Logo image

¿Qué es el hilo blanco en la yema del huevo, se puede comer?

4 minutos
Si acabas de notar una pequeña tela blanca en tus huevos, no te preocupes. No es un defecto. Se llama chalaza y significa que el producto cuenta con excelente frescura. 
¿Qué es el hilo blanco en la yema del huevo, se puede comer?
Última actualización: 14 junio, 2025

Ese hilito blanco que en ocasiones ves en la yema de huevo se llama chalaza. Contrario a lo que algunos piensan, no es un defecto, ni un «nervio raro». En realidad, su presencia sirve como indicador de la frescura del huevo, ya que con el tiempo se hace menos visible.

Sin embargo, en torno a este hay algunos mitos: que es un huevo fertilizado, que son residuos de algo contaminado o hasta esperma de pollo. Muchos, incluso, deciden no comérselo al notar esta irregularidad por temor a que esté en mal estado o a que cause daños en la salud.

Pues bien, hoy queremos ayudarte a aclarar estas creencias. A continuación, te explicamos en detalle de qué se compone, por qué aparece, qué función cumple y cómo determinar si el huevo es apto para el consumo. 

Chalaza: la sustancia viscosa blanca en la yema de huevo

Acabas de romper un huevo y notas un filamento blanco flotando cerca de la yema. Debido a su singular aspecto, puede que te preguntes: «¿Esto se come?», «¿Será que el huevo está malo?». La respuesta rápida es sí, se puede comer, y para nada es señal de descomposición.

Se trata de una estructura natural del huevo, llamada chalaza, compuesta principalmente de una proteína fibrosa conocida como mucina, que forma parte de las claras. Su textura es densa y enrollada, lo que le da ese característico aspecto de cordón retorcido. Esto le permite cumplir con su función de sostén, pues se encarga de mantener la yema en el centro del huevo.

De hecho, cada huevo suele tener dos chalazas, una a cada lado de la yema, aunque no siempre son tan visibles. Su presencia es normal y, lejos de ser dañina, indican que el huevo está fresco. Además, estas permiten proteger el interior del alimento contra golpes o movimientos bruscos.

¿Y se puede comer? ¡Por supuesto! Es comestible e inofensiva, ya que está formada por proteína pura. No tiene sabor, no altera la textura del huevo y mucho menos representa un riesgo para la salud. Tan solo es una parte natural de este alimento, tan segura y nutritiva como las claras.

Ahora bien, la ausencia de chalaza tampoco sugiere que los huevos estén pasados. Aunque es cierto que su presencia indica que la recolección fue reciente, a veces simplemente no es visible o se vuelve menos notoria con el paso de los días. Aun así, el alimento sigue siendo apto para el consumo.

¿Y qué pasa con las manchitas rojas en el huevo?

Otra característica que te puede generar inquietud al preparar huevo es la presencia de pequeñas manchas rojas o marrones. Estas, aunque no son agradables a la vista, son puntos de sangre o restos de vasos sanguíneos que se rompen de forma natural durante la formación del huevo en la gallina. No son peligrosas ni nada fuera de lo común. Puedes comerlas o, si prefieres, las puedes retirar con la punta de un cuchillo.

¿Cuándo deberías desechar los huevos?

Ahora que sabes que la presencia de ese hilo blanco en la yema de huevo no es motivo para desecharlo, es momento de que aprendas a reconocer aquellas señales que sí indican que el alimento representa un riesgo potencial para tu salud o está dañado. Con esto evitarás pasar malos ratos en la cocina y, de paso, darás prioridad a tu bienestar.

  • La señal más evidente de descomposición del huevo es un olor muy fuerte o podrido. Si al romper la cáscara percibes esto, no dudes en tirarlo.
  • También evita su consumo si notas que la yema está deshecha o si la clara es turbia o muy líquida. Ten en cuenta que los huevos frescos tienen una yema redonda y firme, bien sostenida por la clara.
  • La clara debe ser transparente y espesa. Si está turbia, muy líquida o presenta espuma o grumos, es mejor no consumirlo. Lo mismo si presenta manchas verdosas, rosadas o negras. Estas últimas suelen aparecer debido a contaminación por hongos o bacterias.
  • Si notas que la cáscara del huevo está rota, agrietada o su superficie es viscosa, mejor no te arriesgues. A veces, las grietas se vuelven una vía de ingresos para microorganismos que causan intoxicaciones alimentarias.

Consume tus huevos con total confianza

Un truco muy popular para saber si un huevo está fresco o no consiste en introducir el huevo en un vaso con agua. Si se hunde y se mantiene acostado, está fresco. Si flota, quiere decir que ha perdido frescura. En muchos casos, puede que ya esté cercano a dañarse o que ya no esté en condiciones para ser consumido.

Salvo que presenten señales evidentes de descomposición —como mal olor, manchas extrañas o una textura líquida—, no hay motivos para dejar de disfrutar los huevos en tus preparaciones favoritas. Si notas ese pequeño filamento o «tela» blanca, ya sabes que no es algo perjudicial: es la chalaza, y hace parte de la anatomía natural de este alimento. Es segura de comer, se compone de proteína y solo indica frescura.

Imagen de portada cortesía de El Español

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.