¿Qué es el autoengaño y cuáles son sus consecuencias?
Todos hemos mentido alguna vez, aunque hayan sido solo mentiras piadosas. Pero ¿somos conscientes de las veces que nos hemos mentido a nosotros mismos? Aunque pueda parecer sorprendente, quizás lo hayamos hecho más de lo que recordamos y es que el autoengaño es bastante frecuente.
Se han hecho varios estudios sobre el tema del autoengaño y son muchos los autores que han llegado al mismo punto: nos autoengañamos para no asumir nuestros errores. El Instituto ISEP lo dice de esta manera “se acude al autoengaño para evitar asumir los efectos de nuestros actos al no ver ciertos aspectos personales o del entorno que resultan desagradables”.
No obstante, aunque podría tomarse el autoengaño como una manera de protegernos a nosotros mismos de nuestros propios errores, está claro que esto tiene consecuencias. Si mentirle a los demás las tiene, también sucede lo mismo con nosotros mismos. ¿Qué es lo que nos puede pasar?
Características del autoengaño
Desde el Instituto ISEP aseguran que el autoengaño es una condición inherente al ser humano, no obstante, esto no quiere decir que no haya que prestar atención a sus posibles consecuencias.
Por eso, conviene conocer cuáles son las características del autoengaño para detectarlo y ser conscientes de si mentirnos a nosotros mismos nos está haciendo daño o nos está beneficiando.
La primera característica del autoengaño es que ignoramos la situación real y la transformamos. En esa situación que imaginamos hay mucho de ilusión, de incerteza y de mentira.
Esto no es nada fácil, la que la verdad vendrá a llamar a nuestra puerta y serán muchas las personas que intenten hacernos ver que estamos equivocados. Pero, el autoengaño puede llevarnos a negar hasta lo más obvio.
La segunda de las características del autoengaño es cuando nos mentimos a nosotros mismos para ocultar una verdad que nos duele. Se trata de poner un escudo para protegernos de ese malestar que nos causa ver lo que es real.
Por ejemplo, que una pareja nos está haciendo daño o que en el trabajo están pasando por encima de nuestros derechos. Justificamos lo injustificable creando una realidad tal y como nos gustaría, pero que solo existe en nuestra mente y que no es real.
Como podernos ir dándonos cuenta, del autoengaño no sale nada bueno. Al final, las personas más perjudicadas de estas mentiras seremos nosotros mismos.
Pues la verdad estará ahí, esperándonos para que cuando seamos capaces de verla nos demos cuenta de todo lo que hemos hecho. Porque el autoengaño camufla, duele. Pero, al final, siempre la verdad sale a la luz.
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Consecuencias del autoengaño
El autoengaño tiene una serie de consecuencias que es importante que conozcamos. La primera es que no afrontamos la realidad, lo que hace que perpetuemos una situación que no nos está haciendo bien. Esto nos impide tomar acción y hacernos responsables de lo que sucede para tomar una decisión.
La segunda de las consecuencias que tiene el autoengaño es que provoca que culpemos a los demás. Como no queremos ver la realidad de lo que ocurre, la negamos mientras el resto de las personas nos intentan hacer entender que estamos equivocados. Esto es muy frustrante.
Qué decir del avance y el aprendizaje. Al mentirnos a nosotros mismos nos quedamos anclados en un presente repleto de dolor y de mentiras que nos contamos. La realidad está ahí, enfrente de nosotros, pero la ignoramos porque nos duele y en lugar de afrontarla, ponemos un parche.
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Cómo se puede evitar el autoengaño
Para evitar el autoengaño algo de lo que no debemos huir es de buscar ayuda. Necesitamos comenzar un proceso de terapia, ya que por nosotros mismos no conseguiremos salir de esta situación.
Es difícil si durante tanto tiempo hemos estado mintiéndonos a nosotros mismos. Por lo tanto, resulta fundamental que tomemos conciencia de que necesitamos ponernos en manos de profesionales.
Una vez lo hagamos, comenzaremos a trabajar en el hábito de reflexionar sobre nuestras acciones, siendo conscientes de lo que ocurre. Tanto si nos gustan como si no nuestras decisiones, tenemos que ponerlas sobre la mesa.
Hay que perder el miedo a ver nuestro lado “menos positivo”. No hay nada de malo en haber cometido errores o no haber tomado las mejores decisiones.
Algo también muy importante para dejar de mentirnos a nosotros mismos es aprender a escuchar las opiniones de las personas que están a nuestro alrededor.
Si tendemos a negar lo que nos dicen, aún a sabiendas de que es verdad, nos conviene empezar a prestarle atención a esas opiniones y a cuestionarnos nuestros “no”. Este es un paso fundamental para el cambio.
Finalmente, debemos indagar sobre qué es lo que tanto nos da miedo y qué hace que no queramos ver la realidad. Tal vez sea una relación de dependencia, nuestro afán por ser perfectos, no querer parecer vulnerables… Pero el autoengaño se puede superar para que deje de ser algo perjudicial.
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