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5 características de niños superdotados

5 minutos
Tener un niño superdotado o con alta capacidad en casa o en la escuela es todo un desafío. Estimular su potencial y favorecer sus relaciones es la mejor ayuda que podemos brindarle.
5 características de niños superdotados
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña

Escrito por Equipo Editorial
Última actualización: 25 mayo, 2023

La Organización Mundial de la Salud estima que hay un 2 % de niños superdotados o con alta capacidad. Así pues, podemos vislumbrar que en toda familia (en su sentido más amplio), en toda escuela, en toda comunidad, hay niños con estas capacidades excepcionales.

Los niños superdotados no siempre son detectados por el sistema educativo o por los especialistas en psicología o psicopedagogía, y menos aún reciben la atención que necesitan para estimular e impulsar su potencial. Si además son niñas o vienen de sectores sociales con índices de pobreza, son aún más difíciles de identificar.

También hay muchos mitos y falsas creencias en torno a esta condición que hace que pasen desapercibidos, sean invisibilizados o, peor aún, sean diagnosticados con trastornos que no padecen, como déficit de atención (con o sin hiperactividad), trastorno bipolar o síndrome de Asperger.

¿Cómo detectar a los niños superdotados?

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Fomentar la curiosidad y creatividad mediante actividades lúdicas es una gran idea para despertar la inteligencia de los niños.

La mayoría de los especialistas coinciden en que para saber si un niño es superdotado hay que esperar hasta que alcance los 5 o 6 años. No obstante, también hay quienes consideran que es posible detectar algunas señales precoces de alta capacidad entre los 2 y 4 años.

También es frecuente confundir alto rendimiento académico con ser un niño superdotado. Aunque un niño superdotado se entiende como muy inteligente, es una inteligencia distinta. Un niño superdotado puede tener notas mediocres, pero no realmente malas.

Las principales características de un niño superdotado con frecuencia son malinterpretadas. Para la psicóloga clínica Linda Kreger Silverman, fundadora del Centro de Desarrollo de la Superdotación en Denver, Estados Unidos, los niños superdotados tienen cualidades como:

  • Dan explicaciones muy inteligentes (y muy convincentes) para no hacer los deberes o para no querer ir a la escuela.
  • Tienen una alta capacidad para crear cuentos o chistes ingeniosos, o juegos de palabras.
  • Preguntan y repreguntan con ingenio, poniendo en aprietos a sus padres o maestros.
  • Muestran una concienzuda dedicación a una actividad que les apasiona.
  • Hacen cosas habituales de forma inusual.
  • Tienen conciencia de lo que es injusto y valor para defender a los indefensos.
  • Son capaces de mantener la calma en los momentos de caos.

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Característica fundamental: sobreexcitabilidad

Con frecuencia se desconoce la sobreexcitabilidad que tienen los niños superdotados en distintos aspectos de su desarrollo, lo que con frecuencia da origen a diagnósticos erróneos.

En este sentido, en un artículo publicado en la revista The Communicator se habla de los siguientes tipos de sobreexcitabilidad que experimentarían los niños superdotados:

1. Sobreexcitabilidad psicomotora

El niño superdotado se aburre y se mueve. Parece tener problemas de atención y tiene episodios de hiperactividad. Su agitación verbal o física hace que se piense que padece de trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

Cuando el niño está motivado por una tarea, o inmerso en algo que le atrae y fascina, lleva a niveles de concentración fuera de lo esperado para su edad. Se olvida de todo lo que le rodea.

También puede frustrarse cuando no logra conseguir lo que se propone, y es una emoción que debemos ayudarle a manejar.

2. Sobreexcitabilidad intelectual

Los niños superdotados tienen una curiosidad voraz. Como en ocasiones vuelcan toda su energía en un único tema, se obsesionan con eso que les atrae.

Ese interés único en temas y curiosidad voraz puede ocasionar que tengan dificultades para relacionarse con sus pares, por lo que es posible que se confunda con el trastorno de Asperger.

Leer también: Síndrome de Asperger

3. Sobreexcitabilidad emocional

Los padres con frecuencia describen a un niño superdotado como “muy intenso y extremo” o que “explota con facilidad”.

  • Su intensa emocionalidad será uno de sus grandes recursos al ser adulto, pero en la niñez se puede confundir con que sufren de un trastorno bipolar, cuando están muy lejos de ser psicóticos.
  • Su sensibilidad los hace llorar por un personaje de una película o preocuparse por la injusticia social, la violencia o los problemas ambientales. Tienen conciencia social.

4. Sobreexcitabilidad sensorial

Les molestan sobremanera las etiquetas de la ropa, el ruido de la clase, los olores o el volumen excesivo. Le resultan tan invasivas estas sensaciones que no pueden pensar en nada más.

Generalmente, ni padres ni maestros comprenden esta sensibilidad extrema. Son juzgados como maniáticos, cuando en realidad es algo que no son capaces de soportar.

5. Sobreexcitabilidad de la imaginación

Los niños superdotados parecen “vivir en su mundo”. Tienen una enorme facilidad para inventar, fantasear y crear situaciones y compañeros imaginarios para escapar del aburrimiento que, por ejemplo, les genera la escuela.

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La imaginación y la creatividad son características innatas de los niños superdotados.

En ese vuelo de la imaginación pueden llegar a confundir la realidad con la ficción. Suelen dibujar, escribir o imaginar historias con el fin de abstraerse de una realidad que les resulta poco atractiva y estimulante.

¿Qué hacer si tenemos un hijo superdotado?

Por muchos estímulos que se den a los niños durante el embarazo o de forma precoz, no se forma un niño con alta capacidad. Los niños superdotados nacen, heredan sus potencialidades de su carga familiar.

Si detectamos que un niño tiene características para ser considerado “superdotado”, lo primero que debemos superar es nuestro propio miedo y prejuicios. Efectivamente, el niño es diferente. Hay que ayudarlo a manejar y encauzar su potencial.

Descubrir y potenciar esas diferencias es un gran desafío, que muchas veces supone enfrentarse a familiares, maestros y psicólogos acostumbrados a “lo normal”. Hay que educarlo para la felicidad, no para la perfección, como a todo niño.

No tiene sentido aislar a un niño superdotado o pretender vincularlo solo con niños similares. Además, en pocos países hay instituciones educativas especializadas para este tipo de niños.

Lo ideal es ayudarlo a transitar por la escuela tradicional, a relacionarse, mientras se le ofrecen opciones adicionales para impulsar su potencial.


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