¿Cómo podemos luchar contra las infecciones de manera natural?
Revisado y aprobado por la médico Maricela Jiménez López
El sistema inmune es el encargado de hacerle frente al ingreso de bacterias, virus y cualquier microorganismo que quiera alojarse en el cuerpo y enfermarnos. Para aumentar las defensas es preciso comer bien y los alimentos adecuados. En el siguiente artículo respondemos a la pregunta de cómo podemos luchar contra las infecciones de manera natural. ¡No te lo pierdas!
Tratar una infección sin antibióticos
Como indica el refrán popular, es mejor prevenir que curar. Por lo tanto, es preciso comer bien para que el sistema inmunológico esté fortalecido y no permita el ingreso de virus, hongos, bacterias o parásitos a nuestro organismo.
El grado y velocidad de evolución de las bacterias son tan rápidos que los nuevos antibióticos generan resistencia en muy pocos años en lugar de las décadas que necesitaban antes (…) Efectivamente, los científicos señalan que si empezamos por reducir drásticamente el uso de los antibióticos y limitamos su uso a los casos de amenaza grave para la salud, quizá podamos superar, al menos, parte del problema, pues los investigadores han descubierto también que cuando las bacterias no topan regularmente con antibióticos, empiezan a olvidar cómo resistirse a ellos.
Si últimamente estás enfermando bastante seguido o si quieres tratar las infecciones sin recurrir a los medicamentos que venden en las farmacias es necesario que a tu dieta diaria no le falten los siguientes elementos:
- Vitaminas A, C y E
- Selenio y zinc
- Bioflavonoides
- Probióticos
Los síntomas de una infección (en cualquier parte del cuerpo) son:
- Dolor de cabeza
- Fiebre
- Agotamiento
- Falta de apetito
- Dolores musculares
- Dolores articulares
Ya que el sistema inmune necesita de un ambiente óptimo para estar sano una alimentación equilibrada no es suficiente. Por ejemplo, es preciso reducir la ansiedad y el estrés, descansar lo suficiente, hacer ejercicio y beber una buena cantidad de agua (además de zumos, sopas y licuados).
Ver también: Antibióticos: ¿por qué no se puede abusar de ellos?
Los mejores antibióticos naturales para luchar contra las infecciones
Si bien las medidas preventivas son imprescindibles, también puede ocurrir que nos enfermemos y necesitemos algún tratamiento para revertir la situación. Es entonces cuando entran en acción los antibióticos naturales. Es decir, los remedios que no compramos en una farmacia sino que los podemos encontrar en casa o en la naturaleza.
Además de ayudar a reducir las infecciones, son diferentes a los sintéticos por las siguientes razones:
- No tienen efectos secundarios como sensibilidad en el estómago o reacciones alérgicas
- Respetan los microorganismos beneficiosos que habitan en nuestro cuerpo, por ejemplo los que se encuentran en el intestino
- No causan síntomas por consumirlos en exceso (en la mayoría de los casos).
- Son fáciles de conseguir y asequibles
No olvides leer: Los 5 mejores antibióticos naturales y cómo utilizarlos
Entre los principales antibióticos naturales que te ayudarán a reducir las infecciones y también a prevenirlas encontramos:
1. Ajo
Es el mejor bactericida y antiviral que existe, ya que contiene cerca de 20 componentes con esta propiedad, además de 40 elementos antibacterianos. Se puede usar para las enfermedades respiratorias y los hongos.
2. Cebolla
Pertenece a la misma familia que el ajo, por lo que su composición es similar. Es un poderoso antibiótico natural. Puedes comer cebolla cruda en ensaladas o poner una abierta a la mitad cuando vayas a dormir para que te ayude a respirar mejor. Es un remedio ideal para la gripe, la bronquitis, la faringitis y en el uso externo para desinfectar.
3. Jengibre
Esta raíz muy usada en la comida oriental tiene varias propiedades como, por ejemplo, la antibacteriana. Permite también aumentar la cantidad de flora intestinal y eliminar microorganismos perjudiciales para la salud como, por ejemplo, la E. Coli (causante de gastroenteritis) o la H. Pylori (que provoca úlceras estomacales). Se aconseja consumir solo una pizca de jengibre, ya sea en polvo o rallado, porque puede elevar la temperatura corporal.
Te interesará: 6 maneras de emplear jengibre en el tratamiento de la tos
4. Melisa
Esta hierba contiene una gran cantidad de timol, con propiedades antibacterianas. Por ejemplo, se usa para tratar el virus del herpes simple (en extracto o infusión) y la candidiasis (en aceite esencial). Si deseas evitar infectarte de ciertos virus puedes beber el té de melisa. Una cucharada de la planta por taza de agua es suficiente. Endulza con miel.
5. Drosera
En las tiendas naturistas puedes conseguir el extracto de esta planta que contiene un elemento llamado plumbagina. Este compuesto actúa contra muchos tipos de virus y bacterias. La drosera se utiliza para tratar infecciones respiratorias, como gripes y resfriados y también para la diarrea.
6. Ulmaria
Otra de las plantas con efectos antibióticos. El extracto de ulmaria sirve para eliminar bacterias que ocasionan infecciones urinarias o intoxicaciones alimentarias. En algunas tiendas naturistas también puedes conseguir las hojas o flores para consumir en infusiones.
7. Equinácea
Tiene propiedades antibacterianas, antifúngicas y antivirales. Sin dudas, es una gran alternativa para los antibióticos sintéticos o químicos. La equinácea estimula al sistema inmune y ayuda a producir más glóbulos blancos. Puedes consumir esta planta en forma de té.
8. Tomillo
Seguro utilizarás esta especia para darle sabor a tus comidas y no sabes que tiene propiedades antivirales destacadas. El tomillo es un antibacteriano por excelencia, que si bien no mata a las bacterias no permite que se multipliquen. Se usa para desinfectar y cicatrizar heridas.
9. Cardamomo
Es un potente antiséptico totalmente natural que elimina las bacterias que causan el mal aliento (halitosis) pero también es adecuado para tratar las caries, así como aliviar los dolores y úlceras estomacales causados por la bacteria H. Pylori.
10. Romero
Otra de las aromáticas que empleas en tus platillos. Contiene más de 20 principios antivíricos y 40 antibacterianos. Si lo consumes en infusión combate los gérmenes y trata enfermedades intestinales o respiratorias. Impide la reproducción de patógenos.
¿Quieres conocer más? Lee: Propiedades del té de romero
11. Salvia
Es un antibiótico natural que se usa para tratar afecciones respiratorias como, por ejemplo, la gripe o el dolor de garganta. Para ello se debe preparar un té.
Ingredientes
- 1 cucharada de salvia (10 g)
- 1 taza de agua hirviendo (250 ml)
Preparación
- Agregar la cucharada de salvia en la taza de agua hirviendo para que iunfusione.
- Dejar reposar unos minutos, filtrar, endulzar y beber.
También se pueden hacer gargarismos cuando se haya enfriado en los casos de afonía, ronquera, laringitis, faringitis o anginas.
12. Tila
Muchos dicen que el té de tilo sirve para calmar los nervios, sin embargo, también tiene otras propiedades. Es un potente antiviral y antibacteriano capaz de inhibir el crecimiento de los virus y las bacterias. Puedes conseguirlo en saquitos o sobrecitos así como también las hojas para preparar una infusión y beber cuando lo consideres necesario.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Cabrera Cao Yanet, Fadragas Fernández Alejandro, Guerrero Guerrero Lázaro Gregorio. Antibióticos naturales: Mito o realidad. Rev Cubana Med Gen Integr [Internet]. 2005 Ago; 21( 3-4 ). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-21252005000300025&lng=es
- Martinez, J. L. (2009). The role of natural environments in the evolution of resistance traits in pathogenic bacteria. Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences. https://doi.org/10.1098/rspb.2009.0320
- Ramayoni, Shiva, and Carlos Martín. Estudio de la actividad antimicrobiana de extractos naturales y ácidos orgánicos posible alternativa a los antibióticos promotores de crecimiento. Universitat Autònoma de Barcelona,, 2007
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.