Quiéreme si te atreves: la autoestima alta en la relación de pareja
En una relación de pareja, la autoestima alta tiene su parte buena y su parte mala. La buena es que sabemos darnos el valor que merecemos.
No sucumbiremos a ningún intento de manipulación por parte de nuestra pareja y sabremos decir “hasta aquí ha llegado la relación” si hay alguna falta de respeto.
Sin embargo, por otro lado, está la parte más negativa de la autoestima alta en la relación de pareja. Aquella donde se encuentran experiencias dolorosas previas que influyen en cualquier nueva relación que se inicie.
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La persona con autoestima alta en la relación de pareja se da tanto valor que cree que nadie está a su altura. Por eso, puede demandar imposibles de las otras personas que no serán capaces de proporcionar más de lo que puedan dar.
La autoestima alta en la relación de pareja tiene que equilibrarse
Está bien desarrollar una autoestima alta en la relación de pareja. Darse cuenta de que primero estamos nosotros, que no tenemos que depender de nadie para ser felices y ser conscientes de lo que no debemos permitir.
Sin embargo, cuando tenemos una autoestima tan alta debido a experiencias dolorosas en el ámbito de las relaciones, seguiremos teniendo problemas en ellas.
El problema se encuentra en que lo más probable es que antes hayamos tenido una autoestima bajísima y que, ahora, nos hayamos trasladado hasta el otro extremo. Como sabemos, los extremos no son buenos.
Lo realmente beneficioso es conseguir un equilibrio. Una autoestima saludable, ni baja ni alta, que no sabe de extremos. Una autoestima que hace que la relación sea sana, no que se vuelva tóxica.
Porque cuando la autoestima alta en la relación de pareja está presente, la persona que la tiene demanda demasiado de la otra. Tanto que es imposible que llegue al nivel de sus expectativas.
Aquí quizás es donde está el verdadero problema. Las expectativas en una relación nunca son buenas. Siempre conducen a un fracaso anunciado.
Amarse a uno mismo es importante
Cuando gozamos de una buena autoestima, somos conscientes de que amarnos a nosotros mismos es lo que nos permite amar a los demás. Pero, ¿qué ocurre si esto se nos va de las manos?
En el momento en el que gozamos de una autoestima demasiado alta, buscamos a alguien que nos quiera y se comporte tal y como nosotros lo hacemos con nosotros mismos.
El problema es que esto no ocurre. Las personas son diferentes a nosotros y, además, tenemos que tener en cuenta que muy difícilmente darán el 100 % en una relación.
Una persona con alta autoestima en la relación de pareja espera esto. No obstante, no es consciente de que lo saludable sería que todos los miembros de la relación dieran el 50 %. Ella incluida.
Asimismo, tener una autoestima alta implica que nos amamos tanto que disponemos de una total independencia y nos negamos a adquirir determinados compromisos que nos limitan.
Esto, sin duda, puede poner en riesgo la continuidad de la relación, ya que todas (ya sean de pareja, amistad, familiares o laborales) requieren de un compromiso.
Cultivar relaciones maduras
Las personas que disfrutan de una autoestima saludable, pueden cultivar relaciones maduras. Relaciones con una base sólida en la que sus miembros son de todo menos tóxicos.Tener una autoestima demasiado alta puede jugarnos una mala pasada. Desde no encontrar nunca a esa persona que se adecúe a nuestras altas expectativas, hasta no darnos la oportunidad de estar con alguien por nuestra actitud de “quiéreme si te atreves”.
Es importante poner los pies en la tierra. Una alta autoestima puede hacer que veamos las cosas desde una perspectiva algo irreal.
Además, no nos olvidemos de que este tipo de autoestima tiene que ser trabajada. Debemos ayudarla a que encuentre su equilibrio, a que llegue a unos niveles saludables.
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Solamente teniendo una autoestima equilibrada podremos permitirnos disfrutar de relaciones enriquecedoras, sanas y que nos llenen.
Relaciones maduras en las que podamos crecer, vivir experiencias y seguir aprendiendo. Junto a personas que no harán más que enriquecernos.
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