¿Las personas que sufren diabetes pueden consumir queso?
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Cuando se sufre esta enfermedad es habitual cuestionarse acerca de la conveniencia de comer algunos alimentos. Uno de los asuntos que se plantea con recurrencia es si al tener diabetes se puede consumir queso.
Como en muchos temas relacionados con la nutrición, la clave está en saber consumir los productos más adecuados y en las cantidades justas. Un exceso de cualquiera es perjudicial, tanto si se padece diabetes como si no.
Si tengo diabetes ¿puedo consumir queso?
La diabetes es una enfermedad que afecta a un gran número de personas en todo el mundo. Se caracteriza por niveles elevados de glucosa en sangre debido a una falta total o parcial de insulina o una respuesta insuficiente a la misma. Con el paso del tiempo pueden aparecer daños a nivel vascular.
Unos buenos hábitos de vida son muy importantes en el tratamiento de las personas con diabetes. Además, evitan o retrasan la aparición de posibles complicaciones. El exceso de peso y la hipertensión arterial son dos de las condiciones que es deseable evitar.
La leche y sus derivados, como el queso o el yogur, son alimentos nutritivos y todo el mundo puede comerlos si así lo desea. Sin embargo es importante tener en cuenta algunos de los aspectos relacionados con su composición pues es aconsejable moderar su presencia.
De este modo, en el caso de padecer diabetes, se puede comer queso con seguridad cuando este forma parte de una dieta saludable y equilibrada.
Características nutricionales del queso a tener en cuenta en la diabetes
Los lácteos y sus derivados tienen cabida en una dieta saludable. Presentan un adecuado perfil nutricional en el que cabe destacar algunos de sus componentes.
- Grasas: el queso es uno de los alimentos que puede presentar cantidades elevadas de grasas en comparación con otros. Pero el valor final total cambia mucho según la variedad. Oscila entre menos del 10 % en los frescos hasta más del 30 % en algunos madurados. De la cantidad total de lípidos, el porcentaje más elevado pertenece a las grasas saturadas.
- Proteínas: junto con las grasas es uno de los macronutrientes presentes en el queso, que en cambio casi no aporta carbohidratos. En este caso se trata de proteínas de alto valor biológico, pues aportan todos los aminoácidos que el organismo necesita. La presencia de este componente puede tener un efecto saciante.
- Sal: uno de los problemas que presentan la mayoría de los quesos es su elevada presencia de sodio. Esto es debido al uso de la sal como ingrediente en la preparación y al propio proceso de maduración. El nivel de sal medio oscila entre un 0,7 y un 6%.
- Vitaminas y minerales: aunque también pueden variar según el tipo, de forma general se considera al queso una buena fuente de calcio, magnesio, fósforo y vitaminas liposolubles, como la A.
El aporte energético, la cantidad de sal y la presencia de grasas saturadas son los aspectos más problemáticos del queso en la diabetes. Todos estos están relacionados con la obesidad, la presión arterial y el colesterol sanguíneo y representan factores de riesgo cardiovascular. Y hay que tener presente que en la enfermedad diabética este ya es más elevado.
¿El queso puede afectar los niveles de azúcar en la sangre?
En algunas ocasiones se cree que las personas con diabetes no pueden consumir queso porque la presencia de lactosa (el azúcar principal de la leche) podría aumentar la glucemia. El índice glucémico (IG) es un indicador que se usa para medir cómo un alimento es capaz de incrementar estos niveles.
Como indican desde la Fundación Diabetes UK, la leche y otros lácteos tienen un índice glucémico bajo debido al efecto protector de la proteína de la leche que ralentiza el vaciado del estómago.
Además, algunos estudios científicos publicados en la revista American Journal of Clinical Nutrition muestran la existencia de una relación entre la ingesta de lácteos y un menor riesgo de padecer diabetes tipo 2. Si bien no son análisis concluyentes, ofrecen datos a tener en cuenta.
Las personas con diabetes pueden consumir estos quesos recomendados
Las personas con diabetes pueden consumir queso en porciones adecuadas y elegir aquellos que presentan niveles más bajos de sal y de grasas saturadas, así como un menor aporte energético. Una porción recomendada es de 30 gramos para los quesos de pasta dura y entre 50 y 70 gramos para los más frescos.
Cottage
Este es un tipo de queso fresco con características parecidas a la ricota y al requesón. Bajo en grasas, con un alto aporte de proteínas y pocos carbohidratos. Tiene un sabor suave, ya que no está sometido a un proceso de curación como los quesos maduros.
En los últimos años se ha puesto de moda en muchos países como un producto saludable gracias a estas características. Se puede comer a cucharadas, pues es una buena alternativa al yogur, o untado en unas rebanadas de pan. Combina bien con frutas, compotas, cereales, frutos secos o semillas.
Descubre: Cómo hacer queso cottage casero
Quark
Este es un queso fresco batido de textura cremosa y lisa y con un sabor algo ácido. Presenta un valor calórico y un porcentaje de grasas bajo. Si bien existen algunas versiones elaboradas con leche entera que pueden tener un contenido más elevado.
Ricota
Esta variedad típica de la cocina italiana se elabora a partir del suero de la leche y como el cottage o el quark se trata de un queso fresco. Por esto presenta valores energéticos, de sodio y de grasas bajos.
Su textura es granulada y tiene un sabor fresco con un toque dulce. Combina bien con frutas o en recetas saladas y se puede servir acompañado de un poco de miel, chocolate negro o canela.
Neufchâtel
Las personas con diabetes pueden consumir este queso con denominación de origen de Normandía. Se elabora a partir de leche de vaca, es de pasta blanda y de piel enmohecida.
Presenta valores moderados de sodio y de grasas. Además tiene un sabor parecido al queso crema, pero con cantidades menores de grasa saturada.
Emmental
Queso suizo de pasta dura y compacta que es uno de los pocos de estas características con un bajo contenido de sal. En cambio, la cantidad de grasa puede considerarse media, ya que se encuentra entre el 25 y el 40% de la composición final.
Es una buena opción para acompañar la pasta, pues funde bien cuando se corta en tiras finas. También se puede añadir a un plato de verduras o a una ensalada. Su sabor es suave, dulce y recuerda al de los frutos secos.
Variedades a evitar
Es aconsejable renunciar a algunos tipos de queso, como los preparados para fundir o las mezclas especiales para ensalada. Estos pueden traer un gran número de ingredientes (almidones, sales fundentes, grasas vegetales y colorantes).
Además, todos aquellos quesos más ricos en sodio y en grasa saturada es mejor comerlos de forma excepcional. Aunque no están prohibidos en su totalidad y mucho menos si se acompañan de abundante fibra y vegetales.
Una dieta adecuada para diabetes permite consumir queso de forma moderada
Con esta enfermedad es esencial seguir una dieta equilibrada con las verduras, legumbres, frutos secos, aceite de oliva y proteína magra como protagonistas. El queso y otros lácteos también tienen su lugar si se consumen en las cantidades justas.
Entre los quesos de elección principal deben estar los menos calóricos y los que tengan reducidos niveles de sal y grasas saturadas. Estos se pueden comer en raciones de unos 30 gramos al día servidos con alimentos ligeros y que aporten fibra.
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