Cómo hacer un masaje para evitar la ansiedad y depresión
Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña
El masaje es una práctica terapéutica cuyos efectos benefician tanto la salud física como emocional. Consiste en presionar con cuidado algunos músculos del cuerpo con el fin de aliviar el dolor y la tensión. Por ejemplo, en áreas como la espalda, las cervicales y los hombros. Su objetivo principal es lograr un estado de relajación para calmar la ansiedad, depresión y otras emociones negativas.
Su ventaja sobre otros tipos de técnicas es que no necesita de ayuda profesional porque no está enfocado a aliviar lesiones o traumatismos del cuerpo. Por esta razón, hoy queremos compartir sus principales beneficios y unos pasos sencillos para hacerlo en casa.
¿Por qué realizar un masaje para evitar la ansiedad y la depresión?
La aplicación de masajes proporciona una amplia variedad de beneficios inmediatos sobre la salud física y mental. Con movimientos apropiados se puede disminuir la tensión en los músculos, el dolor de cabeza y otros síntomas relacionados con el estrés y la depresión.
Debido a que se emplean aceites esenciales con poder relajante están recomendados para calmar la ansiedad, la tristeza y otras emociones. Todo indica que tienen la capacidad de reducir los niveles de cortisol. Una hormona que se incrementa como respuesta del cuerpo ante situaciones de estrés.
En lugar de esto eleva los niveles de serotonina, un neurotransmisor que se relaciona con el bienestar y la felicidad. También actúa de forma positiva sobre el sistema linfático y mejora su capacidad para eliminar las toxinas. A su vez, favorece la circulación y mejora el transporte del oxígeno hacia cada célula del cuerpo. Incluso, algunos aseguran que provocan un cambio en las ondas cerebrales hacia un patrón de máxima alerta y concentración.
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¿Qué se debe tener en cuenta para preparar el masaje?
Lo primero que se debe tener en cuenta es que el entorno debe ser tranquilo, agradable y alejado de ruidos o distractores. Lo idóneo es preparar una iluminación suave, ya sea natural o con velas. Además, la temperatura debe ser ligeramente cálida. Hay que tener en cuenta que la persona que lo recibe tiende a sentir más frío por su estado de relajación.
Una buena opción es tener de fondo un poco de música relajante, en lo posible, instrumental, para que ninguna voz genere distracción. Para potenciar los efectos de la técnica se aconseja el uso de cremas hidratantes o aceites esenciales que, entre otras cosas, favorecen el deslizamiento de las manos sobre la piel. Además, algunos tienen aromas agradables que incrementan la sensación de tranquilidad y relajación. La posición del cuerpo debe ser lo más cómoda posible, bien sea en una silla, una cama o colchoneta.
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¿Cómo hacer el masaje relajante contra la ansiedad y la depresión?
Para llevar a cabo el masaje, la persona que lo va a realizar debe hacer algunos ejercicios de calentamiento en sus manos con el fin de darle más fluidez a sus movimientos. Luego, se extiende la crema o el aceite esencial en la zona deseada y, con las palmas y los dedos de las manos, se procede a realizar una leve presión sobre los músculos.
Las manos deben permanecer en contacto con el cuerpo en todo momento, evitando todo tipo de interrupción. Solo en las articulaciones, la columna y otras áreas óseas se hacen movimientos suaves y superficiales. Para que la relajación incremente, los movimientos deben ser lentos y profundos; además, se debe evitar la fuerza sobre los pequeños bultos que se aprecian bajo la piel porque puede provocar dolor.
La duración del masaje dependerá de cada persona. Pero, por lo general, 10 minutos son suficientes para lograr un equilibrio emocional y el estado de descanso deseado. Para finalizar, no se debe trabajar un músculo en particular, sino que se hacen movimientos lentos y superficiales a nivel general. Una vez terminado, la persona que recibió el masaje debe permanecer 5 minutos en reposo para evitar mareos al levantarse.
Conclusiones
En conclusión, dedicando menos de un cuarto de hora al día se pueden calmar esos estados emocionales que impiden realizar las actividades cotidianas con tranquilidad. Es muy fácil de poner en práctica y se puede hacer en cualquier momento de la jornada.
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