanentes en la musculatura o los nervios de la pelvis. El riesgo es mayor cuando se emplean fórceps para facilitar el proceso.
  • Prolapso uterino. Esta situación se asocia con cambios anatómicos en los que útero se «desliza» o se «prolapsa» desde su ubicación habitual hacia la vagina. De hecho, en algunos casos llega a sobresalir claramente. Puede ser una consecuencia del parto vaginal.
  • Edad y sexo. Se trata de un padecimiento más común a medida que avanza la edad, en especial en las mujeres. Desde un punto de vista patológico, esto estaría influenciado por la disminución del tejido elástico, la degeneración nerviosa, el deterioro cognitivo, la inmovilidad y otros factores.
  • Obesidad. Debido a que el exceso de peso corporal produce un aumento de la presión intraabdominal, es lógico que la incontinencia urinaria sea una de sus consecuencias. Por fortuna, bajar de peso también se asocia con una mejoría significativa de los síntomas, según diversas fuentes.

Pruebas de diagnóstico

Las manifestaciones clínicas suelen ser suficientes para que el médico diagnostique la incontinencia urinaria por esfuerzo. Sin embargo, en ciertos pacientes pueden ser necesarios ciertos exámenes adicionales para valorar el estado anatómico y funcional de las vías urinarias.

Estos se conocen como estudios urodinámicos, y abarcan las siguientes opciones:

  • Cistometría. Es bastante útil cuando se sospecha de un origen neurológico, como la disfunción neurógena de la vejiga o algunas lesiones en la médula espinal.
  • Vídeo-urodinamia. Una técnica novedosa que se vale de métodos imagenológicos que requieren contrastes para valorar el estado de las vías urinarias.
  • Cistoscopia. En esencia, es un procedimiento similar a la endoscopia digestiva. Se introduce un tubo flexible a través de la uretra hasta llegar a la vejiga para valorar la anatomía de la zona gracias a una pequeña cámara acoplada a su extremo.

Tratamientos disponibles para la incontinencia urinaria por esfuerzo

Existen varias modalidades terapéuticas que, aunque no son completamente curativas, pueden ayudar a mejorar sus consecuencias.

Terapia física

Reúne ciertos métodos que tienen la capacidad de mejorar la resistencia de la musculatura pélvica. Entre estos, los más populares son los ejercicios de Kegel. En otro contexto, estos suelen ser indicados en las mujeres embarazadas.

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Los ejercicios de Kegel fortalecen el suelo pélvico y contribuyen al tratamiento de la incontinencia urinaria.

Fármacos

La lista de medicamentos utilizados para tratar este y otros tipos de incontinencia urinaria no es muy variada. Según la colaboración Cochrane, existe evidencia de que la duloxetina (un antidepresivo), calma los síntomas y mejora la calidad de vida. No obstante, su efecto desaparece al interrumpir el tratamiento.

Dispositivos específicos

Las inserciones uretrales y el pesario vaginal son opciones muy utilizadas en aquellas personas que no deseen recurrir a la cirugía.

Cirugías

Al igual que en muchas otras enfermedades, las alternativas quirúrgicas se consideran la última opción posible por los riesgos asociados. Algunas de las técnicas incluyen la colposuspensión retropúbica y la colocación de un esfínter artificial (en los hombres).

Recomendaciones y estilo de vida

Además de recurrir a los métodos físicos para controlar la enfermedad, es válido hacer unos ajustes en el estilo de vida. Algunas recomendaciones son las siguientes:

  • Bajar de peso.
  • Abandonar hábitos nocivos, como el consumo excesivo de alcohol o de tabaco.
  • Tratar el estreñimiento.
  • Evitar el consumo café.

En definitiva, la incontinencia urinaria por esfuerzo es una condición bastante compleja que impacta de forma negativa la salud física y mental. Por fortuna, existen múltiples modalidades para mejorar los síntomas.

Así pues, en caso de experimentar sus síntomas, lo indicado es acudir pronto al médico de cabecera o al urólogo de confianza para recibir un tratamiento oportuno.


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