Los termorreceptores
Escrito y verificado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas
Los termorreceptores son unidades celulares nerviosas muy pequeñas, encargadas de percibir los cambios de temperatura en el cuerpo. Estos reciben los distintos grados de frío o calor con respecto al entorno que rodea al cuerpo.
Los distintos grados de temperatura pueden influir en las reacciones químicas que se llevan a cabo en el organismo, como el transporte de oxígeno y el metabolismo, entre otros.
A continuación profundizaremos más sobre este tema que, por lo general, solemos dar por sentado y que es mucho más interesante de lo que parece a simple vista.
¿Qué es la temperatura?
La temperatura es la magnitud con la que se mide la cantidad de calor o de frío que un cuerpo siente o percibe. También está relacionada con la sensación térmica que se tiene al palpar o coger los objetos de nuestro alrededor. Se pueden encontrar tres tipos diferentes de temperatura en el cuerpo humano:
- Central. Se trata de la temperatura que tienen los componentes de la cabeza, las cavidades torácicas y los abdominales. La temperatura central se mantiene de forma constante.
- Superficial. La temperatura superficial es la que tenemos en la piel, el tejido subcutáneo y la masa muscular del cuerpo. Esta temperatura aumenta o disminuye dependiendo la temperatura ambiental.
- Corporal. La temperatura corporal es la suma de la temperatura superficial y la central, estas son multiplicadas por la temperatura que hay en el ambiente.
Lee: ¿Cuándo se considera grave una temperatura corporal alta?
¿Cómo funcionan los termorreceptores?
Por norma general, el proceso de termorrecepción es el mismo en todos los animales, incluidos los seres humanos.
- Una vez que han sido activados, los termorreceptores mandan una señal al sistema nervioso.
- Después, la señal se envía al cerebro en forma de impulso.
- En el cerebro se produce la respuesta térmica del cuerpo.
Los termorreceptores del ser humano se activan cuando se encuentran en contacto con una temperatura inferior a 20 ºC. Sin embargo, son extremadamente sensibles a temperaturas inferiores a 30 ºC.
Eso se debe a que la temperatura neutral oscila entre los 30 °C y los 35 °C. Sin embargo, en otras especies, los valores varían.
Por otra parte, los termorreceptores que se encargan de detectar el calor se activan cuando están expuestos a temperaturas superiores a 41 °C. Son sensibles a cambios que superen la temperatura de la piel.
Esto no sucede en todas las especies. En algunas, la activación de los termorreceptores se produce cuando están en contacto con una temperatura de 45 °C
Los termorreceptores de los seres humanos
En la piel existen dos tipos diferentes de termorreceptores:
- Los corpúsculos de Krausse. Se activan cuando detectan la sensación de frío. Se pueden encontrar en la capa más profunda de la piel y en la lengua.
- Los corpúsculos de Ruffini. Se activan cuando están en contacto con una fuente de calor. Se encuentran en la zona más profunda de la dermis.
La cantidad de los corpúsculos de Ruffini que tiene el ser humano es menor que la de los corpúsculos de Krausse. Estos solo se pueden encontrar en la punta de los dedos, en la palma de las manos y en la planta de los pies.
Ver también: Cómo reacciona nuestro cuerpo a estas situaciones extremas
Los termorreceptores de los animales
Animales homeotermos
Los animales homeotermos, también conocidos como animales de sangre caliente, son aquellos capaces de mantener su temperatura corporal sin que la del ambiente les afecte. Esto ocurre gracias a que poseen pelos o plumas que cubren el cuerpo y les proporcionan la protección necesaria.
En estos animales la respuesta de los termorreceptores puede venir del sistema somático o del sistema autónomo.
El sistema somático es el que da respuestas voluntarias; es decir, el individuo es el que decide qué hacer y cómo responder ante el estímulo que ha percibido.
Mientras que el sistema autónomo es el que da respuestas involuntarias. Son producidas sin que el organismo sea consciente, ni tenga el control sobre ellas. Como pestañear cuando un objeto se aproxima al ojo, respirar, etcétera.
Animales heterotermos
Los animales heterotermos o de sangre fría son aquellos que no tienen la capacidad de mantener su temperatura constante por ellos mismos.
La respuesta que dan ante los cambios de temperatura es únicamente voluntaria. Por ello, la regulan a través de otros medios, como puede ser:
- Acercándose a otro individuo para quitarse el frío.
- En el caso de tener calor, se ponen a la sombra.
Los termorreceptores de las plantas
Las hierbas culinarias son plantas muy fáciles de cuidar.
En sí, las plantas no tienen termorreceptores; sin embargo, eso no quiere decir que no sean capaces de dar una respuesta a los estímulos térmicos que perciben en el ambiente.
La respuesta que efectúan las plantas a dichos cambios térmicos son simplemente movimientos, también conocidos como ‘nastias’; uno de ellos puede ser la termonastia.
Muchas flores presentan movimientos termonásticos que consisten en abrir o cerrar sus pétalos para cambiar su temperatura interior.
Los termorreceptores son fascinantes
Como hemos podido ver, el tema de los termorreceptores es muy interesante y nos permite tener mayor conciencia de lo maravillosos que son los organismos de los distintos seres vivos.
La termosensación cutánea desempeña un papel importante en la regulación térmica y la detección de estímulos térmicos potencialmente dañinos.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Kahle, W. (1994). Organos de los sentidos. Atlas de Anatomía Para Estudiantes y Médicos. https://doi.org/10.1093/oxfordhb/9780195388565.013.0006
- Cantabria, U. De. (2014). Funciones Sensoriales.
- Palacios, P. (2012). Los organos de los sentidos: los mecanorreceptores. Uniones Universitarias.
- Zhang X. (2015). Molecular sensors and modulators of thermoreception. Channels (Austin, Tex.), 9(2), 73–81. https://doi.org/10.1080/19336950.2015.1025186
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.