¿Cómo es la preparación de los jugadores para los Juegos Olímpicos?
Escrito y verificado por el médico Leonardo Biolatto
Las disciplinas que se disputarán en Tokio están muy próximas. Este 23 de julio de 2021 dará inicio a la edición olímpica que se suspendió el año pasado. Muchos atletas están esperando con ansias el momento de participar. Esto significa una preparación especial de los jugadores de cara a los Juegos Olímpicos.
No es lo mismo entrenar para competencias semanales que hacerlo con un objetivo a largo plazo. Hay jugadores que se preparan para Juegos Olímpicos que sucederán dentro de 4 o 5 años. Esto implica un compromiso y una disciplina superlativas.
Vamos a analizar algunos aspectos que son transversales a esta preparación en diversos jugadores que participarán en los Juegos Olímpicos. Tanto la nutrición como el aspecto mental son claves para sostener un alto rendimiento entre los mejores del mundo.
La nutrición en la preparación de los jugadores para los Juegos Olímpicos
Competir en el nivel olímpico implica una exigencia mayor. Los mejores de cada país en determinadas disciplinas se dan cita en el mismo lugar para superar récords y determinar el podio que quedará en la historia.
Los equipos de olimpíadas nacionales se preparan a lo largo de los años para tener una alimentación que sea acorde y que soporte las rutinas de entrenamiento. Del mismo modo, se planifican las comidas que se seguirán cuando estén en el sitio mismo de competición.
Un esquema clásico de nutrición que siguen muchos atletas consiste en dividir el aporte de sustancias según el momento. Es decir, se planifica la participación porcentual de hidratos de carbono, proteínas y fibra dietaria según se trate de la preparación previa habitual, el momento inmediato con esfuerzo extra y el descanso.
En resumidas cuentas, la propuesta se fundamenta en lo siguiente:
- Entrenamiento normal: cuando los jugadores están en la preparación para los Juegos Olímpicos desde una perspectiva de sostenimiento del físico, la proporción entre hidratos de carbono, proteínas y fibra es equivalente. Es decir, un 33 % de cada sustancia en la dieta.
- Entrenamiento con esfuerzo mayor: si se planifican semanas o sesiones exigentes, por encima de lo habitual, entonces se prefiere aumentar los hidratos de carbono y las proteínas. Los primeros son el combustible para la función muscular y las segundas contribuyen a la regeneración y cicatrización de los tejidos.
- Descanso: llegado el momento de reposar y contrarrestar la fatiga, se plantea una dieta que baja el nivel de carbohidratos para no afectar el peso corporal. Entonces, aumenta el aporte de frutas y verduras para ingresar fibra dietaria al cuerpo.
¿Y las grasas?
Las grasas no están prohibidas para los jugadores olímpicos. Lo que se hace es elaborar platos que contengan grasas de buena calidad, que no afecten el rendimiento cardiovascular y que no resulten de digestión lenta.
Lo cierto es que, en el contexto del respeto de las pautas ya mencionadas, la inclusión momentánea y esporádica de grasas no afectará en demasía los objetivos. Mientras se trata de productos que no estimulen el movimiento gástrico en exceso, no habrá problemas.
La preparación mental de los jugadores para los Juegos Olímpicos
El aspecto mental es un componente tan importante como el físico al momento de competir. Los pensamientos negativos y la falta de motivación pueden ser suficientes para arruinar toda una preparación física de años.
Por eso se acostumbra contar con psicólogos deportivos en los equipos. Estos profesionales se encargan de evaluar constantemente el estado de salud mental de los atletas, así como también los ayudan a superar frustraciones o momentos de desasosiego.
Hay claras diferencias entre los deportes individuales y los de equipo o de parejas. En los primeros hay un trabajo mental que consiste en el desafío con uno mismo, con sus limitaciones y las posibilidades de expandirse a nuevos resultados. En los equipos se suma la cuestión de las relaciones interpersonales y cómo estas pueden afectar un partido o una disputa.
No menor es el caso de aquellos jugadores que no se dedican en exclusiva al deporte. Aunque parezca increíble, en muchos países no hay manera de sostenerse económicamente solo jugando en el alto nivel. Para ello, los atletas tienen que tener una carrera laboral en otro ámbito.
Esto genera un estrés agregado, pues se debe combinar el entrenamiento con las responsabilidades que implican las otras funciones. Y en el peor de los escenarios, también puede haber zozobra los meses antes por no contar con la financiación acorde para afrontar el viaje y la estadía en la villa olímpica.
Rutina, rutina, rutina
La alimentación y la preparación mental de los jugadores para los Juegos Olímpicos son parte de una rutina. Los atletas de élite tienen una disciplina especial que les permite organizar su vida en torno al entrenamiento.
Otras ocupaciones, horarios de comida, descanso adecuado y sesiones de alta o baja intensidad se combinan en un calendario que les permite llegar a las olimpíadas de la mejor manera. No hay otra manera de acceder a los altos escalones del podio. La agenda se establece, a veces, con 4 o 5 años de previsión.
Cada deporte encierra secretos de entrenamiento para mejorar. También hay claves para favorecer la regeneración muscular y evadir las lesiones que puedan retrasar el avance hacia los objetivos.
Esto implica sacrificios. Muchos jugadores, en su preparación a los Juegos Olímpicos, dejan de lado salidas, reuniones sociales, encuentros y viajes que hubiesen querido hacer. Es un precio que están dispuestos a pagar para ser los mejores.
Prepararse no es lo mismo que estar allí
Una vez cumplida la preparación, los Juegos Olímpicos dan inicio. Tokio será la sede en este 2021 y ya estamos sobre sus inicios. Es la hora de la verdad.
La nutrición, la claridad mental, la higiene del sueño, las rutinas extenuantes… todo se resume en unos pocos días que son históricos. El transcurso de los eventos denotará quiénes llegar mejor preparados.
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