¿Por qué es importante tratar una infección urinaria a tiempo?
Escrito y verificado por el médico Leonardo Biolatto
Esta afección es la segunda causa más frecuente de infección contraída fuera del hospital. Suele darse unas 30-35 veces más en mujeres que en hombres. Sin embargo, pocos conocen las complicaciones que acarrea una infección urinaria si no se trata a tiempo.
Antes de empezar, hay que saber que hay diferentes tipos de infecciones del tracto genitourinario, según la parte afectada, no solo la conocida cistitis. Así mismo, hay que tratarlas según su causa.
En este artículo te explicaremos los diferentes tipos que existen y por qué debemos diagnosticarlas y tratarlas a tiempo.
Tipos de infecciones urinarias
Podemos agruparlas en dos grupos principales:
- Infecciones del tracto urinario bajo: comprenden las que se producen en el trayecto desde la vejiga hasta el final de la uretra, por donde sale la orina al exterior. Las infecciones que se pueden dar son las siguientes:
- Cistitis: inflamación de la vejiga urinaria.
- Prostatitis: inflamación de la próstata.
- Uretritis: inflamación de la uretra.
- Infecciones del tracto urinario alto: afectan a los riñones y a las estructuras que extraen orina de ellos y la llevan a la vejiga, llamadas uréteres. Estas infecciones son las siguientes:
- Pielonefritis: infección del riñón.
- Absceso renal.
Factores de riesgo
El tracto urinario es estéril, es decir, no existe ningún microorganismo en su trayecto. Esto es debido a tres factores fundamentales:
- El pH es muy ácido.
- La existencia de la urea.
- Flujo urinario continuo que impide que los microorganismos proliferen.
Por ello, cualquier cambio en estos factores puede ocasionar que las bacterias asciendan por la vía urinaria dando lugar a infecciones. Por ejemplo, una obstrucción, ya sea por un crecimiento de la próstata o por una piedra, causa un parón en el flujo urinario continuo y produce un sobrecrecimiento de las bacterias.
Los genitales externos, sobre todo los de las mujeres, tienen bacterias del tipo Lactobacillus que producen ácido láctico, bactericidas y peróxido de hidrógeno. Estas sustancias matan cualquier microorganismo patógeno que quiera ascender por la vía urinaria.
Puede haber una alteración de los Lactobacillus si tomamos antibióticos sin control, produciendo más riesgo de infecciones.
Además, el sondaje vesical es un factor de riesgo importante. La sonda, que es un tubo que entra por la vía urinaria hasta la vejiga para poder evacuar la orina, es un lugar perfecto para que las bacterias se adhieran y produzcan infecciones.
¿Cómo afectan estas infecciones según la edad o sexo?
En la infancia podemos tener infecciones urinarias, pero suelen estar relacionadas con anomalías que los niños presentan en el tracto urinario desde el nacimiento. Debe considerarse como un toque de atención, ya que pueden requerir reparación quirúrgica.
Hay diferentes incidencias de las infecciones urinarias dependiendo del sexo:
- Los hombres no suelen tener infecciones urinarias hasta los 60 años más o menos. Tienen una uretra más larga y el líquido prostático que segregan es ácido y mata a las bacterias. Sin embargo, a partir de los 60, aumenta el tamaño de la próstata y se incrementa el riesgo de infección por obstrucción de las vías urinarias.
- Las mujeres tienen mucho más riesgo de padecer estas infecciones a lo largo de su vida. Esto se debe a que la uretra femenina es mucho más corta y los microorganismos pueden acceder a la vejiga más rápido. Además, a partir de la menopausia disminuyen los estrógenos y se reduce la protección frente a los agentes patógenos.
¿Qué microorganismos están implicados?
Los microorganismos que causan estas infecciones suelen provenir de la vía intestinal. En concreto, la mayoría son bacterias; la más frecuente es Escherichia Coli, independientemente del estado de la persona.
Otros microorganismos implicados son las bacterias Klebsiella y Proteus. Pero, si la persona presenta infecciones más complicadas o está sondada, hay que considerar la posible presencia de microorganismos multiresistentes. También pueden deberse a múltiples bacterias.
Complicaciones de la infección urinaria
Si inicialmente teníamos una afección del tracto urinario bajo, como una cistitis, y no la curamos correctamente, es posible que la bacteria consiga seguir ascendiendo y llegar a los riñones. Es el problema de no tratar una infección urinaria a tiempo.
La infección en los riñones, como hemos explicado, se llama pielonefritis. Si se detecta a tiempo, en ocasiones no es complicada y se cura con la medicación correcta. No obstante, se puede complicar dando lugar a abscesos renales.
Los abscesos renales son masas en el riñón. En ellos podemos encontrar los microorganismos muertos conglomerados junto con nuestras células de defensa, generando una colección de pus. Hay que tratarlos con antibióticos vía endovenosa; si son muy grandes, habrá que drenarlos.
Por otro lado, la bacteria que ha producido la infección urinaria puede pasar a la sangre ocasionando una sepsis. Si esta sigue evolucionado, puede causar un choque séptico y la muerte. Esto sucede porque el paso de microorganismos a la sangre activa nuestra respuesta de defensa y esta causa daños en los diferentes tejidos.
Tratar la infección urinaria a tiempo
Por todo ello, para evitar complicaciones, hay que tratar las infecciones urinarias a tiempo. Si sientes síntomas miccionales debes acudir a tu médico.
Algunos de estos síntomas son los siguientes:
- Polaquiuria: aumento del número de micciones durante el día.
- Disuria: dolor al orinar.
- Tenesmo: deseo imperioso de orinar que obliga a ir varias veces al baño.
- Urgencia miccional.
- Cambios de color en la orina: pueden indicar la presencia de sangre.
- Dolor en el vientre.
El especialista es el que puede prescribir el tratamiento necesario. Si pone una pauta antibiótica durante un determinado periodo de tiempo, hay que seguirla para evitar estas y otras complicaciones.
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