Paradoja del daño del alcohol: ¿qué es y por qué ocurre?

La paradoja del daño del alcohol habla, sobre todo, de desigualdades socioeconómicas. De todos modos, se requiere de más datos e investigación para comprender este fenómeno.
Paradoja del daño del alcohol: ¿qué es y por qué ocurre?
Elena Sanz

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 25 mayo, 2023

La paradoja del daño del alcohol es un fenómeno social asociado a un hecho contradictorio. Se ha detectado que el consumo de alcohol tiene efectos más severos en los grupos y países de menores ingresos, pese a que estos segmentos no son los que más consumen la sustancia.

Los datos disponibles indican que hay mayor consumo de alcohol entre los sectores y países de ingresos medios y altos. Aun así, las personas y las naciones más pobres tienen tasas más altas de daño por la sustancia. A eso se refiere la paradoja del daño del alcohol. ¿Por qué ocurre?

El consumo de alcohol en el mundo

En la actualidad hay un elevado consumo de alcohol en todo el mundo. En promedio, cada persona ingiere 6,2 litros al año. Sin embargo, en Europa el promedio asciende a 10,9 litros.

En América Latina, en conjunto, el promedio es de 6,3 litros per cápita por año, aunque esta cifra varía mucho de un Estado a otro. Se estima que al menos el 50 % de las personas mayores de 15 años han bebido alcohol en el último año.

Las previsiones indican que el consumo tiende a crecer y que para el 2025 lo habrá hecho en un 3 %. 1 de cada 17 muertes en el mundo obedece al daño producido por el consumo de alcohol. Esto representa el 5,9 % de los fallecimientos totales.

La paradoja del daño del alcohol

El fenómeno de la paradoja del daño del alcohol muestra que las personas de menores ingresos consumen menos alcohol que los que tienen más dinero, pero a pesar de esto, sufren mayores daños en su salud.

Esta paradoja constituye todo un desafío para los epidemiólogos y expertos en salud pública. No hay un consenso pleno sobre lo que significa ser de un estrato socioeconómico bajo. Lo más aceptado es que esto se cataloga de acuerdo con el nivel de ingresos, de educación y de ocupación.

De este modo, entre menos ingresos, menor educación y menos ocupación haya en un hogar, más bajo es su nivel socioeconómico. Y viceversa. Sobre esta base, en el Reino Unido se encontró que las personas con un patrón de consumo similar, pero de distinto nivel socioeconómico, presentaban efectos disímiles en términos de daño en su salud.

En Escocia se verificó que sufren más daño por consumo de alcohol las personas más pobres que beben de forma moderada, frente a los ricos que consumen en exceso. Una evidencia más de la paradoja del daño del alcohol.

Consumo de alcohol en persona con altos ingresos.
El patrón de consumo también es distinto en las personas con mayores ingresos, lo que cambia el tipo de bebida que se ingiere.

¿Por qué se presenta este fenómeno?

No hay una respuesta contundente frente al por qué se produce la paradoja del daño del alcohol. Por lo pronto, solo existen algunas hipótesis que podrían explicar el fenómeno. Son las siguientes.

Comportamientos poco saludables

Según esta teoría sobre la paradoja del daño del alcohol, en los estratos más pobres la bebida se acompaña de otra serie de conductas no saludables, como fumar, tener una dieta deficiente, sufrir más estrés y realizar menos actividad física.

Al parecer, las personas más ricas tienen estilos de vida más saludables. Sin embargo, no existe ninguna investigación científica que corrobore esto con certeza. Muchos creen que se trata de una visión estereotipada del problema.



Patrones de consumo

Otra posible explicación para el fenómeno de paradoja del daño del alcohol podría ser el de los patrones de consumo. En este caso, se plantea que las personas de bajos recursos tienden a consumir altas cantidades de alcohol en una sola sesión, mientras que los más ricos lo hacen en proporciones menores, pero de forma más regular. El primero de estos patrones de consumo sería más nocivo.

Acceso a la atención

Esta es la teoría más aceptada en torno a la paradoja del daño del alcohol. Señala que las personas más pobres reciben una atención sanitaria más deficiente que las capas medias o altas de la sociedad.

Estas barreras llevan a que sus problemas de salud no sean detectados a tiempo. Por consiguiente, no son tratados de la manera adecuada.

Datos inexactos

Muchos investigadores piensan que los datos disponibles no son suficientes para verificar la paradoja del daño del alcohol. Suponen que hay informes inexactos de consumo en grupos especiales, como las personas sin hogar. Por lo tanto, no se puede establecer si en verdad los más pobres sufren mayor daño, aunque consuman menos alcohol.

Adolescente con alcoholismo.
La mayoría de los estudios científicos al respecto son con adultos, pero los adolescentes también serían influidos por los mismos factores.

Perspectivas de solución para la paradoja

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha propuesto 3 medidas para reducir el consumo de alcohol. Veamos cada uno de esos aspectos:

  1. Reducir la disponibilidad: está comprobado que los lugares que concentran más sitios de venta de alcohol incrementan el consumo y guardan una correlación con el número de personas que presentan daños en la salud por la bebida.
  2. Regular el marketing: reducir la publicidad en torno a las bebidas alcohólicas o condicionarla puede ser una medida eficaz para no estimular el consumo.
  3. Elevar los precios: esta medida es polémica, ya que supone privar a las personas más pobres del consumo, reservándolo solo para los más ricos. Por sí sola, podría llevar al consumo de otras sustancias más baratas y quizás más nocivas.

Dentro de las posibles causas de la paradoja del daño del alcohol hay dos que deberían ser abordadas a fondo. La primera es el acceso a los servicios sanitarios. Todas las personas, sin distinción social, deberían tener derecho a una atención oportuna e integral.

La segunda es la promoción de estilos de vida saludables. Las personas de bajos ingresos también pueden acceder a prácticas y rutinas saludables. Esto reduciría la brecha.


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