Promesas de cambio para recuperar una relación

Por lo general, las promesas de cambio no son más que palabras vacías que la otra persona nos dice para evitar que lo abandonemos. Aunque suene egoísta, debemos pensar en nosotros.
Promesas de cambio para recuperar una relación
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Última actualización: 25 mayo, 2023

¿Alguna vez has hecho promesas de cambio para recuperar una relación? ¿Te las han hecho a ti?.

Esta situación ocurre cuando el miedo a una ruptura se hace realidad y nos negamos a asumirla.

Lo más curioso es que en este caso en concreto donde las promesas de cambio se hacen presentes, lo mejor que ha podido ocurrir es que no sigamos juntos con la pareja con la que estábamos.

¿Por qué?, porque esta petición es, a veces, un intento de manipulación.

Promesas de cambio para no perder

Promesas de cambio para no perder

Imaginemos que la persona con la que estábamos nos ha sido infiel y, nosotros, tras esta realidad, cortamos por lo sano.

  • Nuestra pareja, desesperada, intenta por todos los medios hacernos entender que ha sido un error, que jamás volverá a pasar y que va a cambiar. Promesas de cambio que brotan de su boca en busca de aprobación.
  • Se pondrá de rodillas si es necesario, se arrastrará y todo esto hará que en nosotros se activen las emociones de la pena y la compasión. A veces, esto tendrá su efecto y daremos una segunda oportunidad.

No obstante, no se trata de cambiar, sino de ser conscientes de que, por muchas promesas de cambio que nos hagan, esto se dice en caliente, es decir, en un intento por no perder lo que se tiene.

Lo que esto significa es que esta promesa no durará mucho tiempo. Es más, en el momento en el que damos una segunda oportunidad, quizás todo vuelva a ser lo mismo.

Las situaciones en las que se pueden dar estas promesas de cambio son diversas: diferencias, mentiras, problemas de compatibilidad, desenamoramiento… .

Ante todo esto, la persona con miedo a perder o a no asumir lo que va mal en la relación intenta obtener una segunda oportunidad, cueste lo que cueste, con promesas llenas de un gran poder de manipulación.

El egoísmo en las relaciones

Muchas veces no queremos darnos cuenta de lo mal que va todo. Tan solo nos centramos en lo que deseamos y, por eso, no nos importa sacrificar nuestro bienestar y el de la otra persona.

Esto suele ocurrir mucho en casos de dependencia emocional. Las promesas de cambio, entonces, se hacen muy presentes para no perder a aquel que es objeto de nuestra adicción.

Somos egoístas. Nos atamos a alguien mientras alimentamos nuestro veneno y mientras el otro forma parte de todo esto.

No se puede prometer algo si no estamos seguros de poder cumplirlo. ¿Cómo asegurarnos de que esto será así?, actuando, haciendo y dejando de prometer en vano.

Porque las promesas engañan al otro y, a veces, incluso a nosotros mismos.

Puede que nuestras intenciones sean buenas, pero ¿estamos seguros de que llegarán a buen puerto? No nos merecemos esto. No nos merecemos que nos mintamos y tampoco que lo hagamos con el otro.

La prolongación del dolor

Las promesas de cambio pueden conseguir la prolongación de una situación que no hará otra cosa que generar cada vez más dolor.

Por eso, es importante no dejarnos llevar por ellas, ser objetivos y realistas. Es difícil, pero ¿por qué no atender a aquellos que nos aconsejan lo contrario a lo que queremos y a los que tachamos de errados?

En más de una ocasión hemos tenido que oír “no deberías seguir así”, “¿por qué no lo dejas?”, “¿qué ganas continuando con esa relación?”.

No queremos escuchar todo esto que nos dicen porque estamos confusos y hacemos todo lo contrario. Sin embargo, con el tiempo, con perspectiva, nos damos cuenta de la razón que todas estas personas tenían.

La familia, los amigos, los hermanos nos indican el camino que debemos tomar, sin insistir demasiado, sin obligarnos a nada.

Pero, en nuestra inercia, caemos rendidos ante esas promesas de cambio que jamás se harán realidad.

pareja-sin-futuro

Abramos los ojos ante las trampas, no nos dejemos llevar por la compasión y la pena. Si es necesario, tomémonos un tiempo.

Nadie dice que tengamos que tomar una decisión ahora. Démonos el tiempo necesario para ver la situación desde otro ángulo, mucho más claro y preciso.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.