Injerto de piel: ¿cuándo se utiliza?

El injerto de piel es una técnica quirúrgica que permite cubrir defectos cutáneos con tejido procedente de otra parte del cuerpo. Descubre más sobre esta intervención.
Injerto de piel: ¿cuándo se utiliza?
Maryel Alvarado Nieto

Revisado y aprobado por la médica Maryel Alvarado Nieto.

Última actualización: 25 mayo, 2023

La piel es el órgano que recubre nuestro organismo y que sirve de barrera ante el mundo que nos rodea. De esta forma, protege contra las infecciones y también resguarda las condiciones del medio interno. Algunas lesiones cutáneas son tan extensas o complejas que requieren el uso de un injerto de piel para tratarlas.

La finalidad de este tipo de tratamiento quirúrgico es conferirle indemnidad al tejido. De este modo, se protegen las estructuras subyacentes y se garantiza el efecto de barrera de la piel. Al final, no solo se cubre el defecto causado por la lesión, sino que se intenta crear resultados estéticos. A continuación, te contamos más al respecto.

¿Qué es un injerto de piel?

Un injerto cutáneo es un fragmento de piel que se obtiene a través de una cirugía. En esta se separa por completo dicha pieza de una región corporal —llamada donante—, para luego trasplantarlo al sitio receptor, es decir, el lugar que presenta un defecto o una lesión.

Desde que se separa de su sitio donante, el injerto pierde su flujo sanguíneo. Por esta razón, el tejido receptor debe tener la capacidad de proveerle la irrigación adecuada. De esta manera, la piel trasplantada se puede revascularizar y, por tanto, podrá sobrevivir en su nueva localización.

Injerto de piel
El injerto de piel permite recuperar la función de barrera cutánea ante lesiones severas.

Capas de la piel

Para entender los tipos de injerto cutáneos que existen, es necesario conocer las capas histológicas de la piel. La epidermis es la capa más superficial. Esta estructura carece de vasos sanguíneos propios y recibe la irrigación de las porciones más profundas de la piel. Esto hace que los injertos de solo epidermis fracasen, por lo que no tienen utilidad.

Por otra parte, la capa más profunda de la piel es la dermis. A su vez, esta puede dividirse en dos porciones; la dermis papilar y la dermis reticular. La primera, es la que capa más superficial, por lo que sus vasos sanguíneos son los que permiten la nutrición de la epidermis suprayacente. Bajo la dermis, se encuentra el tejido celular subcutáneo, que es rico en grasas.

Tipos de injerto de piel

La clasificación más usada en los injertos cutáneos responde al grosor de la piel involucrada. En general, se aceptan dos tipos; los injertos de espesor parcial y los injertos cutáneos de espesor total.

  • Injertos de espesor parcial: el grosor es variable, pero debe siempre contener una porción de la dermis. Con ello se garantiza la donación de los elementos necesarios para la regeneración celular y la nutrición de la epidermis suprayacente. Según el grosor de la dermis involucrada, el espesor de este tejido puede ser más o menos delgado.
  • Injertos de espesor total: el fragmento de piel seccionado tiene tanto la epidermis como toda la dermis. El tejido debe estar desprovisto de grasa subcutánea para permitir la neovascularización.

Según la forma en la que se usa el injerto de piel

De acuerdo a la necesidad de cobertura del defecto, los injertos pueden ser continuos, es decir, aquellos formados por uno o varios fragmentos que, al unirse entre sí, logran cubrir toda la pérdida de sustancia.

Del mismo modo, existen injertos de piel discontinuos, en los que el defecto no queda cubierto en su totalidad. Entre estos, se encuentran las siguientes opciones:

  • Mallado de Tanner y Vandeput.
  • Injerto plurifragmentado.
  • Injerto en bandas de Trueba.
  • Sellos de Gabarro.
  • Injerto de Davis o en pastilla.

Situaciones especiales

La elección de un tipo de injerto sobre otro responde a varias cuestiones. La localización de la pérdida de sustancia resulta de suma importancia, al igual que la selección del sitio donante.

Asimismo, la extensión de la lesión permitirá considerar un tipo de injerto. Entre tanto, la causa de la pérdida de sustancia ayuda al cirujano a elegir qué grosor es el más adecuado.

Características de los injertos de piel

Según el espesor del fragmento, cada tipo de injerto presenta algunas ventajas sobre otros. Además, el tejido lesionado también desempeña un papel importante en el «prendimiento» del injerto, es decir, en hacer que la técnica sea exitosa. Algunas de las características que se deben considerar se describen a continuación.

Donante y receptor

Ya que la piel tiene una alta antigenicidad, los injertos cutáneos solo pueden provenir de la misma persona. Esto se debe a que el sistema inmunitario no es capaz de reconocer elementos distintos a los propios. Por tanto, se desata una respuesta inmunitaria que termina por rechazar el tejido injertado.

A este tipo de trasplante —en el que el donante es el mismo individuo que el receptor— se le conoce como «autoinjertos». Sin embargo, existen situaciones (como en las grandes quemaduras) en las que la utilización de injertos de piel de cadáver o incluso de cerdo tienen cierta utilidad.



Condiciones del tejido donante

La elección del sitio desde donde se tomará el injerto de piel debe ser cuidadosa para garantizar el mejor resultado posible. Por ello, los fragmentos suelen provenir de lugares cercanos a la lesión. De forma general, se sugieren las siguientes recomendaciones:

  • Debe tener una coloración similar al sitio receptor.
  • En casos de resección de tumores, es aconsejable elegir al miembro contralateral para tomar el injerto.
  • El tejido debe estar libre de infección.
  • La textura y la distribución de vellos entre ambos sitios (donante-receptor) se recomienda que sea similar.

Condiciones del tejido lesionado

El lecho receptor es el fondo en donde se debe adherir el injerto de piel. Este debe poseer una abundante vascularización para permitir que el nuevo tejido sobreviva. Ahora bien, la presencia de infecciones o hemorragias disminuyen las tasas de éxito, por lo que primero deben ser tratadas.

Situaciones en las que es útil el injerto de piel

A pesar de representar una solución para las lesiones complejas de la piel, no todas las localizaciones del cuerpo permiten que los injertos cutáneos sean la mejor opción. A pesar de esta cuestión, las principales situaciones en las que se utilizan son las siguientes:

Quemado atendido
Los injertos cutáneos solo pueden provenir de la misma persona; de lo contrario, se da una respuesta inmunitaria que rechaza el tejido.

Cicatrización de la lesión

Además de proveer la vascularización del tejido, el lecho receptor puede producir retracciones en el injerto de piel, en especial si es de espesor parcial. Por estar razón, se recomienda que en áreas estéticas como la cara se utilicen injertos de espesor total, ya que muestran una mejor cobertura y conllevan una menor retracción.

Por otro lado, cuando las pérdidas de sustancia son muy extensas, es más adecuado realizar fragmentos de grosor parcial, que además sean discontinuos. El mallado, por ejemplo, permite aumentar hasta tres veces la dimensión de un injerto de piel continuo. Esto amplía la capacidad de cobertura del fragmento, aunque represente resultados menos estéticos.



Complicaciones del injerto de piel

Al igual que en cualquier tratamiento quirúrgico, existen algunos riesgos en el injerto cutáneo. Los más frecuentes abarcan lo siguiente:

Por otra parte, las retracciones, las cicatrices y los cambios de pigmentación pueden afectar el aspecto final del injerto de piel. En estos casos, se pueden recomendar procedimientos dermatológicos adicionales para mejorar el aspecto definitivo.


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