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Metacognición: qué es y ejemplos

11 minutos
La metacognición alude a una serie de procesos destinados a la conciencia del propio pensamiento. Conozcamos más al respecto.
Metacognición: qué es y ejemplos
Elena Sanz

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz

Última actualización: 19 noviembre, 2023

La metacognición es un concepto que se ha popularizado en los últimos años. En efecto, en áreas como la psicología o la pedagogía se alude a ella con frecuencia, sin mencionar su uso en los medios de comunicación y artículos divulgativos. A pesar de que nunca antes se ha hablado tanto de ella como ahora, en la práctica muy pocos saben qué es. Hoy intentaremos despejar las dudas a través de ejemplos.

A menudo se piensa que es una capacidad exclusiva del ser humano, pero algunos expertos han señalado que existen indicios de procesos similares en ciertos animales. Sea como fuere, se suele entender como el proceso de pensar acerca de pensar. Veamos qué hay de cierto en ello, por qué es importante y qué beneficios tiene en el día a día de las personas.

¿Qué es la metacognición?

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Cualquier ser humano, con un poco de introspección, puede desarrollar la metacognición para su propio beneficio.

La metacognición es la capacidad para reflexionar sobre procesos de pensamiento que permiten interpretar la realidad. También, es la habilidad para controlarlos, monitorizarlos, evaluarlos y regularlos en la medida en que estos intervienen en la cognición.

De allí la construcción de la palabra (meta es un prefijo griego que alude a algo que está más allá). El uso de la metacognición lo podemos observar en acción cuando, por ejemplo:

  • Pensamos en las ideas que pasan por nuestra mente.
  • Sabemos que hay ciertas estrategias o técnicas de estudios que nos funcionan mejor que otras.
  • Manipulamos nuestra atención porque estamos desconcentrados.
  • Cambiamos de estrategia para memorizar un tema porque la que estamos usando no nos está dando resultados.
  • Regulamos nuestra memoria con el objetivo de recordar un tema.
  • Percibimos que hemos estado distraídos durante la clase o el trabajo.
  • Sabemos que aprender determinados temas nos cuesta mucho.
  • Revisamos los avances que estamos teniendo en una tarea o en el aprendizaje.
  • Conocemos qué procesos internos (las emociones, las creencias, la motivación) afectan el desarrollo de una tarea.
  • Trazamos un plan de acción para conseguir una meta de aprendizaje.
  • Evaluamos los resultados finales del proceso de aprendizaje o de estudio.

Lo que hoy entendemos por metacognición tiene sus orígenes en las ideas de John H. Flavell. Desde entonces, han surgido múltiples teorías que buscan explicar el desarrollo de estos procesos, todas desde una escuela en específico (son especialmente valiosos los aportes hechos desde el constructivismo).

La teoría inicial de Flavell era que la metacognición surgió como un mecanismo natural para hacer frente a los errores. Al reflexionar de manera activa acerca de ellos, el hombre puede aprender y ser más eficiente.

Para entender mejor la complejidad de la metacognición debemos precisar dos componentes que hacen parte de este proceso: el conocimiento metacognitivo y la regulación metacognitiva.

Conocimiento metacognitivo

Alude a lo que las personas saben sobre sus propios procesos cognitivos. Como señala Mar Mateos en su libro Metacognición y educación, el conocimiento metacognitivo abarca tres aspectos claves: la persona, la tarea y las estrategias.

La persona

Los saberes metacognitivos sobre la persona se relacionan con las capacidades que tiene un individuo para afrontar una tarea o actividad. Este conocimiento se pueden separar en tres vertientes: intraindividual, interindividual y universal.

  • Intraindividual: se refiere al conocimiento que tiene una persona sobre los procesos internos que pueden afectarlo a la hora de realizar una tarea: la motivación, las habilidades, los intereses personales, las emociones.
  • Interindividual: se relaciona con lo que la persona sabe sobre ella misma en comparación con los demás, por ejemplo, que le va mejor a ella en matemáticas que a su mejor amigo.
  • Universal: es el conocimiento sobre el funcionamiento general de los procesos mentales, por ejemplo, que la memoria construye cada recuerdo.

La tarea

Este tipo de conocimiento se refiere a la capacidad de reconocer que las propiedades de una tarea pueden afectar su realización. Implica también conocer en qué consiste, cuáles sus demandas y qué se espera de ella. El conocimiento de la tarea es el saber que se tiene en cualquier sentido de una tarea o actividad.

Un ejemplo de este conocimiento es cuando un estudiante sabe que el tiempo que gasta en aprenderse el contenido de una exposición depende de la dificultad del tema y de su extensión.

Las estrategias

El conocimiento de las estrategias se basa en la capacidad de una persona de reconocer que ciertas estrategias le funcionan mejor para resolver determinadas tareas. Es saber cuáles son los mejores recursos, estrategias y herramientas disponibles para cumplir con las demandas de una situación.

Por ejemplo, un estudiante manifiesta conocimiento de las estrategias cuando sabe que la realización de un mapa conceptual es más pertinente para organizar ideas que hacer un resumen en prosa del tema. Cuando una persona discrimina entre una estrategia u otra para hacer algo, está usando el conocimiento de la estrategia.

Regulación metacognitiva

Son las acciones que hacen las personas sobre sus procesos cognitivos y estrategias. Se relaciona con la monitorización e implica una discriminación de resultados.

Por ejemplo, percatarse que determinada estrategia utilizada para potenciar una habilidad (o una debilidad) no está siendo efectiva. Para realizar una adecuada regulación se deben tener en cuenta varias estrategias metacognitivas. A continuación profundizaremos en ellas.

Estrategias metacognitivas

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Dado que la metacognición es un proceso, es posible incidir en ella para mejorar el resultado.

Las estrategias metacognitivas son un conjunto de acciones que tienen como objetivo conocer y regular los procesos cognitivos. Mediante estas acciones se orientan las operaciones mentales para llevarlas a la consecución de un fin.

En otras palabras, tal como señala una tesis de maestría publicada por la Pontificia Universidad Javeriana, las estrategias metacognitivas «son acciones concretas que se desarrollan de manera consciente para mejorar en el desempeño de alguna tarea o para facilitar el aprendizaje».

Cada teoría y autor ha establecido diferentes estrategias, pero en términos generales podemos identificar tres: planificación, control y evaluación. No obstante, autores como Sue Robson, las divide en cuatro: planeación, monitoreo (supervisión), control y evaluación.

Cada una de estas son importantes y se combinan entre sí para consolidar lo que los expertos denominan metacognición. El proceso implica un alto nivel de conciencia acerca de las tareas que se hacen, así como de las estrategias más idóneas para controlar de manera voluntaria esos procesos.

Estrategia metacognitiva de planeación

Como señala Mar Mateos, la planeación, como procesos de control o regulación metacognitiva, se realiza con la finalidad de conseguir un objetivo, teniendo en cuenta siempre las demandas de la tarea o actividad. Esta estrategia se compone a su vez de varios aspectos.

De acuerdo a una tesis de posgrado, la planeación tiene tres categorías básicas:

  • Identificación e información: consiste en identificar las demandas de la tarea, la información que ella proporciona junto con los datos relevante necesarios para resolverla.
  • Conocimientos y recursos: es el conjunto de saberes que tiene una persona para resolver una actividad. Durante la planeación, el individuo deberá definir aquellos conocimientos, estrategias y recursos que le serán útiles para resolver la tarea que tiene en frente.
  • Plan y procedimientos: se refiere al conjunto de pasos o procedimientos que se deben dar para alcanzar lo deseado.

Un paso clave de toda planeación es delimitar el objetivo que se quiere lograr. Sin una meta clara es difícil determinar con exactitud que pasos se darán, ya que no se tiene un punto de llegada claro. Los objetivos no solo son necesarios para guiar el proceso de planeación, sino también las demás estrategias metacognitivas.

Estrategia metacognitiva de monitoreo

Donna Wilson y Marcus Conyers, en su libro Teaching students to drive their brains: Metacognitive strategies, activities, and lesson ideas, definen el monitoreo como el seguimiento continuo de la actividad mental y las acciones durante la resolución de una tarea. El monitoreo metacognitivo es supervisar lo que está ocurriendo a nivel cognitivo. Al monitorear se debe:

  • Examinar los avances logrados.
  • Revisar si se están alcanzando los objetivos propuestos o si se va por el camino correcto.
  • Evaluar si las estrategias y recursos usados están siendo efectivos.
  • Supervisar que los pasos o procedimientos que se están llevando a cabo.
  • Observar la actividad mental: ¿es buen la atención? ¿La memoria está funcionando correctamente? ¿Hay pensamientos distractores?

Así pues, el monitoreo es un proceso de autobservación durante la acción. Permite supervisar lo que hacemos y pensamos al momento de llevar a cabo una actividad. Es un estar pendiente y alerta sobre uno mismo, la tarea y las estrategias.

Estrategia metacognitiva de control

Esta estrategia se refiere a todos los cambios realizados a partir de los hallazgos encontrados durante el proceso de monitoreo. El control es un ajuste que se realiza para reenfocar las acciones, cogniciones y estrategas hacia el objetivo que se desea alcanzar.

El control debe hacerse luego del monitoreo, ya que es este último el que expone lo que debe cambiarse, mejorarse o desecharse. Gracias a esta estrategia metacognitiva es que se pueden emplear nuevas alternativas cuando no se están logrando los objetivos. Monitoreo y control van de la mano.

Estrategia metacognitiva de evaluación

La evaluación la podemos entender como ese periodo de reflexión final que permite determinar si se ha logrado el objetivo trazado. Este momento ayuda a tener una idea exacta de lo que funcionó y de lo que no fue útil al enfrentarse a una actividad.

La estrategia metacognitiva de evaluación ayuda a comparar lo deseado con lo realizado. Además, permite conocer qué tanto se logro, en qué se fracaso, qué cosas dificultaron el desarrollo de los procedimientos, etc. Es la revisión total de todo lo hecho y de su efectividad.

Implicaciones de la metacognición en el aprendizaje

A menudo se piensa que la metacognición es un concepto muy abstracto que no guarda cabida en la realidad. Esta es una creencia a todas luces errónea, ya que desde hace años se utiliza de manera activa en los procesos de aprendizaje. De hecho, es muy probable que tú mismo ejecutes estrategias metacognitivas en el día a día sin saberlo, Veamos tres ejemplos ilustrativos.

Aprendizaje de una segunda lengua

Desde hace una o dos décadas, los programas orientados a la enseñanza de una segunda lengua han incorporado los paradigmas de la metacognición. No es para menos. De hecho, los investigadores han señalado que es una estrategia de gran utilidad para potenciar la asimilación del estudio de una nueva lengua.

En definitiva, incluir procesos metacognitivos en el aprendizaje de las lenguas extranjeras ayuda a superar la barrera que les impide continuar a muchos estudiantes. Reflexionar acerca de las propias estrategias de estudio, estar atento a los puntos fuertes y débiles, aprender a conducir el proceso y valorar de manera objetiva los resultados pueden hacer una diferencia notable en ello.

Mejora de las habilidades musicales

Al igual que el caso anterior, la música suele ser un área de estudio que se le dificulta a muchas personas. Incluso entre quienes sienten interés hacia ella, puede ser un poco complejo asimilar algunas ideas de teoría musical.

Está demostrado a raíz de estudios publicados en Music educators journal y en Frontiers in Psychology que la metacognición puede ayudar a agilizar el aprendizaje de conceptos musicales.

Esto tiene implicaciones en los estudiantes, en quienes desean aprender a tocar un instrumento y por supuesto en aquellos que se dedican a la música de manera profesional. Los beneficios se sienten a corto plazo y aumentan a medida que se aplican los procesos de manera regular.

Mayor entendimiento de las matemáticas

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Las matemáticas pueden ser la pesadilla de muchos. Cambiar la forma en la que se comprende esta disciplina con la metacognición podría ser beneficioso.

Por último, varios expertosinvestigadores también avalan el uso de la metacognición para mejorar las habilidades en matemáticas. Las matemáticas suelen ser una de las áreas de estudio que ocasiona mayor rechazo, algo que en general se debe al enfoque o estrategias de estudio que se utilizan.

A través de estos métodos se puede llegar a entender las matemáticas de una forma diferente, así como optar por modelos de estudio alternativos para lograr resultados eficientes. De esta manera, la puesta en práctica del proceso puede ayudar a potenciar la enseñanza y las habilidades de los estudiantes.

Utilidades de la metacognición en la vida diaria

Es muy probable que las aseveraciones anteriores te hayan hecho comprender que la metacognición no es una idea a nivel teórico sin ningún tipo de implicación en la realidad.

Pero de seguro te estarás cuestionando que no siempre estás aprendiendo un nuevo idioma, teoría musical o resolviendo problemas matemáticos. Te presentamos así las utilidades de la metacognición en el día a día:

  • Mejora la toma de decisiones.
  • Fomenta el pensamiento crítico.
  • Evita el estancamiento o la reiteración de patrones que no obtienen ningún resultado.
  • Permite practicar la empatía y la alteridad (a través de lo que se conoce como metacognición social).
  • Puede hacer aumentar tu autoestima al descubrir tus habilidades y destrezas.
  • Es una estrategia idónea para cultivar el éxito.
  • Evita que los fracasos o los errores condicionen lo que puedes lograr.
  • Permite tener un control de las emociones y los sentimientos.

Consideraciones finales

Aún queda mucho por estudiar acerca de las implicaciones de estos procesos, así como de la forma de aprovecharlas a nuestro favor. Su utilidad se siente más allá del entorno educativo, ya que explora ideas tan variadas como el autoconcepto y la manera en que nos relacionamos con los demás.

La metacognición es muy especial y tiene mucho potencial para ayudar a profesionales de diversas áreas del saber a desarrollar intervenciones que le permitan a las personas mejorar sus procesos de aprendizaje y el autoconocimiento que tienen de sí mismas.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


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