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Métodos naturales para bajar la presión arterial: ¿realmente funcionan?

10 minutos
Distintos métodos naturales que prometen ayudar a reducir la tensión arterial parecen tener un efecto considerable. Pero, ¿todos funcionan por igual? Los analizamos.
Métodos naturales para bajar la presión arterial: ¿realmente funcionan?
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto

Última actualización: 15 septiembre, 2024

Los métodos naturales para bajar la presión arterial no son lo mismo que las terapias alternativas. Aquí hablaremos de aquellos que cuentan con algo o mucho respaldo científico, pero aclararemos cuáles son los peligrosos o que no tienen evidencia a su favor.

Durante los últimos años se ha hablado de la acupresión para bajar la presión arterial, por ejemplo, o de ciertas combinaciones de hierbas para hacer infusiones, aunque no todas son seguras. ¿Qué dicen los expertos?

En principio, lo idóneo es seguir el tratamiento indicado por el cardiólogo. Un profesional de la salud sabrá decirte qué métodos naturales se recomiendan y cuáles son los óptimos para tu estilo de vida y tu condición.

Estos son los métodos naturales probados para bajar la presión arterial

Si padeces hipertensión arterial, tu médico seguro ya te indicó hacer ejercicio y regular el consumo de sal. Pero hay más alternativas naturales y fáciles de implementar que pueden mejorar tu calidad de vida.

1. Hacer actividad física

De acuerdo con una revisión sistemática publicada en Medicine and Science in Sports and Exercise, la actividad física reduce la presión arterial de pacientes hipertensos con bastante eficiencia, al punto de ayudarlos a llegar a valores normales. Practicar un deporte, salir a correr o montar en bicicleta son actividades básicas que podrían potenciar tu control de la tensión arterial por varias vías:

  • Reducción del peso corporal: el sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo para la hipertensión. Ejercitarse ayuda a reducir el exceso de grasa corporal, lo que disminuye la carga sobre el sistema cardiovascular.
  • Fortalecimiento del corazón: el ejercicio aeróbico puede fortalecer el músculo cardíaco. Un corazón más fuerte bombea la sangre con mayor eficiencia, lo que disminuye la resistencia en las arterias y puede llevar a una reducción en la presión arterial.
  • Mejora de la circulación: al ejercitarte dilatas las arterias, lo que mejora el flujo sanguíneo.
  • Control del sistema nervioso autónomo: esta parte del sistema nervioso regula funciones involuntarias del cuerpo, como los valores de presión arterial. El ejercicio equilibra el tono simpático y parasimpático, pudiendo contribuir a la relajación de los vasos sanguíneos.

2. Aumentar el consumo de potasio

El potasio es un electrolito esencial que ayuda a mantener el equilibrio de líquidos y minerales en las células. Este mineral puede contrarrestar el efecto contrario del sodio, que eleva la presión arterial.

La relajación de los vasos sanguíneos también necesita que haya concentraciones adecuadas de potasio en la sangre. Y hasta la función cardíaca depende del electrolito. Por otro lado, la hormona aldosterona, producida por las glándulas suprarrenales, con fuerte influencia en la retención de sodio, se libera más en la medida en que desciende el potasio que ingerimos.

3. Dejar el tabaco y el alcohol

Entre los métodos naturales para bajar la presión arterial, los buenos hábitos generales son la regla. Si fumas o consumes alcohol en exceso, será pertinente que abandones ambos.

Fumar tabaco conlleva a la inhalación de sustancias químicas dañinas, incluyendo la nicotina y el monóxido de carbono. Ambas pueden aumentar el ritmo cardíaco, estrechar los vasos sanguíneos y elevar la presión arterial. Además, el tabaquismo daña la pared interna de las arterias y puede contribuir a la acumulación de placas de colesterol.

Por su parte, el consumo excesivo de alcohol aumenta de manera temporal la tensión arterial. Está demostrado que las personas que sufren alcoholismo tienen más riesgo de padecer enfermedades cardíacas. También el alcohol puede dañar al hígado y afectar la capacidad de este órgano para metabolizar sustancias, incluidas hormonas que inciden en la función de los vasos sanguíneos.

4. Gestionar el estrés

Gestionar el estrés de manera efectiva puede ser un gran remedio natural para bajar la presión arterial. El estrés crónico contribuye al desarrollo de la hipertensión arterial o la empeora.

Algunas estrategias son las siguientes:

  • Haz ejercicio: como lo mencionamos antes, el deporte libera endorfinas, que son neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo.
  • Prueba con meditación y mindfulness: estas técnicas pueden ayudarte a reducir la respuesta al estrés y promover la relajación.
  • Respiración profunda: los ejercicios de respiración profunda consisten en inhalar profundamente por la nariz durante unos segundos, retener el aliento por un momento y luego exhalar con lentitud por la boca.

5. Incorporar algunos suplementos alimenticios

El extracto de ajo, la berberina, la proteína de suero, el aceite de pescado y el hibisco son ejemplos de suplementos naturales y alimentos que se han estudiado por su potencial para la hipertensión. Estos métodos naturales para bajar la presión arterial pueden ser útiles para algunos pacientes, pero quizás no para todos.

Es importante tener el aval médico para incorporarlos.

El extracto de ajo ha sido objeto de muchas investigaciones, debido a sus posibles beneficios para la salud cardiovascular. Contiene compuestos como la alicina, que podría favorecer la vasodilatación. El aceite de pescado es rico en ácidos grasos omega-3, que se han relacionado con una variedad de beneficios para la salud cardiovascular, incluida la reducción de la presión arterial. Por su parte, las flores de hibisco, que se pueden preparar en té, contienen antioxidantes como las antocianinas y los polifenoles, que pueden tener un efecto vasodilatador.

6. Tomar infusiones

El uso de infusiones como remedios naturales para bajar la presión arterial debe hacerse, al igual que con los suplementos, bajo supervisión médica. Si bien hay preparaciones que han demostrado efectos beneficiosos, deben considerarse las contraindicaciones y las interacciones con los tratamientos farmacológicos.

Algunas opciones son las siguientes:

  • Té de pasiflora: también conocida como flor de la pasión, se ha utilizado de forma tradicional como relajante. Un estudio publicado en Frontiers in Pharmacology indica que puede ayudar a reducir la presión arterial al controlar el estrés.
  • Té de valeriana: es otra hierba conocida por sus propiedades relajantes. Puede ayudar a reducir el estrés.
  • Té de ajo: ya mencionamos al ajo como suplemento, pero es posible preparar una infusión con el ingrediente.
  • Té de olivo: las hojas de olivo contienen compuestos como la oleuropeína, que se ha relacionado con efectos beneficiosos para la salud cardiovascular. Podría tener propiedades hipotensoras.

7. Reducir la ingesta de sodio

Reducir el consumo de sal puede ayudar a bajar la presión arterial de manera natural. El sodio de la sal interactúa con el equilibrio de líquidos en el cuerpo y la función de los vasos sanguíneos.

Cuando consumes demasiada sal, los riñones tienen dificultades para eliminar el exceso de sodio de tu cuerpo. Se retiene agua y aumenta el volumen sanguíneo, con más presión sobre las paredes de las arterias.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda limitar la ingesta de sodio a menos de 2 gramos al día, lo que equivale a, aproximadamente, 5 gramos de sal por jornada. Esto implica leer las etiquetas de los alimentos y ser consciente de la cantidad que se añade en la dieta diaria.

8. Aumentar el magnesio y el calcio en la dieta

Aumentar el consumo de magnesio y calcio a través de una dieta equilibrada puede tener beneficios potenciales para la salud cardiovascular y la regulación de la presión arterial. Sin embargo, es importante recordar que la relación entre estos minerales y la presión es compleja y puede variar según la persona.

Para aumentar el consumo de magnesio, considera incorporar los siguientes alimentos:

  • Verduras verdes: espinacas, acelgas y brócoli.
  • Frutos secos y semillas: almendras y nueces.
  • Legumbres: frijoles, lentejas y garbanzos.
  • Granos enteros de avena o quinua.

Por otro lado, los productos ricos en calcio son los siguientes:

  • Salmón enlatado y sardinas enlatadas.
  • Lácteos: leche, yogur y queso.
  • Tofu fortificado con calcio.

9. Descansar bien en la noche

Un buen sueño es esencial para la regulación adecuada del sistema nervioso, incluido el sistema nervioso autónomo. Este último controla funciones involuntarias, como la frecuencia cardíaca y la dilatación de los vasos sanguíneos.

Durante el sueño, el cuerpo también regula la liberación de diversas hormonas que tienen impacto en la presión arterial. La falta de sueño o el sueño de mala calidad pueden alterar los niveles de estas hormonas, lo que contribuiría a aumentar la tensión arterial durante el día siguiente.

La falta de sueño crónica puede incrementar la inflamación en el cuerpo y el estrés oxidativo. Ambos factores están relacionados con un mayor riesgo de hipertensión arterial y de enfermedades cardiovasculares.

¿Qué pasa con las terapia alternativas?

Varias terapias de la medicina alternativa se promueven y publicitan como métodos naturales para bajar la presión arterial. Sin embargo, muchas de ellas carecen de evidencia científica que sostenga sus supuestos resultados.

La reflexología, por ejemplo, se basa en la teoría de que ciertos puntos en los pies, manos y orejas están conectados a diferentes partes del cuerpo. Si bien puede tener efectos relajantes, no existe una base científica sólida que respalde su capacidad para reducir la presión arterial de manera significativa.

Lo mismo sucede con la acupuntura o la acupresión. Son terapias derivadas de la medicina tradicional china.

La técnica de acupresión se ha utilizado para una serie de afecciones: estrés, insomnio, dolor muscular, náuseas, fatiga y mucho más. En épocas recientes, se ha popularizado su empleo como un método alternativo para tratar la presión arterial. ¿Qué dice la ciencia al respecto? ¿De verdad funciona?

No existe evidencia contundente de que la terapia de acupresión reduzca o controle la hipertensión arterial. Se han publicado varios trabajos favorables al respecto, sin que alguno haya establecido una relación exacta. Tal es el caso de una revisión sistemática publicada en Clinical Epidemiology and Global Health en 2023, donde se le atribuyó a la técnica cierto efecto beneficioso en este contexto.

Pero hay otros trabajos que desestiman sus efectos. Un estudio divulgado en Alternative Therapies in Health and Medicine no encontró ningún efecto de esta técnica en pacientes sometidos a una angiografía coronaria.

La terapia de imanes, por su parte, solo tiene evidencia anecdótica. Y las flores de Bach tampoco reúnen sustento científico convincente que respalde su efectividad.

Entonces, ¿puedo controlar la presión arterial alta con remedios naturales?

Como apuntan desde el National Heart, Lung, and Blood Institute, la elección del tratamiento para la hipertensión arterial se hace de forma personalizada. El especialista desarrollará un plan con base en cambios en el estilo de vida y medicamentos.

Cambios en el estilo de vida

Los cambios en el estilo de vida son parte de los métodos naturales para bajar la presión arterial. En función de cada caso, se puede hacer énfasis en algunas prácticas más que en otras.

De acuerdo con el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, los remedios naturales transversales a todos los pacientes hipertensos son:

  • Limitar la ingesta de sal a menos de 5 gramos al día (alrededor de una cucharadita distribuida en todas las comidas).
  • Implementar una dieta con base en frutas y verduras frescas. Evitar, por contra, el exceso de grasas y frituras.
  • Perder peso o, en su defecto, mantenerlo.
  • Incluir una rutina semanal de ejercicios.
  • Reducir la ingesta de alcohol.
  • Beber menos cafeína.
  • Dejar de fumar.

En algunos casos, estos cambios son suficientes para lograr un control de la presión sanguínea en estados normales. Esto es, y siguiendo la American Heart Association, 120/80 mmHg.

Terapia farmacológica

La hipertensión se puede controlar con uno o varios medicamentos. La elección se hace de forma personalizada, de manera que debes acudir a la consulta del médico para que este valore cuál terapia es más efectiva.

Como referencia, y con base en la Organización Mundial de la Salud (OMS), los más utilizados son los siguientes:

  • Inhibidores de la ECA (enzima convertidora de la angiotensina). Entre los cuales destacan el enalapril y el lisinopril.
  • Bloqueadores de los receptores de angiotensina-2 (BRA). Como lo son el losartán y el telmisartán.
  • Bloqueadores de los canales de calcio. Por ejemplo, el amlodipino y el felodipino.
  • Diuréticos. Como lo son la hidroclorotiazida y el clortalidon.

Si padeces hipertensión arterial, lo más recomendable es que te apegues a las indicaciones de tu médico. Sigue sus indicaciones en cuanto a los cambios en tu estilo de vida, y también en relación con la ingesta de los fármacos recetados (si los hubiere).


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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.