Los riesgos de ir al gimnasio
Revisado y aprobado por el médico Carlos Fabián Avila
Seguramente sabrás cuáles son los beneficios de ir asiduamente al gimnasio: bajar de peso, tonificar los músculos, mantenerte activo, evitar el sedentarismo, etcétera. Sin embargo, no todas las personas se dan cuenta de la parte negativa de esta actividad.
Sin dudas, en la balanza pesa más lo bueno que lo malo, pero es evidente que hay que tener en cuenta las dos cosas. Por eso, si eres de las personas que asisten al gimnasio de manera frecuente, te contamos cuáles son los posibles riesgos a los que te puedes enfrentar.
Estar alerta para evitar problemas
Ninguno de estos ‘defectos’ son excusas para dejar de ir al gimnasio, no obstante, sí que es importante siempre estar alerta. Primero, hay que recordar que estas visitas no se tratan simplemente de hacer ejercicio y pasar buenos momentos. También es estar atentos a las contras de la actividad para evitar inconvenientes en el futuro.
Si vas al gimnasio para sentirte bien, desarrollar músculos, modelar el cuerpo, bajar de peso, salir de la rutina, etcétera, no tienes que sentirte intimidado por los riesgos que se presentarán a continuación. Lo importante es tenerlos en cuenta en todo momento para, así, evitar que sucedan.
Los riesgos de ir al gimnasio
Mientras hay quienes logran mantener una rutina de ejercicios en la comodidad del hogar, otros, prefieren asistir al gimnasio de manera regular para lograr sus objetivos. Si este último es tu caso, te invitamos a que conozcas algunos riesgos que se pueden presentar al asistir a este lugar y no los pierdas de vista en tus próximas visitas.
La higiene
En primer lugar, uno de los riesgos de ir al gimnasio es que puedes contraer infecciones por los hongos en los vestuarios. Según una publicación de la Universidad de Utah, el pie de atleta es una infección común que se adquiere al entrar en contacto con el piso de la ducha.
Los clubes o gimnasios tienen baños, donde constantemente hay gente aseándose y duchándose. Este lugar suele tener las condiciones ideales para que los hongos se aprovechen y proliferen, ya que es un ambiente muy húmedo, lleno de vapor y posee poca ventilación.
Recuerda que estos microorganismos necesitan de sitios con estas características para vivir y desarrollarse. Por eso, es muy fácil contraerlos en los baños del gimnasio, donde se comparten las duchas. Por otro lado, también puedes adquirir una infección si no usas el calzado adecuado para ejercitarte.
Si quiere evitar este problema, lo mejor es utilizar calcetines de algodón y debes cambiarlos apenas termines la actividad. Adicional a esto, te aconsejamos secar y desinfectar los aparatos y colchonetas antes de usarlos, ya que pueden estar húmedos.
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Las infecciones
El segundo riesgo del gimnasio es la posibilidad de contraer infecciones de otro tipo de gérmenes, como virus y bacterias. Recuerda que estás en un lugar con gran concurrencia de gente. Además, en el invierno el cambio de temperatura entre el exterior y el interior del lugar a veces ocasiona resfriados u otras enfermedades similares.
Al ser un lugar cerrado, te pueden contagiar el virus de la gripe. Por eso, es preciso que te laves las manos con frecuencia y que no toques los aparatos, sin haberlos limpiado o secado antes. Si tienes fiebre o estás enfermo, es mejor que no vayas para no contagiar a los demás: espera unos días y luego regresa al ejercicio.
Por otro lado, ten cuidado si sales a la calle estando muy sudado o mojado, ya sea por el ejercicio o por haberte duchado después de la sesión. En todo caso, espera a que la temperatura del cuerpo se normalice y después regresa a casa.
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3. Los excesos
Otro de los riesgos de ir al gimnasio es que el exceso de peso de las máquinas puede provocar dolores en la espalda o el cuello. Tal vez no veas las consecuencias de las malas posturas y los movimientos bruscos en el momento, pero lo cierto es que pueden generarte problemas en el futuro.
Es probable que desde el primer día quieras levantar mucho peso para tener músculos en dos sesiones. Sin embargo, siempre hay que ir paso a paso. Ve gradualmente con el peso y descansa entre las repeticiones. Es mejor prescindir de algunos movimientos, si no quieres lesionarte o sufrir.
Aunque parezcan sencillos, tal vez no lo sean para ti. También, debes consultar con el instructor sobre las máquinas y sus usos, porque, muy a menudo, no resulta tan evidente. Para evitar cualquier tipo de lesión debes elegir los ejercicios que son correctos para tu contextura física.
Pídele al instructor que te brinde una rutina y que corrija tus movimientos. Además, es preciso que te explique cuáles son los músculos que ejercitarás con cada aparato. Aprende a reconocer los síntomas: si te duele una parte del cuerpo que no corresponde, quizás sea porque estás haciendo mal el ejercicio.
Como ves existen varios riesgos de ir al gimnasio que puedes evitar si tomas las medidas necesarias a la hora de utilizar los aparatos, compartir implementos y ejercitar ciertas partes del cuerpo. No olvides que una buena sesión de ejercicios con las condiciones adecuadas te ayudará a sentirte bien y a fortalecer y moldear tu cuerpo.
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- Imágenes cortesía de Health Gauge, Mike Fleming, Cherry Point, UNE Photos, Jeffrey Zeldman
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