Cómo envolver regalos al estilo Furoshiki: la técnica japonesa que no usa papel

Cada Navidad o cumpleaños, es común enfrentarse con una montaña de papeles de regalos que acaban en la basura. Para terminar con este ciclo de desperdicio, existe una alternativa centenaria llamada Furoshiki.

Esta técnica tradicional japonesa es una solución sostenible que reemplaza el clásico envoltorio de papel por uno de tela. El envoltorio se convierte así en parte del propio regalo, aportando un toque artesanal y personal que ningún papel industrial puede igualar.

¿Por qué el Furoshiki es una gran alternativa?

En primer lugar, el Furoshiki es, por definición, reutilizable. La persona que recibe el regalo puede usar la misma tela una y otra vez para envolver más regalos, transportar objetos o incluso convertirlos en un bolso improvisado. Entonces, se elimina por completo el papel de un solo uso.

Además, a diferencia del papel rígido, la tela se adapta con flexibilidad a cualquier forma. Cajas, libros, botellas de vino u objetos irregulares se acomodan muy bien en sus pliegues. Y, no menos importante, un regalo envuelto con el Furoshiki tiene un impacto visual único. La textura o el patrón de la tela y la elegancia de los nudos aportan un toque personal muy delicado.

Qué tela necesitas

Debes elegir una tela cuadrada que sea manejable, como el algodón fino, el lino, la viscosa o una seda sintética. Son resistentes, pero a la vez suaves y flexibles para hacer nudos bonitos. Evita las telas muy gruesas o rígidas, porque serán difíciles de manipular.

Para que lo tomes como referencia, la diagonal de la tela debe medir aproximadamente tres veces la longitud del objeto. Un pañuelo de 50×50 centímetros es perfecto para un libro pequeño, y uno de 75×75 centímetros para una botella de vino.

Siempre puedes revisar tus cajones en busca de pañuelos o bandanas que ya no uses. Un retazo de tela bonito de una tienda de confección también es una opción excelente y económica.

Dos técnicas básicas para empezar

Aunque existen decenas de nudos, con dominar un par de ellos puedes envolver la mayoría de los regalos.

1. Para un objeto cuadrado (como un libro o una caja)

1. Extiende la tela en forma de rombo y coloca el regalo en el centro.
2. Toma la esquina inferior de la tela, pásala por encima del objeto y mete el pico por debajo de él.
3. Haz lo mismo con la esquina superior, cubriendo el objeto por completo y metiendo el sobrante hacia adentro.
4. Ahora, toma las dos esquinas laterales (izquierda y derecha), llévalas hacia el centro por encima del regalo, crúzalas y átalas con un nudo doble y firme.

2. Para una botella

1. Coloca la botella de pie en el centro de la tela extendida.
2. Toma dos esquinas opuestas (por ejemplo, la superior y la inferior), llévalas hacia arriba y átalas con un nudo doble sobre el cuello de la botella. Esto creará una especie de asa.
3. Toma una de las esquinas restantes y enróllala de forma tensa alrededor del cuerpo de la botella.
4. Haz lo mismo con la última esquina, enrollándola en la misma dirección. Une los dos picos de estas esquinas con un nudo doble en la parte delantera de la botella para fijarlas.

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Quizás la faceta más hermosa del Furoshiki es que el envoltorio no se transforma en basura. La tela es un segundo regalo en sí mismo que puede convertirse en un pañuelo para el cuello o en un Furoshiki que el receptor podrá usar para su próximo obsequio.

Busca en tus cajones un pañuelo cuadrado que ya no uses y prueba envolver un libro. Es la mejor manera de empezar a practicar y descubrir la belleza de esta técnica sostenible.