La toxina botulínica, un veneno letal
Escrito y verificado por el médico José Gerardo Rosciano Paganelli
La toxina botulínica se trata de una exotoxina producida por una bacteria aneróbica denominada Clostridium botulinum. Las exotoxinas son moléculas secretadas extracelularmente por parte de algunos microorganismos capaces de causar un gran daño al hospedador. Existen distintas formas de clasificación para estas moléculas. Por ejemplo, en función del tejido al que afectan, distinguiendo entre neurotoxinas, cardiotoxinas, neumotoxinas, entre otros.
Por norma general, las exotoxinas se reconocen como antígenos por parte del sistema inmune del hospedador; Sin embargo, muchas son tan tóxicas (como en el caso de algunos clostridios patogénicos) que resultan fatales para el individuo antes de que se desarrolle la respuesta inmunitaria. La toxina botulínica, concretamente, es producida por distintas cepas de Clostridium botulinum.
El peligro de la botulina
Se trata del veneno más letal existente, superando incluso a algunos compuestos artificiales desarrollados por el ser humano. La toxicidad de esta molécula es 600 millones de veces superior a la del cianuro. Un solo gramo de toxina botulínica sería suficiente para acabar con la vida de un millón de cobayas.
Tal es la magnitud de su toxicidad que ha sido declarada como arma de destrucción masiva. Así, ha sido prohibida por las Convenciones de Ginebra y la Convención sobre Armas Químicas. Este es un tratado internacional de control de armamento que ilegaliza la producción, almacenamiento y uso de armas químicas, al que se han adscrito la mayoría de los estados del mundo (192 de 195), a excepción de Corea del Norte, Egipto y Sudán del Sur.
Existen siete tipos de cepas de C. botulinum serológicamente diferentes que producen distintos tipos de botulina. Estas son A, B, C, D, E, F y G, siendo las cepas C y D las únicas que producen más de un tipo de toxina. Las toxinas más patogénicas son la A, la B y la E.
Solo las cepas que produzcan estas exotoxinas serán capaces de desencadenar el botulismo en humanos (ocasionalmente también la F) una enfermedad de transmisión alimentaria bastante inusual que se desencadena al comer alimentos intoxicados con estas sustancias.
Se caracteriza por la pérdida de función muscular progresiva debida al efecto neurotóxico de la botulina. Esta puede llegar a ser mortal en caso de afectar a los músculos que median la función respiratoria. Hasta hace relativamente poco, la mortalidad de esta enfermedad era muy elevada. Sin embargo, tras el descubrimiento del antídoto se han logrado reducir los casos mortales a un 20%.
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Mecanismo de acción de la botulina
La botulina tiene un efecto neurotóxico; es decir, ataca al sistema nervioso del individuo afectado. Para entrar en contexto, se recordará cómo funciona una neurona y cómo tiene lugar la transmisión de un impulso nervioso.Las neuronas tienen dos funciones: la propagación del potencial de acción, que es lo que se conoce como impulso nervioso, y su transmisión a otras neuronas o a células efectoras.
La propagación del potencial de acción a lo largo del axón neuronal es un fenómeno eléctrico. Por otro lado, la transmisión del impulso nervioso de una neurona a otra o a una célula efectora depende de la liberación de neurotransmisores específicos que interaccionan con receptores también específicos.
Ciertas drogas pueden modificar la cantidad de neurotransmisor liberado en la transmisión del impulso nervioso, algo que también ocurre cuando se está enamorado. Es el caso de la toxina botulínica. Las neuronas efectoras, es decir, las encargadas de transmitir el impulso nervioso a los músculos, son la principal diana de este tóxico.
La botulina ejerce su acción en las terminaciones nerviosas colinérgicas, impidiendo la liberación de acetilcolina, principal neurotransmisor que media la contracción muscular. De este modo, los músculos afectados quedan completamente inutilizados.
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Importancia de la toxina botulínica para la medicina
Pese al peligro que supone para el ser humano este tóxico, hace un par de décadas, los investigadores descubrieron que empleando fracciones infinitesimales la toxina botulínica presentaba un potente poder terapéutico. Descubriéndose su utilidad en el tratamiento de la espasticidad, una enfermedad que se caracteriza por contracciones musculares involuntarias crónicas.
Si se localiza el músculo que se ve afectado y se aplica una pequeña cantidad de toxina botulínica, se puede mitigar casi en su totalidad la espasticidad muscular. Sin embargo, esta no es la única enfermedad para la que se ha utilizado. Los médicos más vanguardistas han encontrado útil la toxina botulínica para el tratamiento del estrabismo, la vejiga hiperactiva e incluso la migraña.
De hecho, esta sustancia se ha vuelto tremendamente popular en el campo de la estética. El conocido bótox, no es más que el nombre comercial de la toxina botulínica de tipo A. Esta popularidad se debe a su poder para disminuir las arrugas. También disminuye las marcas de expresión durante meses. Se hace aplicando una mínima cantidad de botulina sobre el músculo responsable de la arruga.
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