¿Para qué sirve el bazo? ¿Cómo cuidar de él?
Escrito y verificado por la médica Karla Henríquez
El bazo tiene una función esencial en la digestión y en el sistema inmunitario. Este órgano tiene el tamaño de un puño y se encuentra en el lado izquierdo del abdomen, justo debajo de las costillas. Puede que alguna vez se te haya inflamado o, por el contrario, quizá nunca hayas notado su existencia. Sea como sea, siempre es adecuado saber un poco más sobre el cuerpo y cómo cuidarlo.
Seguro que habrás oído alguna vez que a determinadas personas les han extirpado el bazo, ya sea por algún accidente o por alguna enfermedad. ¿Qué ocurre entonces? ¿Es este órgano tan indispensable? La respuesta a esta pregunta es sí.
Las personas que viven sin el bazo son más proclives a las infecciones y a determinadas enfermedades debido a su íntima relación con el sistema inmunitario. De ahí que sea indispensable mantenerlo sano y fuerte. Conozcamos, a continuación, un poco más sobre este órgano.
¿Qué funciones tiene el bazo?
El bazo es parte indispensable del sistema inmunitario. Filtra la sangre y destruye las células sanguíneas viejas. Este proceso permite la transformación de la hemoglobina de los glóbulos rojos en bilirrubina y la liberación de hierro a la circulación, según estudios.
Este órgano trabaja íntimamente con el sistema linfático. Además, el mismo produce varios elementos que nos protegen de las bacterias, como la inmunoglobulina M (IgM), y estimula la digestión de material dañino por parte de las células inmunes.
Durante la digestión, el bazo transforma alimentos y transporta nutrientes. Asimismo, es esencial para la producción y almacenamiento de plaquetas y glóbulos blancos.
En cuanto a su conformación, este órgano está compuesto por dos tipos de tejidos: una parte roja y una parte blanca. Esta última está relacionada con el sistema inmunitario y produce los linfocitos. La parte roja, en tanto, actúa de filtro y almacena sangre con plaquetas y elementos que actúan de anticuerpos frente a determinados virus y bacterias.
¿Se puede vivir sin bazo?
Ya sea por un accidente traumático o a causa de una enfermedad, son muchas las personas que se ven obligadas a vivir sin bazo. Este se puede extirpar mediante un proceso llamado esplenectomía.
Lo curioso de esta realidad es que, cuando el cuerpo ya no dispone del bazo, el hígado es quien asume muchas de sus funciones, aunque no todas. No obstante, estas personas, a largo plazo, van a ser mucho más sensibles a las infecciones y a determinadas enfermedades, puesto que el hígado no puede compensar la función inmunitaria del bazo.
¿Qué enfermedades pueden afectarle?
A menudo, tener el bazo inflamado e hinchado es síntoma de otra enfermedad subyacente que habrá de detectar un médico, por supuesto. Estudios describen el incremento del tamaño del bazo mayor a sus dimensiones normales como esplenomegalia. El bazo de un adulto normal tiene un volumen de 300 mililitros y un peso aproximado de 150 gramos.
En la mayoría de los casos, nos daremos cuenta de una afección del bazo si sentimos dolor en el lado izquierdo del abdomen o por debajo de las costillas. Por otra parte, también podremos tener fiebre y pérdida del apetito por largos periodos. Esto se debe a que el bazo hinchado oprime el estómago y nos da una falsa sensación de saciedad.
Este órgano también puede producir anemias hemolíticas. Se trata de un tipo de anemia en el que el bazo se altera y termina destruyendo más glóbulos rojos de lo debido, en especial los que están en buen estado.
Un problema que puede sufrir es la enfermedad trombótica idiopática. En este caso, lo que hace el bazo es destruir plaquetas. El principal síntoma es la aparición de pequeñas manchas rojas en la piel.
Además, debemos mencionar la enfermedad trombótica trombocitopénica. Es una enfermedad que afecta a los capilares y que está relacionada con el sistema inmunitario. Quien la padece suele presentar fiebre, pequeñas hemorragias y anemia. Otras causas de esplenomegalia son las siguientes:
- Hipertensión portal por cirrosis.
- Linfomas.
- Leucemias.
- Neoplasias proliferativas.
- Infecciones.
- Enfermedades granulomatosas o de depósito.
¿Cómo cuidar del bazo?
Estas son algunas sugerencias que se deben respetar para hacer un cuidado apropiado de este órgano tan importante:
- Evita los alimentos difíciles de procesar y de digerir. Reduce el consumo de pan blanco, pastas blancas, azúcares procesados y carnes rojas.
- Mantente hidratado: bebe agua suficiente al día, al menos 7 a 8 vasos. Además, evita las bebidas gaseosas azucaradas y las alcohólicas.
- Incrementa el consumo de alimentos con flúor, como el perejil, la zanahoria y las uvas. Existen otros alimentos que, además, nutren el bazo y cuidan de él. Por ejemplo: el jengibre, el puerro, el ajo, las cebollas y la canela.
- Consume bebidas cítricas: los jugos de limón, naranja y toronja son útiles para desintoxicar el bazo. Puedes preparar estas bebidas combinadas con manzana, zanahoria y jengibre.
- Si deseas tomar una infusión, opta por el diente de león: es una planta conocida por sus propiedades que ayudan a mantener las funciones del bazo.
Además, es adecuado tomar por las mañanas un licuado de avena con manzana. Para ello, coge tres cucharadas de avena integral, un vaso de agua, y una manzana; luego, pasa todos los ingredientes por la batidora y obtén un licuado homogéneo. Bébetelo recién hecho. Si haces esto durante diez días al mes, cuidarás no solo de tu bazo, sino de tu salud en general.
En definitiva, el bazo es un órgano que no todos consideran, pero que cada persona necesita. Por lo tanto, adoptar las medidas necesarias para su cuidado para una acción más que recomendable y que todos deberíamos seguir.
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