Mi pareja es mayor que yo y mi familia no lo acepta: ¿qué hacer?
Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz
La diferencia de edad en una pareja es uno de los aspectos que más controversia sigue causando a nivel social. En general, se piensa que en este tipo de vínculos prima el interés económico o el sexual, el deseo de aprovecharse del otro y la injusticia derivada de una situación en la que uno parece obtener mayor beneficio. Así, si mi pareja es mayor que yo, es probable que tenga que enfrentar reacciones de temor y rechazo por parte de mi familia.
En cierto grado, es comprensible que unos padres deseosos de proteger a su hijo o hija, y basándose en este tipo de prejuicios, tengan ciertas reticencias a aceptar el vínculo. No obstante, como persona adulta, es mi derecho escoger a mi pareja y que esa decisión sea respetada por mi entorno. Así, será conveniente realizar ciertos acercamientos para que ese rechazo no termine socavando las relaciones familiares.
¿Por qué nos afecta la opinión de la familia?
En primer lugar, es necesario comprender que nos encontramos ante una situación delicada. La solución no es tan sencilla como hacer oídos sordos a la opinión de padres y familiares o cortar relación con ellos.
Incluso si somos adultos independientes, es natural que deseemos que nuestro entorno familiar apruebe a nuestra pareja. Y que haya entre ellos una relación cordial y cercana.
Ellos han sido las primeras figuras de apego, cruciales en la formación de nuestra identidad y nuestro sentido de pertenencia. Nos conocen, nos han visto crecer, nos han apoyado y acompañado. Damos por sentado que buscan lo mejor para nosotros.
Una actitud de rechazo hacia la pareja implicará conflictos y peleas, desilusión y decepción por ambas partes. Es probable que conlleve a un alejamiento. La persona se verá obligada a elegir entre su vida en pareja y el resto de sus seres queridos.
Para que esto no suceda, podemos aplicar algunas pautas y consejos.
¿Qué hago si mi pareja es mayor que yo y mi familia no lo acepta?
Este no será un camino fácil y nada garantiza que obtengas resultados positivos. Sin embargo, aquí van algunas medidas que puedes tomar para afrontar el rechazo de tu familia hacia tu relación.
Dialoga, escucha y pide explicaciones
En primer lugar, será fundamental tener una conversación abierta y sincera con tu familia. Reúnete con ellos (tal vez a solas con cada uno si resulta más cómodo) y pregúntales por qué motivos concretos rechazan tu vínculo. No lo plantees como una afrenta o un ataque, sino como un interés verdadero en conocer su opinión.
En esta charla es probable que os deis cuenta de que sus temores y reticencias se basan en prejuicios. Si es así, pídeles que abran la mente y se permitan conocer la relación y juzgarla por lo que verdaderamente es; no por lo que suponen.
Si su rechazo se basa en razones concretas, lógicas y respetables, podremos dialogar y argumentar al respecto.
Sé asertivo, pon límites y exige respeto
En todo el proceso hay que ser pacientes y asertivos, no perder los nervios ni las formas y no recurrir al grito o al insulto. Esto no resolverá nada y solo incrementará la distancia emocional con la familia. Sin embargo, sí es importante ser firmes y asertivos; esto es hacer respetar nuestra decisión y a nuestra pareja.
No podemos obligar a ningún miembro de nuestra familia a que quiera a nuestro compañero o compañera, pero sí podemos exigir respeto. Hemos de dejar claro que no vamos a tolerar insultos o humillaciones, críticas maliciosas o malos tratos ni hacia nosotros ni hacia nuestra pareja.
Esto puede obligarnos a tomar ciertas medidas desagradables, como terminar llamadas telefónicas o abandonar reuniones familiares en las que se nos esté faltando al respeto. Tal vez también nos lleve a tener menos contacto con ciertas personas durante un tiempo, pero es importante establecer límites.
Crea un frente unido con tu pareja
Una clave es trabajar en equipo y crear un frente unido. Es duro enfrentar el rechazo de la familia, pero no podemos dejar al compañero sentimental solo en esta afrenta.
Los padres y familiares han de ver que existe unión, apoyo y consenso. Debería notarse que se trata de una relación sana y sólida.
A este respecto, es conveniente hablar antes en pareja y debatir las propias opiniones y puntos de vista respecto a la diferencia de edad y lo que ello puede suponer. Sentar estas bases hará más sencillo salir al mundo después, con las ideas claras y un frente común.
Propicia pequeños acercamientos
Por supuesto que a cualquier persona le gustaría que su entorno aceptase a su pareja desde el inicio y sin problemas. Sin embargo, si esto no sucede, es posible planificar pequeños acercamientos que permitan a ambas partes conocerse mejor.
Esto ayudará a derribar prejuicios y ofrecerá a la familia espacios para ver el tipo de persona que está con su hijo o hija, cuáles son sus intenciones y cómo es su vínculo. Es probable que, con el tiempo, su opinión se suavice y asuman que la diferencia de edad no tiene por qué ser un problema.
Demuestra madurez
Por último, recuerda que de poco sirve abordar la situación como una lucha frontal contra tus familiares. La escucha, la comprensión y la persuasión pueden ser herramientas más adecuadas.
Trata de comprender sus temores y reticencias. Hazles ver que ambos (tu pareja y tú) sois conscientes de la diferencia de edad y de las dificultades que supone. Aun así, estáis bien con ello.
Puedes explicar el grado de afinidad que tienes con tu pareja, los valores y los gustos compartidos, los proyectos en común y cómo su presencia aporta positivamente a tu vida. A la luz de esta realidad, la diferencia de edad pasa a ser irrelevante, siendo ambos adultos.
Mi pareja es mayor que yo, pero el amor entre ambos es real
En definitiva, la solución pasa por ayudar al entorno familiar a comprender que se trata de una relación real, madura y basada en el amor y el respeto. De hecho, se ha visto que las parejas con diferencia de edad, en especial, pueden estar satisfechas con su vida y su relación.
A medida que la familia pueda ver, entender y comprobar que ambos son personas conscientes de su realidad, comprometidas y con un proyecto en común, es posible que se disipen sus miedos. Este proceso requiere tiempo y paciencia, comprensión y mente abierta por ambas partes.
En cualquier caso, recuerda que si tu pareja es mayor y tu entorno no lo acepta, es tu derecho tomar las medidas para que tu decisión y tu vínculo se respeten.
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