¿Qué es la comunicación selectiva y cómo nos afecta?

La comunicación selectiva es considerada como un sesgo cognitivo, tomando en cuenta que impide que las personas comuniquen puntos de vista diferentes a los suyos. ¡Aprende a evitar esta situación en tu vida!
¿Qué es la comunicación selectiva y cómo nos afecta?
Andrés Carrillo

Escrito y verificado por el psicólogo Andrés Carrillo.

Última actualización: 05 mayo, 2021

Es normal que todos los seres humanos tengamos opiniones diferentes respecto a un mismo tema. Después de todo, cada cabeza es un mundo. Sin embargo, cuando tomamos la decisión de creer o no alguna información ocurre un proceso arbitrario de elección; la comunicación selectiva o falacia de prueba incompleta.

En los casos en los que nos encontramos con cierta información que valida nuestras creencias particulares somos más propensos a tomar esos datos como ciertos. En cambio, cuando la información que recibimos no se ajusta a nuestro sistema de creencias es más fácil que la rechacemos de inmediato.

¿Qué es un sesgo cognitivo?

Los sesgos y la comunicación selectiva
Este tipo de sesgos son muy comunes en el día a día.

Un sesgo cognitivo se entiende como un proceso mental que resguarda las creencias individuales de las personas, a pesar de que dichas creencias no se ajusten a los hechos reales. En otras palabras, decimos que existe sesgo cognitivo cuando el sujeto no es capaz de acceder a la verdad porque su mente le procura un razonamiento erróneo.

Para que el sesgo pueda perdurar en el tiempo la persona debe aceptar como verdadera la hipótesis equivocada que le proporciona su mente. Un buen ejemplo de esto ocurre en las relaciones de pareja, cuando uno de los integrantes se encuentra apegado afectivamente y es incapaz de ver los defectos en su pareja (aunque sean evidentes).

¿Qué es la comunicación selectiva?

La comunicación selectiva se basa principalmente en los sesgos cognitivos de las personas al momento de dar por cierta la información a la cual tienen acceso. En este sentido, un sujeto con creencias religiosas bien arraigadas difícilmente podría dar por válido un argumento científico que negara la existencia de Dios.

Algo semejante ocurre con la información que las personas deciden compartir, el proceso de selección arbitrario es el mismo. La información que no encaja con nuestro sistema de creencias no es considerada por nosotros para ser divulgada de forma alguna.

En resumen, este tipo de comunicación se caracteriza por la escogencia conveniente de los datos que compartimos con los demás. Si apelamos a un ejemplo, tenemos el caso de aquellas personas con militancia política; cuando hablan respecto al partido que pertenecen suelen opinar en favor de todo, aun cuando la realidad muestra otra cosa.

Este estilo de comunicación ocurre únicamente cuando los temas de conversación están enfocados en aspectos excesivamente importantes para los que opinan, podríamos decir que son temas sagrados. La razón principal de que esto ocurra es que la mente intenta proteger a las personas de una realidad desagradable.

A nadie le gustaría aceptar que su partido político en realidad no es tan bueno como dicen sus líderes. Como consecuencia, se ponen en marcha algunos mecanismos de defensa del inconsciente para resguardar la comodidad y el “bienestar” emocional de las personas; es cuando surgen los sesgos cognitivos (distorsiones de la realidad).

Ejemplos de comunicación selectiva

Veamos algunos ejemplos de esta manera de comunicación. La idea es que podamos reconocer estas situaciones en nuestra cotidianidad y estar prevenidos ante la comunicación sesgada de algunas personas. Vamos a verlo.

1. Discursos políticos

No importa si los discursos políticos provienen de algún líder reconocido o de un simpatizante. Generalmente, cuando una persona se encuentra hablando sobre sus ideales políticos utiliza la información de manera conveniente.

2. Temas referentes a las minorías

Uno de los temas en los que más se suelen evidenciar sesgos cognitivos es en los referentes a miembros de las diferentes minorías que existen. Por ejemplo, raciales, lingüísticas, étnicas y de genero. En definitiva, es difícil encontrarse con personas que puedan ser objetivas respecto a estos temas.

Curiosamente, son los políticos quienes más emplean a las minorías en sus discursos. Evidentemente, suelen hacerlo seleccionando la información que comunican para conseguir un mayor nivel de popularidad en personas que pertenecen a dichos sectores.

3. Temas sexuales

Las temáticas sexuales están cargadas de puntos de vista diferentes. Incluso, entre expertos de la sexología existen opiniones contrarias que son defendidas ciegamente por quienes las proponen. Tal es el caso de las relaciones sexuales exclusivas o abiertas; es un tema subjetivo el cual se presta para mucha selectividad en la información.

¿En qué casos podría afectarnos la comunicación selectiva?

Los problemas de la comunicación selectiva
En ocasiones, esto podría ocasionar discusiones innecesarias.

Podríamos ver afectada nuestras relaciones interpersonales cuando la comunicación selectiva se vuelve frecuente en nuestra dinámica de conversación. En particular, cuando nos creemos dueños de la razón absoluta sobre un tema y rechazamos totalmente cualquier opinión que sea contraria. Esto es, que perdemos la empatía.

Otra forma en la que los sesgos cognitivos en la comunicación podrían afectar nuestra vida sería cuando los creamos. Teniendo en cuenta que nuestras decisiones están basadas en la información que damos por cierta; esto podría ser perjudicial al momento de hacer elecciones importantes en nuestra vida. Por ejemplo, elegir por quién votar.

¿Cómo se puede evitar este sesgo cognitivo?

Para evitar incurrir en este estilo desadaptativo de comunicación es indispensable asumir la posibilidad de que nuestras creencias no sean exactamente como nosotros pensamos. Esto no quiere decir que hayamos vivido engañados, sino que somos capaces de entender que dentro del marco de nuestras creencias existen matices.

Cuando hemos podido dejar de lado la creencia irracional de que nuestra visión es la única que vale, podemos acceder a una mejor concepción de la realidad. Además, no tenemos problemas en relatar los hechos de manera exacta a como los hemos conocido nosotros, sin la necesidad de omitir información.

¿Cómo defender los ideales de forma correcta?

Una vez que hemos abandonado los sesgos al momento de comunicarnos debemos incorporar nuevos recursos a nuestro arsenal comunicativo. Para defender correctamente los puntos de vista es necesario entender que no hace falta estar de acuerdo con todo respecto a un tema para defenderlo.

En este mismo orden, podemos promocionar una idea aceptando que existen matices y que no todo es perfecto con nuestra propuesta. En conclusión, alejarnos de las posturas radicales nos mantendrá blindados contra la comunicación selectiva.


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