Mi pareja se enfada y no me habla: a qué se debe y cómo actuar
Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz
Toda relación de pareja atraviesa por conflictos. De hecho, son estos los que determinan el nivel de compromiso, madurez y respeto que ambos se profesan. Ahora, cuando mi pareja se enfada y no me habla, es natural que no sepamos cómo actuar, en especial si no conocemos exactamente las razones del enojo.
Y no es infrecuente que esto ocurra. Miles de personas en todo el mundo tienen que lidiar con dicho problema, que no siempre se gestiona de la manera correcta. Por supuesto que debemos ser empáticos con nuestro compañero o compañera y calzarnos sus zapatos.
Pero, esto no implica asumir toda la culpa o irrespetar la propia integridad. Por ello, hoy explicamos qué podemos hacer cuando mi pareja se enfada y no me habla.
¿Qué hacer cuando mi pareja se enfada y no me habla?
Los expertos y los investigadores están de acuerdo en que la comunicación es uno de los pilares de toda relación sana. De hecho, muchas veces es un síntoma de satisfacción, como lo puede ser también el sexo o la intimidad emocional. Cuando esta se ve alterada, es de esperar que surjan conflictos que pongan en peligro la estabilidad de la relación.
El silencio es una de las tantas respuestas que una persona elige ante un enojo. Algunos optan por evitar un conflicto verbal, de manera que traducen sus frustraciones aislándose del problema. Es decir, detrás de una evasión comunicativa se esconde una razón; una que ha motivado que nuestra pareja haya decidido romper el canal comunicativo.
Esto no es nada saludable, e incluso es un síntoma de escaso compromiso con la relación. No todo conflicto de pareja es malo, ya que puede ser saludable para resolver actitudes que molestan a ambos. El problema está que muchas veces el silencio se traduce en resentimiento y distanciamiento, sin mencionar la frustración y la inseguridad que produce en el otro.
Si nuestra pareja se enfada y no nos habla, es muy probable que no sepamos cómo controlar la situación. Lo primero que debes evitar es asimilar la misma actitud. Optar por pagar con la misma moneda en ningún caso resolverá el conflicto. A continuación proponemos 6 ideas que podemos aplicar, de acuerdo con lo que nos sugieren los expertos.
1. Le hacemos saber a nuestra pareja cómo nos sentimos
La mejor forma de lidiar con el silencio de nuestra pareja es haciéndole saber cómo nos sentimos al respecto. Aunque él o ella seguramente querrán evadir cualquier intento, debemos abrir un canal comunicativo que permita expresar nuestros sentimientos y emociones hacia esta actitud.
Esta iniciativa es contraria a la que manifiesta nuestra pareja. Además, demuestra que estamos dispuestos a conversar sobre los motivos de su enojo y a buscarle una solución.
Una relación no se puede construir desde la distancia, mucho menos desde el odio. Y si de verdad quiere apostar por la relación, nos escuchará y asumirá que el silencio es una actitud muy poco productiva.
2. Seamos empáticos y reflexivos
Cuando nuestra pareja esté dispuesta a asumir su compromiso con la relación, también debemos asumir otro. Es en este punto en el que la empatía y la reflexividad pueden sernos de gran ayuda. Debemos ser empático con respecto a los motivos de su enojo, entender sus causas, comprenderlas en su contexto y conectar con sus emociones y sentimientos.
De igual manera, debemos asumir una actitud reflexiva. Sin reflexión corremos el riesgo de asumir acríticamente los detalles, lo cual puede derivar en una sensación de culpa. La empatía y la reflexividad sin duda nos ayudarán a resolver el problema, en caso de que nuestra pareja esté dispuesta a dar el paso.
3. Tener paciencia
Por desgracia, no siempre lograremos convencerla de que se abra con nosotros. De acuerdo con la gravedad de la situación que ha producido su enojo, de su madurez emocional y de sus experiencias, puede pasar más tiempo del que esperamos antes de que esta decida asumir una actitud activa.
Es por esta razón que la paciencia será un gran aliado de nuestra parte. Ayudará a controlar expectativas, así como no condicionar los resultados hacia lo que esperamos que suceda.
Además, es mejor que él o ella aclaren su humor, reflexionen al respecto y calmen su temperamento antes de tener la conversación decisiva. Y es que cuando estamos enojados no siempre elegimos las palabras correctas al hablar.
4. Evitamos la sensación de culpa
Si mi pareja se enfada y no me habla, debo evitar internalizar una sensación de culpa. Recordemos que no somos quienes han decidido evitar el problema, aislarnos, optar por callar y marcar una distancia.
Los adultos resuelven problemas como adultos, de manera que nunca debemos asimilar una actitud de culpa que justifique aquella que ha tomado nuestra pareja. En el fondo, este es el gran problema de culpabilizarse: justificar lo que está haciendo él o ella.
Por supuesto que es válido enojarse por algo, así como también querer un espacio para reflexionar al respecto; pero tarde o temprano se debe discutir al respecto. Y si esa discusión nunca llega, no debemos creer que todo ha sido nuestra culpa.
5. Respetarnos a nosotros mismos
Ampliando la premisa anterior, recordemos que debemos respetarnos a nosotros mismo, ante cualquier acusación infundada. Como es natural, debemos estar abiertos a reconocer nuestros errores y ofrecer una disculpa, meditar en las actitudes y modificar algunos detalles en pro de la relación.
Sin embargo, esto no implica que cualquier acusación que nos recriminen será válida, si no tiene fundamento. Por ejemplo, que él o ella se haya enojado porque alguien más intento coquetear (sin que hayamos respondido al coqueteo). Somos responsable de lo que hacemos o decimos, no de lo que hacen o dicen los demás. Tener presente esto es respetar nuestra integridad.
6. Reconsiderar los límites y los consensos de la relación
Por último, otra de las cosas que se pueden hacer si mi pareja se enoja y no me habla es reconsiderar la relación. Después de todo, una actitud de este tipo que se prolonga durante días y días (o en todo caso es repetitiva) no es más que un síntoma de inmadurez emocional.
Además, es una actitud que a veces se usa para manipulación. Debemos estar atentos a los motivos que hay detrás de ello, así evitaremos caer en un juego lleno de trampas.
Sin importar el amor, el cariño y el respeto que le profesemos a esa persona, no tiene nada de malo decidir que él o ella no tiene el compromiso suficiente con la relación. A veces la mejor opción es dar un paso hacia atrás o hacia un lado.
Hablando se entiende la gente
Con estas reflexiones esperamos haber aclarado cuáles deben ser nuestras formas de actuar o nuestras respuestas cuando mi pareja se enfada y no me habla.
Si bien la situación puede resultar incómoda, la mejor manera de resolver siempre los problemas en la relación es hablando, así como haciéndole saber que distanciarse no beneficia en nada a ninguno de los dos.
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