Los celos y la envidia afectan la salud
Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña
«Celos», ese es el nombre que recibe la respuesta emocional que siente una persona cuando tiene la sospecha de que su pareja le puede estar siendo infiel. Los celos son un sentimiento muy complejo que alguien puede experimentar cuando siente una amenaza ante algo que considera “propio”.
De igual manera se pueden sentir celos o envidia por el éxito o por las propiedades que tengan otras personas y que desearíamos para nosotros. Veamos en detalle cada uno.
Los celos
De igual manera, existen dos clases de celos: los «sanos» que son los que se sienten en general hacia la pareja.
No obstante, están también los «patológicos» o mejor conocidos como celos enfermizos. Estos pueden llegar a ser muy peligrosos en cualquier relación.
Los celos normales
Son los que siente una persona por la preocupación o el miedo de perder a un ser querido. En general, esta clase de celos están fundamentados en hechos concretos.
Estos se resuelven con facilidad mediante el diálogo. No se suele llegar a ejercer acciones que tengan consecuencias lamentables y que puedan dañar a otras personas.
Los celos patológicos o enfermizos
Estos son los que, en general, sienten las personas que tienen algún tipo de desequilibrio emocional. Además, son muy inseguras y creen que no valen lo suficiente como para que alguien los ame con sinceridad.
Estas personas suelen sentirse con complejos y hostiles. Este tipo de celos son muy destructivos y por lo general siempre terminan en tragedias.
Diferencias entre los dos tipos de celos
Existe una gran diferencia entre estos dos tipos; mientras que los primeros no tienen porqué cursar con una manifestación clínica, los celos patológicos presentan manifestaciones clínicas en varios niveles. En el plano emocional es frecuente la ansiedad y/o agresividad; en el nivel cognitivo, los pensamientos intrusivos relacionados con la infidelidad; y, en el nivel conductual, las demandas de seguridad o rituales compulsivos (motores y verbales) con el objeto de controlar al cónyuge.
Estas personas pueden pasar tiempo buscando pistas que las puedan llevar a descubrir al ser amado con otra persona. Buscan en los bolsillos, en el móvil y pueden llegar a contratar detectives privados para que les confirmen sus sospechas. Las personas que tienen celos patológicos o enfermizos suelen necesitar ayudar psicológica.
La mayoría de las personas que tienen esta clase de celos y que desean salir de ese terrible problema deben ser sometidas a un tratamiento especializado.
La envidia: ¿Otro tipo de celos patológicos?
La envidia muchas veces se puede confundir con los celos. No obstante, en realidad se tratan de sentimientos muy diferentes.
Por esta razón es muy importante aprender a reconocer estas diferencias. Así lograremos corregir estos comportamientos que resultan bastante perjudiciales para la salud mental y emocional.
La diferencia radica, en especial, en que la envidia se siente por algo o alguien que se desea tener. En cambio, los celos se sienten cuando se teme perder a alguien o algo que ya se tiene.
En lo que se refiere al entorno laboral, es muy común que se sientan celos mezclados con la envidia. Esto es bastante perjudicial, quizá aún más que los propios celos hacia la pareja.
La envidia y los celos son sentimientos que solo provocan amargura y un aire negativo, tanto para la persona que la siente como para quien es el objeto de esa envidia. Las «personas envidiosas» pueden tener ciertas características:
- Se presentan cambios en la manera de tratarnos si tenemos éxitos.
- Siempre intentan destruir nuestra reputación.
- Buscan defectos y nos critican por todo.
- Cuando hacen un comentario se basan en la ironía y son muy sarcásticas.
- Se muestran indiferentes cuando tenemos algunos logros.
Consecuencias
Cuando nos referimos a los celos y la envidia, estamos hablando de sentimientos y de emociones. Por lo tanto, se encuentran en lo más profundo de las personas que los sufren, y esto puede interferir con su paz y felicidad.
Esta clase de sentimientos son muy destructivos, tanto para quien la sufre como para quien la recibe. Inclusive se pueden presentar en igual medida en hombres como en mujeres, existiendo casos tan aberrantes que el envidioso puede agredir físicamente al envidiado, sin una justa razón.
¿Cómo se pueden evitar las envidias y los celos patológicos?
Estos son valores que se deben inculcar en el seno de la familia desde la infancia. Siempre se le debe enseñar a todos los niños el respeto a los demás. Cuando educamos de manera correcta a nuestros niños, nunca van a albergar en su alma y en su corazón sentimientos de envidia o de egoísmo contra nadie.
Como los celos patológicos pueden causar problemas tanto en una relación como en uno mismo, recomendamos acudir a un psicólogo para adoptar nuevas estrategias y mitigarlos. Y, si la persona se reconoce enferma, será mucho más fácil que se ponga en tratamiento cuanto antes, ya que esta patología puede llevarla a cometer muchos errores que en la mayoría de los casos pueden ser irreparables.
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